20 años de cine gay y lésbico en Hamburgo

Veinte años no son nada, clamaba el tanguero Carlos Gardel en la canción Volver. Pero, para los organizadores del Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico de Hamburgo (LSF, son sus siglas en alemán), el hecho de que este evento arribe a su vigésimo aniversario es justificado motivo de celebración. Después de todo, lo que empezó en 1989 como un seminario universitario dedicado a analizar la estereotipada representación de personas gays, lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales (GLBTI) en el séptimo arte ha terminado por convertirse en el foro cinematográfico más grande y antiguo de Alemania.

En las últimas dos décadas el LSF ha proyectado más de 1.500 películas provenientes de cincuenta países y atraído a más de 150.000 espectadores –público heterosexual incluido– a las salas de cine, superando, con cada año que pasa, su propio récord de asistencia. Desde este martes 20 de octubre y hasta el domingo 25, el LSF presentará cincuenta largometrajes y cien cortometrajes, incluyendo los más recientes trabajos de los directores latinoamericanos Julián Hernández y Lucía Puenzo.

Un festival internacional

“Al principio el festival estuvo dominado por producciones alemanas y norteamericanas; pero con el paso del tiempo fue creciendo el número de películas con temática gay, lésbica y transgénero rodadas en otras partes del mundo. Poco a poco el festival se fue haciendo cada vez más internacional y terminamos dedicando ciclos completos a películas de Europa Oriental, India, Israel, Taiwán, Sudáfrica y Latinoamérica”, cuenta Joachim Post, uno de los miembros más antiguos del grupo de organizadores.

“Desde principios de los noventa recibimos películas de España con regularidad. Las últimas dos ediciones del festival fueron inauguradas con la proyección de Veinte centímetros de Ramón Salazar (2005) y Chuecatown de Juan Flahn (2007), respectivamente; las producciones ibéricas son ideales para las ceremonias de apertura porque tienen un humor ligero y eso que los alemanes llamamos ‘temperamento'; eso le gusta mucho a nuestro público”, añade Post.

Latinoamérica está presente

Aunque la presencia de películas latinoamericanas en la programación del LSF comenzó a dejarse sentir a mediados de los noventa, Post subraya que es en los últimos años cuando estas producciones han empezado a gozar de gran popularidad. “Both de Lisset Barcellos (2005), el primer filme en tratar a fondo el tema de la intersexualidad, es un buen ejemplo. Nosotros presentamos esta co-producción peruano-estadounidense en dos ocasiones y los boletos para ambas funciones se agotaron rápidamente; la película terminó recibiendo el premio otorgado por el público”, recuerda Post.

“Otras películas que han sido aclamadas por la audiencia son las del mexicano Julián Hernández, cuyo filme más reciente, Rabioso sol, rabioso cielo, será mostrado este año. Sus cintas anteriores, El cielo dividido y Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor, fueron un gran éxito, pese a que son relativamente largas y tienen un estilo narrativo inusual, con muy pocos diálogos”, afirma Post. Hernández ha ganado el premio Teddy –el galardón entregado en el marco del Festival Internacional de Cine de Berlín a la mejor película con temática gay, lésbica o transgénero– en dos oportunidades: en 2003 por su debut Mil nubes… y en la última edición de la Berlinale por Rabioso sol, rabioso cielo; allí compitió con el filme El niño pez, de la directora argentina Lucía Puenzo –conocida por su película XXY–, que también será proyectado esta semana en el LSF.

Viento en popa a pesar de la crisis

“Los organizadores del Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico de Hamburgo han hecho una labor de pioneros; desde hace veinte años aportan un componente muy importante a la escena cultural de esta ciudad, satisfaciendo las necesidades y expectativas de una audiencia interesada en ver películas que hacen planteamientos sociopolíticos incluyentes, no excluyentes”, explica la Dra. Karin von Welck, ministra de Cultura de la ciudad-Estado hanseática, agregando que, pese a la austeridad impuesta por la crisis financiera, el LSF no corre peligro alguno de perder el apoyo de las autoridades hamburguesas.

“El Senado (Gobierno de la ciudad-Estado) se comprometió a fomentar la actividad cinematográfica. De hecho, se aprobó un aumento de las subvenciones para este sector y estos subsidios no van a ser retirados por mucho que las circunstancias nos estén obligando a ahorrar. El LSF seguirá contando con el respaldo del Gobierno de Hamburgo”, asegura la senadora von Welck.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Pablo Kummetz