Demasiada gente, ¿poco alimento?
31 de octubre de 2011Hace unas horas nació en Filipinas una niña que, sin saberlo, se ha convertido en noticia mundial. Su nacimiento marcó un nuevo récord en el número de habitantes en el mundo: siete mil millones.
La población mundial crece cada año en cerca de 83 millones de personas – algo más que la población total de Alemania. Si este crecimiento se mantiene, para el año 2050 vivirán más de nueve mil millones de personas sobre la tierra, más de diez mil millones antes de acabar el siglo. Para que todos estemos satisfechos, se necesitan 2.400 kilocalorías por cabeza. La producción agraria debe duplicarse en los próximos cuarenta años, quizás incluso triplicarse. ¿Es esto posible con los limitados recursos de nuestro planeta? En principio sí, dice Haralk von Witzke, profesor de ciencias agrícolas de la universidad Humboldt en Berlín.
Pero el “sí” viene seguido de cerca por un “pero”. El enorme crecimiento de la producción agraria en las últimas décadas, explica von Witzke, se debe en un 80% a un aumento de la productividad de la tierra. Sólo un 20% se debe a una expansión de la superficie agraria. “En el futuro nos tenemos que centrar aún con más fuerza en el crecimiento de la productividad si queremos tener éxito al satisfacer la creciente necesidad de alimento para las personas, dado que la tierra se está convirtiendo en un factor limitante en el aumento de la producción de alimentos”, afirma el científico agrícola.
Las reservas de tierra escasean
Actualmente, se utiliza un 40% de la superficie agraria de la tierra para agricultura. 16 millones de kilómetros cuadrados se utilizan para el cultivo de grano – el tamaño de Sudamérica. 30 millones de kilómetros cuadrados se utilizan para pasto – el tamaño de África. Se hace uso de las tierras más rentables. En algunas partes del mundo ya no quedan reservas de tierra dignas de mención que puedan utilizarse para producir alimento. Una excepción son los países en vías de desarrollo.
Según informaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en ellos se utiliza con éxito un tercio de las superficies rentables. No obstante, no se permite la conversión de páramos y selvas en superficies agrícolas por razones de protección del medioambiente. El mantener un aumento de la productividad conlleva muchos factores que pueden afectar y retardar el proceso. El primero y más importante, el gasto de agua y energía.
La agricultura es la actividad que más agua requiere. Es previsible, según el vicedirector general de la FAO, que la escasez de agua sea el tema central en los próximos años. “Hemos investigado la distribución de la escasez de agua a nivel global, y hemos llegado a la conclusión de que será en las zonas con alto crecimiento de población donde el agua será más escasa”, explica Müller. En otras palabras: en los países donde más alimento se necesite fallarán las condiciones básicas.
Veganismo, una vía de solución
El asegurar alimento para toda la población mundial sería más fácil si menos gente consumiera carne y otros productos animales, porque los animales también deben recibir alimento. La producción de alimento para el ganado compite igualmente con la producción de elementos básicos para las personas, y con la construcción de cultivos energéticos para la producción de biocombustibles.
A pesar de ello, los científicos investigan para reservar las mejores tierras exclusivamente para la producción de alimentos para personas, sobre todo en Latinoamérica, África y el este de Europa. La producción de alimentos para animales y cultivos biológicos se daría en el resto de las tierras.
Investigación y desarrollo
Pero la medida que más ayudaría a sostener el crecimiento de la población es una mayor y mejor investigación científica agraria, con objetivos claros, con políticas establecidas y un enfoque hacia la agricultura también en los países en vías de desarrollo. La agricultura en Cooperación con el Desarrollo en 1980 llegaba al 19%; en 2007 la cifra era de tan sólo 3,5%. Falta información para mejorar los métodos agrícolas, la formación, los créditos, las oportunidades de venta y calidad de las semillas. El resultado es que la mitad de la cosecha en los países en vías de desarrollo se desaprovecha.
Todos los expertos coinciden en algo: no existe una receta definitiva para asegurar la alimentación mundial. Los recursos de la tierra podrían bastar para diez mil millones de personas, pero este cálculo global puede que no aumente. Porque se calcula que donde más crecimiento se población se dará es donde la situación alimentaria será más incierta.
Autora: Sabine Kinkartz / Lydia Aranda Barandiain
Editor: Enrique López Magallón