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Alemania, dispuesta a comprar los datos robados de evasores fiscales

1 de febrero de 2010

El Gobierno alemán se declara dispuesto a pagar la suma millonaria que se exige por una polémica lista de datos que incluye información sobre 1.500 presuntos evasores fiscales, dio a conocer la canciller, Angela Merkel.

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Un CD con datos que podrían suponerle al Estado alemán 100 millones de euros.Imagen: picture-alliance/ dpa

"Si los datos son importantes, debemos tenerlos. Ése tiene que ser nuestro objetivo", dijo Merkel, desestimando los reparos mostrados por algunos miembros de su gabinete ante la idea de adquirir informaciones que, en realidad, son robadas- los datos fueron ofrecidos a Berlín por un informante anónimo que reclama 2,5 millones de euros (3,4 millones de dólares) por ellos. Toda persona sensata, sostuvo la canciller, sabe que es obligación de la justicia perseguir el delito de evasión fiscal.

Los objetores a la compra aducen que el Estado corre peligro de incurrir en un delito de encumbrimiento de un acto criminal y convertirse en cómplice de un robo. Pero el Gobierno alemán se dice "en principio" dispuesto a pagar el millonario precio, y parece decidido a no dejar escapar a los infractores, que habrían ocultado al fisco unos 100 millones de euros (138 millones de dólares).

Precisamente del dinero que pueda llegar a recuperarse en función del pago retroactivo de impuestos y multas, dependerá la decisión final que se tome en este caso, adelantó un portavoz del Ministerio de Finanzas en Berlín.

A favor y en contra

Tanto el sindicato policial como los partidos de la oposición apoyan la compra de los datos y piden que se persiga con mayor vehemencia la evasión fiscal. El comisionado nacional para la protección de datos, Peter Schaar, recomendó por su parte no aceptar la oferta: "Tengo grandes dudas sobre la legalidad de un negocio semejante", dijo.

El Gobierno suizo, a su vez, también rechaza el negocio por considerarlo ilegal, y pidió a Alemania no dar pasos que dañen la confianza mutua, según palabras de la ministra de Economía, Doris Leuthard.

El caso es similar a lo acaecido hace dos años en el llamado "escándalo de Liechtenstein", cuando el Gobierno alemán y el estadounidense compraron listas de clientes con cuentas no declaradas en dos bancos de dicho principado. Berlín había autorizado en aquel entonces a los servicios de inteligencia a pagar cinco millones de euros por la información.

¿Quién es el informante?

Por otro lado, crecen las especulaciones en torno al anónimo que está ofreciendo el negocio y genera inseguridad entre miles de pudientes que hacen trabajar el dinero en Suiza sin declararlo ante el fisco alemán. Se trataría de un experto en informática de 37 años, un ex empleado de la sucursal en Ginebra del banco británico HSBC que el año pasado hizo ya un negocio similar con el Gobierno francés.

Pero también podría ser un ex trabajador del banco suizo USB, que desde hace algún tiempo está ofreciendo informaciones comprometedoras sobre cuentas clandestinas que ciudadanos europeos tienen en los llamados paraísos fiscales. (dpa)

Editora: Luna Bolívar Manaut