África: la Policía se ensaña contra los más pobres
8 de septiembre de 2020De Soweto a Nairobi, los casos de brutalidad policial van en aumento. Los ciudadanos están indignados y se sienten abandonados. La violencia policial se ha convertido en un tema candente en todo el mundo, y los activistas y organizaciones llevan a cabo manifestaciones cada vez más a menudo. En algunos países africanos, la violencia ejercida por los agentes de seguridad empeoró después de que los gobiernos impusieran toques de queda para contener la propagación de COVID-19.
A finales de agosto, Nathaniel Julius, un joven sudafricano, fue asesinado por la Policía de la comisaría de El Dorado Park, en Soweto. Según los vecinos, Nathaniel, quien había nacido con el síndrome de Down, recibió un disparo en la cabeza y en el pecho porque no respondió a las preguntas de los oficiales. Estaba desarmado. "Nadie debería sentir el dolor de una madre cuando identifica el cuerpo de su hijo asesinado. Ningún niño debe morir así. Ningún niño en este mundo necesita morir así", dijo Bridget Harris, la madre de Nathaniel.
La comunidad exige ahora respuestas de las autoridades, que se supone deben servir y proteger al pueblo. Quieren que los responsables del tiroteo rindan cuentas.
Versión de la Policía, diferente a la de los testigos
La Policía ha afirmado que el chico fue asesinado durante un enfrentamiento entre agentes de policía y miembros de una banda de delincuentes. La violencia de las pandillas es un gran problema en El Dorado Park, un suburbio al sur de Johannesburgo. Sin embargo, la explicación oficial contradice la descripción de los testigos.
El Servicio de Policía de Sudáfrica se ha enfrentado a una atención mediática local e internacional sin precedentes por varios incidentes en los que personas han muerto o han sido agredidas por la policía. El país tiene un historial de violencia policial debido a las disparidades raciales y socioeconómicas que han asolado continuamente a la nación del arco Iris.
"La policía sudafricana es la más corrupta"
Un informe de 2019 de Corruption Watch sugirió que los funcionarios públicos de la policía de Sudáfrica son los más corruptos, y que el abuso de poder y los sobornos están a la orden del día. "La tendencia es sistémica y se ha institucionalizado desde arriba", dice Wikus Steyl, un abogado de Johannesburgo. Steyl, que representa a las víctimas de la brutalidad policial, dijo que quiere que se lleve a juicio a más agentes.
Según las estadísticas anuales del Departamento de Investigación Policial Independiente, los policías sudafricanos mataron a 538 personas entre 2017-2018, y a 440 personas en entre 2018 y 2019. Sin embargo, la pérdida de confianza en la policía no sólo es un problema en Sudáfrica. Durante la pandemia, muchas organizaciones de derechos humanos de varios países africanos han informado sobre el aumento de los abusos policiales.
Coronavirus como coartada para la violencia policial
El 25 de marzo, Kenya ordenó un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer para hacer frente a la propagación del coronavirus. Poco después, Human Rights Watch (HRW) informó que seis personas habían muerto a manos de agentes de policía.
Según Demas Kiprono, abogado de la rama keniana de Amnistía Internacional, 20 personas fueron asesinadas por la policía durante ese toque de queda por COVID-19. Pero el número de denuncias de violencia es mucho mayor. "Se han registrado quinientas denuncias contra la brutalidad policial", agrega John Waiganjo, comisionado del organismo de control de la policía de Kenia. Pero sólo se han producido seis condenas porque la mayoría de las denuncias no llegan los tribunales.
La gente está levantando la voz en todo el continente para denunciar la brutalidad policial en sus países. DW le preguntó a personas de diferentes países africanos sobre su imagen de la Policía: "Siempre que la gente ve a la policía aquí en Uganda, lo que se les viene a la mente es la impunidad, la tortura y los arrestos arbitrarios", dijo Andrew Natumanya, un fotógrafo de la capital de Uganda, Kampala.
"Es mala, realmente mala. La mayoría de la gente evita conscientemente a la policía. Es triste que uno tenga que evitar a las personas que deberían proporcionarnos seguridad", dijo a DW Chineye, un banquero de la capital comercial de Nigeria, Lagos.
La policía mandó a "silenciar a los críticos”
Algunos gobiernos de África tienden a enviar a la Policía para que se ocupe de todo aquel que exija responsabilidades por violaciones de los derechos humanos. Esos Estados suelen utilizar la seguridad y la soberanía nacionales como un escudo.
El uso de la fuerza por parte de la Policía parece estar vinculado a la penalización de la pobreza en África, y los observadores afirman que el uso ilegal de la fuerza se registra principalmente en los barrios pobres y las zonas de bajos ingresos. En consecuencia, las medidas policiales y los toques de queda han tenido un efecto discriminatorio y desproporcionado en los más pobres.
El actual debate sobre la forma en que la Policía de Estados Unidos trata a los afroamericanos ha abierto una interrogante similar en África. Por último, Lovejoy Mutongwizo, un joven residente en Harare, Zimbabwe, recomienda que "la única manera de que la Policía reduzca la violencia es volver a la formación, y que se le enseñe cómo tratar a los ciudadanos”.
(jov/cp)