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"5 años de vida": un filme alemán sobre Guantánamo

Jochen Kürten / MH9 de mayo de 2013

"5 Jahre Leben" cuenta la experiencia del alemán de origen turco Murat Kurnaz, detenido en Pakistán en el 2001, encarcelado y sometido a terribles torturas en Guantánamo, durante "5 años de vida".

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Imagen: Zorro Film

El cine ha recurrido a menudo a acontecimientos políticos actuales. Uno de los exponentes más famosos del género del cine políticamente comprometido, a través de una historia envolvente para un público masivo, es el director Constantin Costa-Gavras. Con su película “Z”, que denuncia la dictadura militar griega, se hizo internacionalmente conocido en 1969.

Emoción y autenticidad

Murat Kurnaz tras el estreno en Saarbrücken.
Murat Kurnaz tras el estreno en Saarbrücken.Imagen: picture-alliance/dpa

Contar una historia política para un público masivo es más fácil si se logra establecer un nexo emocional del espectador con los actores. Este aspecto emocional y los momentos de suspenso, sin embargo también acarrean el riesgo de que el motivo central de la película quede en un segundo plano.

No existe una fórmula segura para atraer al público a un filme de este género, que dependerá sobre todo de la calidad del guión y del saber y el arte del director. Pero la película "5 Jahre Leben" (5 años de vida), del director y guionista Stefan Schaller, resultó una fórmula alemana de cine político logrado. En su primer largometraje, Schaler optó por contar la horrible experiencia del alemán de origen turco Murat Kurnaz, detenido en Pakistán en el 2001 y posteriormente encarcelado y sometido a terribles torturas en Guantánamo, la base naval de EE. UU. en Cuba, durante cinco años.

La obra relata cómo Murat (interpretado por Sascha Gersak), empleado en una discoteca y vinculado al tráfico de drogas, decidió cambiar su vida y buscar refugio en la religión tras la muerte de un amigo en una pelea y cómo, de camino hacia la escuela coránica paquistaní, fue detenido, entregado a las autoridades estadounidenses y enviado al temible centro de Guantánamo. Allí, a pesar de los constantes maltratos, no cedió y continuó afirmando que era inocente.

Un escándalo para la democracia

"El talibán alemán", tituló en su momento el diario sensacionalista Bild, a pesar de saber muy probablemente que Kurnaz era inocente y no tenía relación alguna con los fundamentalistas islámicos.

Sascha Alexander Gersak interpreta a Murat Kurnaz.
Sascha Alexander Gersak interpreta a Murat Kurnaz.Imagen: picture-alliance/dpa

El escritor Roger Willemsen, que entrevistó a exdetenidos en la base naval para su libro “Aquí habla Guantánamo”, califica de vergüenza que dicho centro de detención sea visto como simple irritación y no como enorme escándalo. El largometraje es ahora una oportunidad para ver y reflexionar sobre ese escándalo en forma de película de ficción.

Dos personajes

Schaller se concentra en su filme casi exclusivamente en dos personajes: Murat Kurnaz y Gail Holford, un especialista norteamericano en interrogatorios que intenta sacarle información al primero y llevarlo a que confiese. Lo cual le otorga a la película una enorme densidad, sin que prescinda de momentos dramatúrgicos envolventes.

Los entuertos políticos de trasfondo, la negación por parte del Estado alemán de permitir el regreso de Kurnaz, después de que se probara su inocencia, la política carcelaria de desprecio por los valores humanos del gobierno norteamericano, todo eso queda mayormente fuera del foco del director. Lo que la película muestra en toda su crudeza es la torturante cotidianeidad de los presos en Guantánamo. La puesta en escena de los actores, que retratan un caso verídico, le otorga una dimensión de autenticidad. “Quise relatar una metáfora sobre el fracaso político en el caso Kurnaz”, explica el director.

Interrogatorios sin fin...
Kurnaz fue sometido a interrogatorios sin fin...Imagen: Filmfestival Max Ophüls Preis 2013

Arbitrariedad política en democracia

El director Stefan Schaller y sus actores: Ben Miles (izq.) y Sascha Alexander Gersak (der.).
El director Stefan Schaller y sus actores: Ben Miles (izq.) y Sascha Alexander Gersak (der.).Imagen: picture-alliance/dpa

Schaller logra un retrato creíble de una historia que nunca se cae. "5 años de vida" es cine político relatado en forma concentrada, cautivadoramente escenificado y comprensible.

Así, la cinta logra contar una historia de un individuo, que siempre tiene como foco de trasfondo el tema de las violaciones de los derechos humanos. Algo que impresionó también al jurado del Festival Max Ophüls, certamen de cine de la ciudad de Saarbrücken, donde la película obtuvo dos premios. Ahora, la obra, que se enmarca en la tradición del cine político de Costa-Gavras, deberá probar su suerte en las salas de cine.

Autor: Jochen Kürten / MH

Editora: Rosa Muñoz Lima