Alemania e Israel: buenas relaciones al más alto nivel
11 de febrero de 2008“Que éste sea un lugar para el recuerdo”, ha dejado escrito, colgado de las ramas de un granado, Ehud Olmert en el Museo Judío de Berlín. La última vez que estuvo en la capital alemana, el primer ministro se acercó hasta la estación de tren de Grunewald, cuyos rieles soportaron la deportación de miles de judíos. Entre un acto y otro ha pasado poco más de un año.
La canciller alemana es una firme defensora del derecho de existencia de Israel y las relaciones germano-israelíes gozan de una salud envidiable. Hasta tal punto llega el entendimiento que es muy probable que Angela Merkel, cuando el próximo marzo le devuelva a Olmert la visita, hable ante la Knéset, el parlamento israelí. Un honor que no se concede a cualquier alemán.
El 14 de marzo Israel cumple 60 años. Pero el viaje de Merkel será más que meramente decorativo. Alemania y el país a las orillas del Mediterráneo prevén iniciar un mecanismo de consultas anuales al más alto nivel. Con ningún Estado fuera de Europa mantienen los germanos este tipo de contactos.
Pero hasta entonces, quedan cosas por aclarar. Mientras Olmert se paseaba por el Museo Judío, su viceprimer ministro y hombre de confianza, Chaim Ramon, anunciaba que Israel habrá acabado con Hamás antes de que finalice el año y, en Teherán, el presidente, Mahmud Ahmadineyad, aseguraba que el verano próximo Irán tendrá un satélite propio en el espacio.
Annapolis se aleja
“Alemania y la Unión Europea harán todo lo que esté en sus manos para apoyar las conversaciones de paz”, era el mensaje de Merkel en su videoconferencia semanal. Las conversaciones oficiales, que incluyen además de a la canciller al presidente alemán, Horst Köhler, y al presidente del Bundestag, Norbert Lammert, se inician este martes.
No cabe duda de que en todos los encuentros el proceso de paz va a ser un tema ineludible. Alemania quiere un acuerdo, pero si Merkel aún cree en Annapolis, debe ser, según la apreciación de Ramon, la única. “Nadie cuenta con un acuerdo detallado para el uno de enero”, dice el segundo de Olmert, que se encarga estos días de mantener la línea dura en Israel.
“Creo que el presidente [George W.] Bush espera una declaración de principios. Si es más o menos detallada, no importa”, opina Ramon, lo que dista mucho de la euforia con la que, tras la conferencia palestino-israelí del pasado noviembre, el mandatario estadounidense, secundado por el enviado especial del Cuarteto para Oriente Próximo, Tony Blair, fechaba el fin del conflicto en el uno de enero de 2009.
“Nuestro objetivo es un Israel seguro y estable y un Estado palestino que puedan vivir en libertad y paz con sus vecinos”, mantiene Merkel. Y, de momento, lo único que se le asegura desde Jerusalem es que el uno de enero de 2009 Hamás habrá dejado de existir. “Mi preocupación principal ya no es lo bueno para los palestinos, sino cómo proteger a los ciudadanos israelíes”, advierte Ramon.
Omid, el satélite iraní
Si Merkel le pedirá a Olmert que su Gobierno tenga consideración con los palestinos, el primer ministro israelí reclamará de la canciller su apoyo para hacer frente a Irán. Alemania, como uno de los principales socios económicos de Teherán y como uno de los seis países (Consejo de Seguridad más Alemania) claves para el proceder de Naciones Unidas con respecto a Irán, puede ejercer aquí su poder de persuasión, opinan en Israel.
“La nación iraní no va a ceder ni un solo centímetro en lo que a sus derechos nucleares se refiere”, clamaba Ahmadineyad en la capital iraní. Este lunes se celebraron los 29 años del triunfo de la revolución islámica y el país, como cada año, quedó sumido en fiesta patria. El cohete lanzado la semana pasada no será el último, anunció el presidente a la masa congregada: otros dos iniciarán en los próximos meses el viaje al espacio hasta que Omid, que significa “esperanza”, pueda convertirse, “con la gracia de Dios”, en el primer satélite iraní en órbita.
Israel se siente directamente amenazado. Por eso, Olmert va a pedirle a Merkel que “se impongan limitaciones a Irán, se extiendan las inspecciones de sus plantas y se endurezcan las sanciones”, según explicó el embajador israelí en Alemania, Yoram Ben-Zeev, a una radio de su país. “Las potencias internacionales no deberían volver a cometer el error de dejar que el Consejo de Seguridad vote una resolución contra Irán”, continuaba Ahmadineyad en Teherán.