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A la búsqueda del bienestar social

Amir Valle (MS)13 de diciembre de 2014

El movimiento sindical de América Latina lanza con la Plataforma de Desarrollo de las Américas un nuevo ciclo de iniciativas sociales y políticas en su lucha por el bienestar social.

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Imagen: Amir Valle

Los desafíos inéditos en la región, los desastres sociales y económicos generados durante años por la ofensiva neoliberal y la exploración de nuevas vías de gestión de cada país a partir del fracaso de los modelos implementados en América Latina hasta hoy, imponen la asunción de nuevas estrategias. Se trata de implicar a los sindicatos nacionales no solo en sus luchas por mejoras laborales, sino también en otros escenarios por alcanzar esa sociedad mejor, más justa y democrática que han prometido durante décadas, y aún prometen sin conseguirlo, mandatarios latinoamericanos de todos los espectros políticos e ideológicos.

Conversamos para Deutsche Welle con el sindicalista paraguayo Víctor Báez Mosqueira, Secretario General de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), invitado por la Fundación Friedrich Ebert de Berlín al evento “Cómo queremos vivir. En busca de modelos alternativos de desarrollo”, para debatir sobre ese cambio radical en el trabajo de los sindicatos latinoamericanos, los retos y las posibilidades reales de alcanzar sus propósitos en un continente con tanta inestabilidad política, social y económica.

Mecanismos de desigualdad

Hace apenas veinte años, los trabajadores de la región eran explotados por las políticas neoliberales dictadas a nivel internacional por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y, en las Américas a través de la implementación de los Tratados de Libre Comercio de América del Norte y del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Esos mecanismos generaron altas tasas de desempleo de larga duración, supresión de derechos laborales, reducciones de salarios, precarización del trabajo y expansión de la economía informal.

“Comprendimos que la solución no dependía solo de leyes aprobadas en los países, ni de convenios de organismos internacionales del trabajo como la OIT, sino también del modelo social que se aplique”, asegura Báez, quien considera que, tras el fracaso del modelo neoliberal, gracias a la resistencia sindical y popular, y a las victorias electorales de tendencias políticas distintas comprometidas con la búsqueda de alternativas contra la pobreza extrema, se impuso el desafío de lograr la integración latinoamericana: “Ampliar el trabajo de Mercosur, construir UNASUR y crear el ALBA y la CELAC, resucitando muchos valores que quedaron en el olvido, como el tema de la justicia social, la democratización de la propiedad como derecho humano, el derecho a la educación, el derecho al agua, la oposición a la acumulación desigual de la propiedad y la democratización de los medios", explica Báez.

Luego de dos años de consultas con los sindicatos latinoamericanos afiliados y no afiliados, y con otros actores sociales en la región se elaboró la Plataforma de Desarrollo de las Américas (PLADA), conscientes de que la disputa por la hegemonía es a nivel global y se da entre un modelo que ha sido impuesto por las fuerzas más reaccionarias del capitalismo y un modelo alternativo que responda a la pregunta: “¿cómo queremos vivir en el futuro?”.

A mayor democracia, más protección

Esas consultas confirmaron que, entre otros problemas a solucionar, los avances en la integración regional no son aún suficientes para proteger a los países latinoamericanos del chantaje de los mercados financieros internacionales: “Se impone entonces apostar por estrategias de desarrollo sostenible, inclusivas, democráticas en lo político”, asegura el sindicalista, “pero a la visión tradicional de que todo desarrollo sostenible tiene lugar en los planos económico, medioambiental y social, nosotros añadimos un cuarto plano, el político. O sea, creemos que hay que hacer profundas reformas políticas para que nuestras sociedades sean sustentables.”

Siguiendo esas líneas, la Plataforma de Desarrollo de las Américas, en su dimensión política apuesta por una verdadera democracia, impidiendo que las corporaciones empresariales controlen las instituciones de la democracia representativa, pero sin la tutela estatal paternalista y autoritaria que establecen ciertos populismos. En lo económico, defiende el fortalecimiento de auténticos procesos de integración regional y subregional como herramientas de desarrollo, y de una nueva arquitectura financiera regional al servicio de un desarrollo con igualdad social.

En defensa de lo público

En lo social, PLADA cree en el derecho al trabajo decente, con igualdad entre géneros, etnias y generaciones, sin discriminación por discapacidad, orientación o identidad sexual; por defender los bienes públicos de la voracidad de las empresas privadas, entendiendo que salud, educación, vivienda y transporte urbano son derechos fundamentales que no deben ser mercantilizados, y por la implementación de políticas de prevención y erradicación de todo tipo de violencia. Y en su dimensión ambiental, defiende que los bienes comunes de la humanidad: la biodiversidad, el agua, las semillas, los bosques, la energía, el conocimiento, no sean sometidos a los criterios de lucro privado, sino utilizados responsablemente para el bien común.

“El mayor reto es lograr todo esto, a través del diálogo y el trabajo conjunto con la esfera política”, concluye Víctor Báez, “pero sin perder la independencia del movimiento sindical. Por eso hablamos de que debemos ser independientes, pero no indiferentes”.