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Alemania: acabar con la semilla neonazi en la Policía

Michaela Küfner
18 de diciembre de 2018

Puede ser quizá la punta de un iceberg: una amenaza de asesinato de la ultraderecha, enviada desde un fax de una comisaría de policía en Fráncfort. La sociedad tiene que actuar en consecuencia, dice Michaela Küfner.

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Polizei Hessen
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Stein

NSU 1.0: Diez asesinatos perpetrados por terroristas ultraderechistas, la mayoría de las víctimas tenía raíces extranjeras. Trece años de fracaso rotundo de las autoridades alemanas encargadas de las investigaciones. Por lo menos, al final de un proceso judicial largo y complicado, el veredicto fue "cadena perpetua” para Beate Zschäpe, el único miembro con vida del trío asesino. En dicho proceso penal, la abogada de Fráncfort, Seda Basay-Yildiz, defendió a la familia de una de las víctimas mortales. 

El fax, desde donde se envió la amenaza a Basay-Yildiz de "masacrar” a su hija, está aparentemente en la comisaría número 1 en Fráncfort. En la actualidad, cinco policías están siendo investigados en dicha ciudad. Habrían intercambiado material de ideología ultraderechista en un chat privado.

Michaela Kuefner.
Michaela Kuefner, de DW.Imagen: DW/B. Geilert

El comienzo de las investigaciones

Parece ser que es solo el comienzo de una investigación que probablemente tenga muchas repercusiones. Por otro lado, el Ministro del Interior de Hesse defiende con razón el hecho de que ahora haya 14.000 policías de la región bajo sospecha general. Esto ya se conoce del Este de Alemania, especialmente en Sajonia.

El ámbito político reaccionó, como se esperaba, muy indignado. "Espantoso", comentó la Ministra de Justicia alemana, Katarina Barley. Sí, es aterrador que pudieran darse ese tipo de estructuras en una estación de policía. ¿Y nadie se dio cuenta? 

"NSU 2.0": Así se llamaron aparentemente los policías. La diferencia, con respecto a NSU 1.0, es que una autoridad, por sí misma y sin haber sido presionada, debería haberse percatado de las estructuras de ultraderecha y actuar, en contra, con firmeza para proteger a la víctima, pero también a los colegas, que cada día garantizan nuestra democracia y nuestro Estado de derecho.

Ninguna sorpresa

Quien haya vivido de cerca el juicio de la NSU o uno de los correspondientes comités de investigación en el Bundestag, puede que sienta miedo después de haber oído el caso de los policías de Fráncfort, pero probablemente no se sorprenda. Las familias de las víctimas de la NSU siguen lamentando hasta el día de hoy que se haya arrojado poca luz sobre la red oculta de apoyo a la NSU. Y esto fue precisamente lo que hizo posible la aparición de la célula terrorista NSU.

La última vez que la NSU asesinó fue hace doce años. Desde entonces, Alemania ha cambiado drásticamente por la acogida de más de un millón de refugiados entre 2015 y 2016. La simpatía hacia la ideología de la derecha populista del partido Alternativa para Alemania ha ganado terreno en la sociedad y en el Bundestag. Los grupos de extrema derecha se muestran cada vez más abiertamente en público, y probablemente también en el círculo de colegas de la Policía.

Esperemos que la mayoría silenciosa sea capaz de llamar a todas las cosas por su nombre. Y que todos reaccionen cuando las ideas de los ultraderechistas se intenten propagar en el metro, en el vecindario, en el club, en el trabajo y con los colegas en el pasillo. De todos nosotros depende que la semilla de la ultraderecha no crezca.

(rmr/jov)

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