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70 años después del Moncada: evidencias del fracaso

Sendung A Fondo Amir Valle
Amir Valle
26 de julio de 2023

Mientras el gobierno repite “Somos Continuidad” para celebrar un nuevo aniversario del “triunfo de las ideas de Martí y Fidel”, el pueblo cubano agoniza entre la desesperación por sobrevivir y escapar de la isla.

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Fidel Castro.
Fidel Castro.Imagen: AP/picture alliance

Setenta años han pasado desde que Fidel Castro asaltara el Cuartel Moncada en un intento frustrado de echar por las armas del poder al dictador Fulgencio Batista y no existe un documento más relevador del fracaso de la Revolución Cubana que el alegato de autodefensa que pronunció en el juicio al que fue sometido por esos hechos, conocido como "La historia me absolverá”. En ese discurso, explicó las razones del descalabro económico, político y social de Cuba que motivaron aquel asalto del 26 de julio de 1953. Una sencilla comparación de la situación que el propio Fidel Castro entendía como "motivos para la rebelión” con la realidad actual ofrece un resultado irrebatible: hoy Cuba y los cubanos viven circunstancias todavía peores que las que tanto criticó Fidel Castro en sus análisis en aquel juicio de septiembre de 1953.

La voz intelectual más reconocida de Cuba: el escritor y periodista Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 y candidato al Premio Nobel de Literatura, acaba de decir en su visita a República Dominicana: "Hemos tocado fondo y lo peor es que, si en otros momentos todavía hubo alguna esperanza de que las cosas iban a mejorar, yo creo que lo que más falta hoy no es la comida, el combustible, la electricidad o el café, lo que más falta es la esperanza”.

Anclados en el pasado

El presidente Díaz Canel y la propaganda gubernamental, sin embargo, parecen anclados en las aspiraciones de ese pasado: en medio de un caos que alcanza todos los ámbitos de la sociedad cubana, insisten en el discurso de trinchera de culpabilizar al "bloqueo” norteamericano del desastre de su gestión; tras las recientes críticas del Parlamento Europeo a la isla por "violaciones y abusos sistemáticos de los Derechos Humanos”, incluyen ahora  también a la Unión Europea como un nuevo enemigo; retoman los aires de confrontación con Estados Unidos mediante una peligrosa alianza con Rusia y China, y siguen estableciendo el marco legal para reprimir abiertamente las cada vez más habituales manifestaciones de descontento popular.

Sus cánticos celebrando, como ha publicado la prensa nacional, "un nuevo año de triunfos de las ideas de Martí y Fidel” están muy lejos de la complicada realidad nacional: la propuesta económica de comercio más promovida por el régimen como "la solución” a los problemas económicos, las llamadas MIPYMES, además de estar lejos de los bolsillos del pueblo, reciben acusaciones, con pruebas cada vez más evidentes, de ser controladas por la élite militar que domina más del noventa por ciento de la economía nacional. Entretanto, la televisión cubana rinde homenaje al fallecido "zar de la economía cubana”, Luis Alberto Rodríguez López Callejas, exyerno de Raúl Castro, quien fuera presidente del poderoso grupo monopólico militar GAESA, a quien enterraron esta semana con honores de Héroe de la Patria en el memorial de los héroes en el Segundo Frente Oriental, pese al fracaso de todas y cada una de sus gestiones económicas y comerciales nacionales e internacionales.

Los organismos gubernamentales reconocen públicamente el ascenso de los índices de violencia, con cifras alarmantes de asaltos y asesinatos cometidos para robar motorinas, teléfonos celulares y otros artículos de primera necesidad, se amplían las zonas de las grandes ciudades dominadas por bandas de delincuentes y a las cuales la policía ya no puede controlar; los crímenes por violencia machista crecen y llegan ya este mes a 54 mujeres asesinadas, e incluso existe preocupación en las autoridades y la población por el ascenso de los casos de una figura que antes prácticamente no existía: el asalto a turistas.

Amir Valle.
Amir Valle.Imagen: DW

Mientras el discurso oficial de los políticos, la prensa y los "amigos de Cuba” se empeña en mostrar a un pueblo dispuesto a sacrificarse, encuestas de organismos extranjeros y de la sociedad civil dentro de la isla arrojan una coincidencia, también en índices crecientes: la mayoría de la población activa no cree ya en los dirigentes ni en la Revolución y solo desea escapar de la isla; el mercado de venta de casas y propiedades se ha disparado ante la necesidad del cubano de adquirir los recursos que le permitan comprar los pasajes para Nicaragua, países de Europa del Este que no exigen visado a Cuba o cualquier otro país desde donde puedan cruzar a los dos destinos más perseguidos: Estados Unidos y España. Esta situación se torna más desesperante ante el retraso que en los últimos meses se viene produciendo en el procesamiento y concesión por Estados Unidos del "Parole Humanitario” mediante patrocinadores, llamado por los cubanos "Puerto Esperanza”, mediante el cual podrían ingresar legalmente a territorio norteamericano ciudadanos haitianos, nicaragüenses y cubanos.

La realidad y el discurso oficial

La decepción del cubano de a pie se acentúa también con la actuación vergonzosa, triunfalista y de ceguera empecinada ante la realidad de los dirigentes y del discurso oficial. Esta semana se produjeron caceroladas y actos aislados de protesta en la isla, y en las redes sociales circularon masivamente burlas y críticas airadas cuando delegados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (el parlamento cubano), durante la más reciente sesión de ese alto organismo político, parecían burlarse del pueblo y de su sufrimiento. El caso más sonado fue el del viceministro de la Agricultura, José Luis Tapia quien, luego de acusar a los campesinos e intermediarios de la falta de alimentos en la isla, propuso a los cubanos que aprovechen los terrenos baldíos y patios para hacer estanques donde puedan criar peces para la alimentación familiar.

Leonardo Padura, en la entrevista antes citada, aseguró que en Cuba el régimen triunfa en una sola cosa: "el control y el miedo es una industria que sí funciona”. Y es que son siete décadas de promesas incumplidas por una Revolución que ha fracasado en todo menos en un detalle aclarado por Fidel Castro en discurso ante el parlamento en Caracas, Venezuela, el 24 de enero de 1959: "Nunca en Cuba ha habido más paz y más orden que los que hay hoy sin policía y sin fuerza, porque es la paz que el pueblo quiere y el pueblo mantiene, y es el orden que el pueblo necesita y el pueblo mantiene”. Lo que nunca aclaró Fidel es que, cuando hablaba de pueblo, se refería a una imposición muy personal que los cubanos tuvimos que asumir a la fuerza: la Revolución es Fidel, el pueblo es Fidel, Cuba es Fidel. Hoy, tristemente, los cubanos conocen en carne propia una verdad irrefutable: los herederos del castrismo, y los que se aferran y viven de ese monopolio de poder en la isla, son los únicos que pueden celebrar este 26 de julio.