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Afganistán: las misiones secretas del KSK

24 de octubre de 2012

Sus misiones son peligrosas y secretas. Detalles sobre las acciones del comando de élite KSK, de las FF. AA. alemanas, se dan a conocer, en el mejor de los casos, después de realizadas. Como ahora en Afganistán.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Los comentarios en los diarios alemanes hoy (24.10.2012) tienen casi todos el mismo tenor: de “escasa” es calificada la información sobre la detención de un alto jefe talibán en Afganistán, llevada a cabo aparentemente el viernes pasado en la provincia de Kundus. Solo días después se filtraron algunas informaciones, en las que se insinuaba la participación del comando alemán de élite KSK.

Que el comando opera en Afganistán es conocido, pero no mucho más. Parca fue por lo tanto la toma de posición de la Bundeswehr (FF. AA. de Alemania): “En Afganistán se llevó a cabo una operación comandada por fuerzas afganas, acompañada por efectivos de ISAF, entre ellos, soldados alemanes”, dijo a DW el teniente coronel Manfred Baumgartner, portavoz de la Bundeswehr en Afganistán. La participación de efectivos del KSK no fue ni desmentida ni confirmada.

Tampoco sobre la identidad del detenido fueron proporcionados datos. “Según fuentes afganas, se trata del mullah Abdul Rahman”, agregó Baumgartner. Abdul Rahman no es ningún desconocido. Está considerado el jefe de los talibanes en Kundus. Se le atribuye el secuestro de dos camiones cisterna a fines de 2009, que un coronel alemán ordenó luego bombardear. En la operación murieron 140 personas, la mayoría civiles. El operativo transformó muy negativamente la imagen de la misión alemana en Afganistán.

También en ese ataque podría haber desempeñado un papel el KSK. Según un documento divulgado en el marco de una investigación del Parlamento alemán, la cadena de información y comando habría pasado por una central de mando del KSK. Ya antes, el comando había participado en varias operaciones de la OTAN. El KSK llevó a cabo en 40 casos tareas de inteligencia, por ejemplo en 2009 antes de la batalla de Tora Bora, donde se suponía estaba el escondite de Osama bin Laden. El número exacto de operaciones del KSK se desconoce.

Afghanistan Soldaten Nachtsichtgerät
Soldados en Afganistán vistos a través de un aparato de visión nocturna. Que el KSK opera en Afganistán es conocido, pero no mucho más.Imagen: picture-alliance/dpa

El “affaire Kurnaz”

Ya en 2006, el “affaire Kurnaz” despertó críticas con respecto al KSK. Murat Kurnaz, un alemán de origen turco, había sido detenido en 2001 en una región fronteriza entre Pakistán y Afganistán y acusado de terrorista. Luego pasó cuatro años internado en Guantánamo. Según Kurnaz, antes de su traslado a Guantánamo fue interrogado y maltratado por miembros del KSK. Una comisión parlamentaria de investigación llegó más tarde a la conclusión de que los malos tratos no podían ser ni constatados ni desmentidos.

El comando especial de la Bundeswehr es una unidad relativamente nueva. En los años 1990, la OTAN pidió a los Estados miembros que ampliaran sus capacidades para operaciones “out of area”. La razón concreta para la creación de esos comandos fue la guerra civil en Ruanda. Cuando, en 1994, debieron ser evacuados de Ruanda ciudadanos alemanes, el Gobierno alemán se dio cuenta de que no disponía de ninguna unidad que pudiera llevar a cabo la operación. Los ciudadanos alemanes fueron evacuados por una unidad belga.

Operaciones contra fuerzas irregulares

El KSK fue creado en 1996. El comando tiene 1.100 efectivos. Desde entonces ha operado no solo en Afganistán, sino también en el Congo y en la persecución de criminales de guerra en la ex Yugoslavia.

Entre las tareas centrales del KSK se cuentan explícitamente las “operaciones contra fuerzas irregulares”, como por ejemplo la detención del comandante talibán en Kundus. Generalmente son llevadas a cabo por grupo pequeños muy bien entrenados. Otras tareas son la protección de personas e inmuebles alemanes en el exterior. Gran prioridad poseen la salvación y liberación de soldados y civiles alemanes secuestrados, de ser necesario también recurriendo a las armas. Las operaciones del KSK son casi siempre secretas, para no poner en peligro a los participantes y los objetivos de las misiones.

Desde el punto de vista constitucional, ese secreto es problemático. El KSK opera desde hace 16 años en una zona legal gris. El Gobierno federal no informa sobre sus tareas y misiones, tampoco al Parlamento, a pesar de que según la Ley de Participación del Bundestag, de 2004, debería hacerlo.

Información a grandes rasgos reciben solo cinco representantes de sendos grupos parlamentarios en el Bundestag… y a menudo solo a posteriori. También esos representantes están obligados a mantener el secreto y no pasar la información al grupo parlamentario. Uno de esos representantes es Omid Nouripour, de Los Verdes. “El papel del KSK no puede ser completamente transparente, por su propia naturaleza”, dijo Nouripour a DW. “Por otra parte, ello es naturalmente enojoso cuando, como parlamentario, me entero de lo que sucede por los diarios”, agrega. Alemania tiene fuerzas armadas bajo control del Parlamento y el Gobierno federal “tendría la obligación de informar al Parlamento sobre hechos de tal envergadura”, concluye.

Autor: Latschan, Thomas / Felden, Esther / PK
Editor: Enrique López