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Veintiún muertos

28 de julio de 2010

Según el informe, Lopavent hizo caso omiso a las advertencias sobre las deficiencias del sistema de seguridad y cálculos equivocados sobre la manera en que la multitud accedería al recinto donde se celebró la Loveparade.

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Mientras tanto, el malestar de quienes vivieron el lamentable episodio se transforma en rabia.Imagen: AP

Con la muerte de una joven proveniente de Heiligenhaus, una localidad alemana cercana a la ciudad de Essen, la cifra de víctimas mortales de la estampida ocurrida en un túnel de acceso a la Loveparade de Duisburgo asciende a 21. Se estima que las primeras veinte perecieron asfixiadas por aplastamiento torácico, pero, en el caso de esta mujer de 25 años, que se hallaba hospitalizada desde el día de la tragedia (24.7.2010), se siguen investigando las causas exactas de su deceso.

En la tarde de este miércoles (28.7.2010) se hizo público el primer informe preliminar oficial sobre la cadena de sucesos. El reporte, basado en las investigaciones de la policía y la fiscalía, fue presentado por el ministro del Interior del gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger, y el inspector de la policía de ese Estado federado, Dieter Wehe. Los adelantos filtrados a la prensa ya apuntaban a que el informe achacaría la mayor responsabilidad por la catástrofe a la empresa Lopavent, organizadora de la fiesta masiva a la que asistieron alrededor de 1,4 millones de personas.

Informe preliminar oficial

Pressekonferenz Loveparade Massenpanik Duisburg
Rainer Schaller, organizador de la Loveparade (der.), rechaza las imputaciones que lo responsabilizan de la tragedia.Imagen: AP

Según el diario alemán Süddeutsche Zeitung, la compañía en cuestión hizo caso omiso a las reiteradas advertencias de las autoridades locales sobre las fallas en el sistema de seguridad y cálculos completamente equivocados sobre la manera en que la multitud accedería al recinto en el que se celebró la Loveparade. Rainer Schaller, ejecutivo Lovapent, rechaza las imputaciones y asegura haber respetado en todo momento las normas requeridas por las instancias pertinentes.

Schaller insinuó que tanto la policía local como la federal propiciaron la avalancha humana; según su versión, fue la policía quien condujo a la aglomeración de gente hacia el túnel en donde tuvo lugar el ataque de pánico colectivo. Sin embargo, sus acusaciones han sido refutadas categóricamente: el reporte presentado este miércoles minimizó las responsabilidades de la policía.

Vidas trastocadas

Adolf Sauerland
La presión ha aumentado para que Adolf Sauerland (en la foto) dimita y hasta habría recibido amenazas de muerte.Imagen: picture-alliance/ dpa

Otro que ha esquivado los señalamientos en relación con la estampida y atribuido buena parte de la culpa a la policía es el alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland. “Yo tengo que aguantar hasta el final”, declaró recientemente, aludiendo a su decisión de no renunciar a su cargo; aunque la presión ha aumentado para que dimita y hasta habría recibido amenazas de muerte, él sostiene que renunciar pondría el peso de las 21 muertes sobre sus hombros por el resto de su vida. Su despacho ha anunciado que Sauerland se abstendrá de asistir a los funerales de las víctimas este sábado (31.7.2010) para “no provocar a sus dolientes con su presencia”.

Mientras tanto, el malestar de quienes vivieron el lamentable episodio del sábado se transforma en rabia y otros sentimientos que no pasan inadvertidos en Duisburgo y sus alrededores. “Ambulancias para traumas” han sido habilitadas en la región de Westfalia para ofrecerle posibilidades de desahogo a los dolientes. Y es que, al procesar experiencias extremas o vivencias negativas impactantes, muchas personas pueden verse turbadas por recuerdos atormentadores y pesadillas o sensaciones como miedos difusos, nerviosismo y un desasosiego generalizado. Está claro que las heridas dejadas por la última Loveparade tardarán mucho tiempo en sanar.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa
Editora: Claudia Herrera Pahl