A la caza de huellas dactilares
9 de junio de 2007"Garantizar la seguridad" es la divisa que desde los atentados terroristas contra Estados Unidos en septiembre de 2001 ha intensificado en espiral la vigilancia de las autoridades sobre los ciudadanos.
No ha pasado más de una semana desde que el Consejo alemán aprobara la ley que estipula que los pasaportes germanos deberán contener en el futuro no sólo una foto biométrica de su dueño sino también las huellas del índice izquierdo y derecho. Millones de huellas dactilares quedarán archivadas en los chips electrónicos de los nuevos pasaportes germanos.
Pero la caza de huellas dactilares no para ahí; registra un verdadero auge. Según información divulgada por el semanario online Der Spiegel, el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, promueve una iniciativa para que se recolecten y archiven las huellas dactilares de todos los extranjeros que viven en Alemania que no posean un pasaporte de la UE o de Suiza.
Estos datos quedarían archivados en el Registro Central de Extranjería (AZR). No sólo los 1,7 millones de ciudadanos turcos para los que Alemania es su segunda patria desde hace años a pesar de no contar con la ciudadanía y el pasaporte germanos tendrían que acudir a entintar sus dedos. De tener éxito la iniciativa del ministro Schäuble; también pasarían a engrosar este archivo las huellas dactilares de todos aquellos que pidan un visado para viajar a Alemania.
La iniciativa no es sin embargo una idea made in Germany, también tiene sus adeptos a nivel de la Unión Europea.
EE.UU. siempre a la delantera
Mientras que las autoridades alemanas debaten sobre esta posibilidad, en Estados Unidos se planea la aplicación de nuevos permisos de ingreso para los ciudadanos europeos.
El jefe del Departamento de Seguridad Interior estadounidense, Michael Chertoff, dijo en entrevista con medios alemanes, que con el fin de incrementar los estándares de seguridad estadounidenses aquellos europeos que viajen a Estados Unidos sin visa -que es el caso de la mayor parte de los turistas europeos- deberán registrarse vía online 48 horas antes de su llegada a EE.UU..
La libertad de visado de la que gozan los europeos es uno de los puntos débiles en los planes de protección estadounidenses contra el terrorismo pues abre la puerta a fundamentalistas islámicos con pasaporte europeo, según Chertoff.
Los planes no son nuevos, Chertoff indicó haberlos presentado en mayo pasado al Parlamento Europeo, que según explicó debe comprender que jamás permitirán a terceros decidir a quién dejan entrar en su territorio.
En este momento existe una polémica aún no zanjada entre la UE y EE.UU. sobre la transmisión de datos de los pasajeros de líneas aéreas europeas a las autoridades estadounidenses y en julio próximo expira la regulación temporal que reglamenta por el momento el tránsito de personas entre ambos bloques.
El planeta es grande
Las regulaciones masivas de seguridad van teniendo consecuencias palpables. Según información divulgada por la Travel Industry Association, mientras que en 1999, 2 millones de alemanes viajaron a Estados Unidos, en el 2006, la cifra se redujo a sólo 1,4 millones a pesar del tipo de cambio favorable y de un aumento constante del índice de turismo alemán.
El presidente de la Asociación alemana de Turismo, Klaus Laepple, está convencido de que la caída del interés está ligada a las nuevas medidas de seguridad. Después de todo, a quién le gusta que las autoridades estadounidenses cuenten en sus archivos con información sobre el número de la tarjeta de crédito, el teléfono, el correo electrónico, las millas acumuladas en viajes y hasta el menú que se comerá en el avión.