2011: ¿el fin del casino financiero?
27 de diciembre de 2010La Unión Europea se ha trazado como objetivo hacer imposible un nuevo descalabro financiero como el de 2008, que llevó a la bancarrota a Islandia e Irlanda y al borde del abismo a numerosos países europeos, entre ellos, España.
“Los días del casino financiero pertenecen al pasado”, dice Michel Barnier, comisario de Mercado Interno y Servicios. Y agrega: “La gente que corre riesgos locos para obtener ganancias locas debe ser llamada a razón”.
Como las invocaciones generalmente no bastan, Europa ha creado tres poderosas instituciones de control del sistema financiero, que juntas conforman el Sistema Europeo de Supervisores Financieros (SESF), que comenzará a funcionar en el 2011.
Los tres nuevos cancerberos son la Autoridad Bancaria Europea (ABE), con sede en Londres; la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (AESPJ), con sede en Fráncfort del Meno, y la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM), con sede en París.
A fines de 2010, luego de difíciles negociaciones, los ministros de Finanzas de la UE otorgaron sorpresivamente amplias competencias a las nuevas autoridades, que surgen de oficinas ya existentes.
¿Quién supervisa a los supervisores?
Si bien la supervisión corriente seguirá a cargo de las autoridades nacionales, en casos de conflictos entre autoridades o de crisis, las entidades supervisoras podrán dar órdenes directas a los bancos, como por ejemplo, prohibir determinados negocios riesgosos.
Además, el Consejo Europeo del Riesgo Sistémico (CERS), recientemente creado a partir de estructuras del Banco Central Europeo (BCE), observará detenidamente el funcionamiento de los mercados, para detectar a tiempo posibles riesgos. La cabeza visible del CERS es Jean-Claude Trichet, presidente del BCE.
Las tareas esenciales del Sistema Europeo de Supervisores Financieros serán establecer un conjunto único de normas armonizado, garantizar una aplicación coherente de las normas de la UE, gestionar los desacuerdos entre las autoridades nacionales de supervisión, emitir recomendaciones en caso de infracción manifiesta de la legislación comunitaria, crear una cultura común de supervisión, ejercer poderes de supervisión en relación con entidades específicas, garantizar una respuesta coordinada ante situaciones de crisis y recopilar información de control de bancos.
Las agencias de rating, también en la mira
Además, por primera vez se someterá a observación también a las agencias de rating, que serán vigiladas por la AEVM. Empresas como Standards & Poor's, Moody's y otras, que evalúan la solvencia de Estados y compañías y cuyo poder e influencia siguen intactos, han sido acusadas reiteradas veces por economistas y Gobiernos de haber subestimado los riesgos de complicados productos financieros y ser por lo tanto también responsables de la crisis.
Simultáneamente, Bruselas trata de neutralizar la especulación de alta inseguridad. En el futuro se podrán prohibir ventas al descubierto muy riesgosas y el comercio extrabursátil con derivados será sometido a estrictas reglas. También los administradores de los "hedgefonds" estarán en la mira de los nuevos vigilantes.
La primera tarea del SESF será, en febrero, un nuevo test de estrés para bancos. A mediados de 2010, en una primera evaluación por parte del Comité Europeo de supervisores Bancarios (CEBS), sólo siete bancos, de un total de 91, no la pasaron.
Sin más, las entidades financieras irlandesas aprobaron el test, pero menos de cuatro meses después, Irlanda tuvo que pedir ayuda por 85.000 millones de euros a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) por su crisis bancaria crónica. Es de esperar que con las nuevas estructuras, ello no se vuelva a repetir. De lo contrario, los nuevos cancerberos no pasarán de ser perrillos de falda. Y eso es lo último que necesita la UE.
Autor: Pablo Kummetz
Editor: Enrique López