Einstein rehabilitado
25 de febrero de 2012En septiembre de 2011 los científicos del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, CERN por sus siglas en francés, comparecían ante la prensa para anunciar una sensación: en su laboratorio suizo habían observado neutrinos cuya velocidad de desplazamiento superaba a la de la luz. El descubrimiento echaba por tierra la Teoría de la Relatividad formulada por Albert Einstein en 1905.
Sin embargo, una revisión del experimento le devuelve a Einstein la razón. Los resultados a los que llegaron los investigadores hace unos meses parecen deberse a un error de cálculo. Los neutrinos nunca habrían sido un 0,025 por mil más rápidos que la luz, sino que la cifra se debería a un cable de fibra de vidrio defectuoso y a un aparato para la sincronización de datos GPS mal ajustado. Las pruebas volverán a repetirse el próximo mayo.
Las “partículas de roca”
Los neutrinos son partículas muy ligeras que traspasan sin dificultad la piedra o el mismo cuerpo humano. Es por eso que también se los conoce como “partículas de roca”. En Ginebra, los científicos del CERN crearon un haz de neutrinos orientado hacia el macizo italiano Gran Sasso: las partículas fueron lanzadas para que recorrieran a través de la tierra los 730 kilómetros de distancia que separan a la sede del CERN del monte de los Abruzos. Allí, un laboratorio subterráneo dotado de un detector OPERA (Oscillation Project with Emulsion-tracking Apparatus) registraba los tiempos de llegada.
Los neutrinos interaccionan sólo en contadas ocasiones con el resto de la materia y son eléctricamente neutrales. El verdadero objetivo del proyecto, bautizado como Opera, consistía en comprobar en la práctica la oscilación de estas partículas, hasta el momento planteada únicamente en el plano teórico. La hipótesis sostiene que, aunque mínima, los neutrinos poseen masa. Saber más acerca de ésta ayuda a los investigadores a comprender mejor las características de la masa de otras partículas elementales.
El Gran Sasso lo alcanzaron los neutrinos, según las mediciones hechas en septiembre, en 2,4 milisegundos.
Escépticos ya en septiembre
Mientras que parte de la comunidad científica reaccionó con entusiasmo a las noticias que llegaban de Suiza, no faltaron los que manifestaron pronto sus dudas. “La Teoría de la Relatividad es una piedra angular de la física”, recordaba Johan Bijnens, físico de partículas de la Universidad de Lund en Suecia, “si realmente no fuera correcta nos encontraríamos en grandes dificultades”.
“Hay que ser muy cuidadoso”, sostenía por aquel entonces Caren Hagner, física en la Universidad de Hamburgo y miembro del equipo Opera, quien advertía de los peligros de una publicación prematura de los resultados del experimento.
Autor: Fabian Schmidt/ Luna Bolívar
Editora: Emilia Rojas Sasse