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Última llamada para la OMC

Marco Vollmar, desde Davos27 de enero de 2007

Los ministros de comercio más importantes del mundo intentan, con una resolución, resucitar las paralizadas rondas de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio con miras a la liberalización multilateral.

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La tensión es grande en Davos.Imagen: AP

La tensión es grande. Este sábado, en hoteles de cinco estrellas ubicados en plenos Alpes suizos, se lleva a cabo la gran función.

Los ministros de comercio más importantes del mundo intentan resucitar las paralizadas rondas de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio con miras a la liberalización multilateral. Luego de las reuniones, expidieron un documento en el que llaman de manera unánime a retomar cuanto antes las negociaciones de la Ronda de Doha.

La oficina de Pascal Lamy, director general de la OMC, emitió a su vez un comunicado en el que señala: "La clara señal de voluntad para reiniciar el proceso en toda su dimensión ha recibido fuerte apoyo de los líderes políticos y empresariales reunidos en Davos".

El Comisionado Europeo para el Comercio, Peter Mandelson, dijo a su vez, luego de los encuentros de alto nivel: "La Ronda de Doha no ha muerto".

Optimismo de Merkel

Davos - Großbild
El idílico escenario podría revivir a la OMC.Imagen: Davos Tourismus

La canciller Angela Merkel es optimista. "La posibilidad de éxito sin duda está presente. Pero para ello es necesario que se acerquen las posiciones Europa, Estados Unidos a las economías emergentes", dijo recientemente. Todos deben estar dispuestos a mostrar flexibilidad, pues un fracaso tendría grandes repercusiones, agregó.

Pobres vs. ricos – Norte vs. sur

Los conflictos existentes en materia agraria podrían ser el detonador para un revés definitivo en el libre comercio mundial. Los países industrializados deberían abrir sus mercados a productos de naciones en vías de desarrollo así como de economías emergentes. También deberían reducir los subsidios a los productos agrícolas. A cambio, las economías emergentes y los países en desarrollo podrían reducir aranceles y regulaciones a productos industriales y servicios.

Angela Merkel in Davos
La intervención de Merkel generó apoyos.Imagen: AP

Por el momento no es posible vislumbrar una solución, pese a lo cual la canciller se afana en su calidad de presidenta de las ocho naciones más industrializadas para obtener compromisos de todas las partes. Según su perspectiva, la discusión no solamente debe centrarse en los productos agrícolas. "También necesitamos avances urgentes en materia de bienes industriales y servicios. Se trata de intereses vitales para los países industrializados, y por ello debemos lograr un balance justo", afirmó.

Apoyo de firmas estadounidenses

No está claro si el gobierno estadounidense piensa del mismo modo. Pero es un hecho que algunas empresas comparten la tesis de Merkel. Neville Idsell, jefe de Coca-Cola, se mostró impresionado por los planes e ideas de la canciller. Incluso, manifestó su abierto apoyo de esta manera: "Ella ha demostrado que tiene un fuerte liderazgo, tal y como siempre lo hemos demandado. Es tiempo de que las empresas pongan algo de su parte y se comprometan de modo más fuerte con este proceso".

Nuevo mapa de ruta en Davos

El paradisíaco escenario de Davos ha contribuido en muchas ocasiones a destrabar procesos que lucían paralizados. No por ello se esperan resultados concretos este sábado, pero el ministro de Comercio de la India ve por lo menos lugar para un posible acuerdo en cuanto a la ruta a seguir. "Ni siquiera nos encontramos en el camino correcto. La meta actual debe ser acordar un cronograma para revivir a la Organización Mundial de Comercio", dijo.

Davos
Los ministros de comercio más importantes se reunirán en el imponente santuario suizo.Imagen: Davos Tourismus

Será una lucha contra el tiempo, y todos aquí lo saben. El próximo verano caducan los poderes especiales que el Congreso había otorgado al presidente de Estados Unidos, en materia comercial. A partir del 30 de junio, los congresistas tendrán capacidad para modificar y rechazar acuerdos tomados por el Ejecutivo. Esto podría complicar las negociaciones, e incluso llevarlas a un punto sin regreso.