Alemania: derechos fundamentales en 2007

´"No tranquilizador" es el estado de los derechos fundamentales de los ciudadanos en Alemania. Así se asevera en el informe anual que publica un grupo de asociaciones especializadas en derechos cívicos y humanos, entre ellas la Liga Internacional por los Derechos humanos y la organización no gubernamental ProAsyl.

El punto central del informe es que la exagerada necesidad de seguridad de parte de las instituciones estatales va en desmedro de ciertos derechos fundamentales, que por ser tal, son inalienables.

Cuidar de los límites del control estatal

Este grupo guardián de los derechos del ciudadano inscritos en la Constitución Alemana se opone rotundamente, por ejemplo, a las nuevas leyes de control de los sistemas de comunicación. Aduciendo lucha internacional contra el terrorismo, el abismo entre los derechos en versión impresa y en versión real es cada vez mayor.

El tratamiento que da el Estado a los extranjeros, en especial a los que han ingresado ilegalmente al país es "poco satisfactorio". Según los especialistas en la materia que velan, entre otras cosas, por la estricta separación de Estado e Iglesia, también para estas personas debe valer el artículo 1 de la Constitución alemana, "la dignidad humana es inviolable".

Registros domiciliarios infundados

Ciertas acciones de la Policía como registros domiciliarios son sencillamente inconstitucionales, asevera el ex magistrado de la Corte de Derecho Constitucionales, Jürgen Kühling, quien presenta el informe en Karlsruhe. A pesar de ello, el método sigue siendo utilizado. Un antídoto para ello, proponen estos vigilantes de que se cumpla con lo estipulado para un Estado de derecho, podría ser que el ciudadano pueda exigir indemnización. Un registro de esa clase representa un "humillación monstruosa" para el ciudadano, y un ataque muy grave a la esfera privada.

El G-8 y los derechos civiles

Este informe cae en terreno abonado: las últimas razzias en Hamburgo y Berlín, ordenadas por la Fiscalía alemana en el contexto de las medidas de seguridad por la Cumbre del G-8 en Heiligendamm, a las oficinas de organizaciones anti-globalización han dejado sensibilidades al aire. La seguridad de los líderes de las ocho potencias mundiales es una cosa por la que hay que velar. Pero la libertad de expresión, la inviolabilidad del domicilio y el derecho de libre asociación son derechos fundamentales a respetar. Y encargarse de hacer la presión civil que haga falta para que así es el objetivo declarado de las organizaciones que firman el informe.