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Agricultura entre el estiércol y el cosmos

Ruth Krause (JAG/JOV)13 de abril de 2015

La agricultura biodinámica se practica en Alemania desde hace 90 años. Radical, controvertida y misteriosa, pero también buena para el medio ambiente.

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Imagen: picture-alliance/dpa/F. Rumpenhorst

Nada de químicos ni de grandes máquinas. Al fertilizar la tierra, Johannes Rodewyk sigue unas reglas estrictas, enterrando un puñado de estiércol de vaca hasta la pascua. Después, abonará la tierra con excrementos diluidos en agua: 50 gramos por hectárea. Además, dos caballos, un asno, cinco cerdos, un estanque y vacas y gallinas correteando libremente. Rodewyk no quiere saber nada de producción en masa y monocultivos. Desde este año tiene un certificado cómo granja biodinámica de Demeter, la asociación agrícola con líneas más duras de todo el mundo

De la dinámica y las fuerzas cósmicas

La agricultura biodinámica va todavía más allá que la ecológica. No se trata de eliminar agentes nocivos, aclara Renée Herrnkind, de Demeter: “ No se trata de eliminar, sino de aportar algo más”. Como cuestión de fondo, no está solo el rendimiento, sino el uso para el hombre y para el medioambiente. Para Demeter, la agricultura ecologica se concentra en pocos productos, mientras las granjas biodinámicas apuestan por la diversidad. “Se entiende la granja como un organismo en el que un órgano alimenta al otro”, aclara Herrnkind. Por eso, casi siempre tienen animales, que sirven para abonar los campos.

Este tipo de agricultor existe desde hace 90 años y, en total, unos 5000 agricultores cuentan con el certificado Demeter. Tan solo el año pasado, este mercado creció en Alemania en un 15%, lo que indica que cada vez se aprecia más el producto, explica Herrnkind.

Comparándola con la agricultura ecológica, los biodinamicos no solo aspiran a respetar el medio ambiente, sino que se trata también de una cuestión filosófica . O mejor dicho, antroposofica, una visión espiritual del mundo desarrollada por el filósofo Rudolf Steiner, que propagaba la unidad mística entre el hombre y el mundo como principio para la medicina, el arte y también la agricultura.

También se trata del efecto de las llamadas “Fuerzas Cósmicas”. Según los antroposofos, estas se invocan a través de preparados especiales realizados a base a plantas, excrementos y abonos, que se distribuyen por los campos. Como el preparado de Rodewyk, que según estas creencias serviría para armonizar los procesos de la vida y del crecimiento de las raíces. “No trata de cantidades de sustancia. Es como la homeopatía. Nadie se lo cree y sin embargo…“ , dice Herrnkind.

Escepticismo de la ciencia

Gut Kappeln, una de las granjas biodinámicas en Alemania.
Gut Kappeln, una de las granjas biodinámicas en Alemania.Imagen: Johannes Rodewyk

¿Pero que hay de cierto en todo esto? ¿Hay base científica o son solo supersticiones? En el instituto de Agricultura Biológica de Suiza se analizan tres tipos de cultivos (normal, biológico y biodinamico) desde 1978. “Los primeros 15 años no pasó nada, pero después se vieron algunas diferencias”, dice el profesor Urs Niggli, director del instituto. El suelo biodinamico era mucho más fértil que el ecológico y todavía más que el normal.

¿Proceden estos efectos realmente a los preparados? Las cantidades analizadas son pocas para decirlo, reconoce el investigador. Y el resto de factores analizados eran relativamente estables. “Es decir, hay cierto efecto pero solo se puede explicar desde la perspectiva antroposófica”, aclara Niggli. “Lo que sí es cierto es que los sistemas que usan tratan al suelo con mucha delicadeza”, continúa el experto. Además, estudios actuales demuestran que el suelo biodinamico tiene más carbono orgánico, es decir, expulsa menos CO2 a la atmosfera. Sin embargo, y aunque cada vez haya más campesinos comprometidos, las superficies son muy pequeñas y tampoco podrían solucionar los problemas de la diversidad y el hambre en el mundo, concluye Niggli.