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Afganistán: prueba de fuego

DW-WORLD30 de noviembre de 2006

La prensa europea sigue ocupándose hoy de la cumbre de la OTAN en Riga y de las consecuencias que para la Alianza podría tener el conflicto de Afganistán. Las prácticas de la CIA y Turquía también son tema.

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La OTAN se juega más que una guerra en Afganistán.Imagen: AP

La cumbre de la OTAN que se cerraba ayer y lo que el encuentro ha traído consigo es objeto de comentarios en los diarios europeos. Igualmente, la prensa reacciona a cuestiones como las últimas noticias acerca de las detenciones ilegales y cárceles secretas de la CIA en y a través de Europa, con el conocimiento de los gobiernos europeos, y la todavía controvertida relación entre la Unión Europea y Turquía, en vistas a la postergación indefinida de las negociaciones para la entrada del país en la UE y la reiterada exigencia europea de que Ankara abra sus puertos a los barcos procedentes de Chipre.

El País, de Madrid: "Algunos de los Gobiernos que consideran impensable perder Afganistán (Alemania, Francia, España...) imponen restricciones a sus tropas con el ánimo de implicarlas lo menos posible en la lucha armada y destinarlas básicamente a aspectos humanitarios o de reconstrucción en zonas tranquilas […] La dosis de oportunismo de Bush, que recordó el lunes a la cumbre atlántica el principio fundacional de todos para uno, uno para todos, no invalida el argumento básico del presidente de EE UU de reclamar mayor solidaridad. La misión de la OTAN cuenta con todas las bendiciones de la legalidad internacional. Podemos preguntarnos si la estrategia es suficientemente afinada […] Pero el fracaso de la Alianza Atlántica enviaría un mensaje de impacto devastador al fanatismo islamista, en el sentido de que las barreras de contención han desaparecido. En Afganistán está en juego, junto con la credibilidad y la supervivencia de la Alianza, el concepto mismo de seguridad global".

Salzburger Nachrichten, de Viena: "Los miembros de la OTAN no se ponen de acuerdo en si la clave para estabilizar Afganistán reside en la fuerza militar o en la reconstrucción civil. Pero la misión de la OTAN en el país asiático sólo será un éxito si los Estados de la Alianza logran definir conjuntamente los conceptos políticos que quieren aplicar. El debate actual desvirtúa las intenciones de Estados Unidos de convertir a la OTAN en una "policía global". El consenso dentro de la organización es insuficiente. Afganistán se ha convertido en una prueba de fuego con la que la Alianza debe demostrar si es capaz o no de asumir el mando en momentos de crisis".

Guardian, de Londres: "Se dice con frecuencia que lo peor que podría pasar en Afganistán es que el país se convierta en un segundo Irak. La reacción indiferente de muchos Estados miembros de la OTAN al llamado de Toni Blair a combatir frente a frente al terrorismo internacional es una clara muestra de la división reinante: del escepticismo con que las palabras de Blair son acogidas y de la duda general existente acerca del sentido que tiene su solución militar. Esta mezcla de indecisión y duda es característica de todos los esfuerzos que Occidente vuelca en esta región del mundo. Y demuestra gran inseguridad acerca de la conveniencia de seguir el camino que se ha tomado".

La CIA y su lucha contra el terrorismo

Basler Zeitung, de Ginebra: "No hay que cansarse de criticar las prácticas [de la CIA]. Porque, tan importante y legítimo es combatir el terrorismo como que este combate se lleve a cabo haciendo uso de los medios que el Estado de Derecho pone a disposición. Según la legislación occidental, toda persona tiene derecho a un juicio justo. Esto es aplicable también a los sospechosos de terrorismo. Los Estados miembros de la Unión Europea y Suiza deben dar explicaciones lo antes posible sobre qué es lo que ha sucedido en cada país. Maquillando las cosas no se adelanta. No es antiamericanismo. Se trata de principios básicos a los que Estados Unidos también debería mantenerse fiel".

"Asociación privilegiada" para Turquía

La Reppublica, de Roma: "No existe la menor duda de que la Comisión Europea tiene motivos para suspender las negociaciones de ingreso con Ankara. Pero ninguna razón política justifica que se humille constantemente a este país, que es además muy importante para los intereses estratégicos de Europa […] Turquía, queremos recordar aquí, ha esperado 40 años a que poder pisar la sala de espera europea […]

En octubre de 2005, la Unión Europea decidió iniciar el proceso de ingreso en la UE de Turquía, que en el mejor de los casos debían finalizar en 2015. Un año después, la Comisión Europea cambió de opinión, dejando entrever no sólo las dificultades en las negociaciones sino también el escepticismo presente en gran parte de la opinión pública europea. En Francia, Alemania, en Austria crece el grupo de los que quieren convencer a Ankara de que renuncie a pertenecer a la UE y se conforme con el premio de consolación que es la llamada 'asociación privilegiada'".