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Alemania encara nuevas inundaciones

Mirra Banchón24 de agosto de 2005

Aunque las lluvias torrenciales que anegaron numerosas poblaciones de Europa central han cesado, la crecida de los ríos amenaza con extender una catástrofe, que Alemania conoce entretanto bastante bien.

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Eschenlohe en BavieraImagen: AP

Por la crecida de los ríos, debida a las lluvias torrenciales que azotan y anegan desde hace varios días Europa central -y que han causado ya víctimas mortales en Austria, Suiza, Bulgaria y Rumania- el sur de Alemania se prepara también para paliar una nueva inundación a gran escala. Algunas son las poblaciones alpinas que se han visto anegadas por la lluvia.

Alarma en Baviera

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EschenloheImagen: AP

La crecida que viene desde los Alpes baja por el Danubio y amenaza con llegar a los ríos Inn e Isar en Baviera. La región del Allgäu se ha visto severamente afectada. Cunde la alarma, algunos pueblos han sido ya evacuados. Miles de voluntarios apilan sacos de arena en los puntos de mayor riesgo; policía, bomberos, Cruz Roja y ejército están dispuestos. En algunos puntos, las aguas han sobrepasado ya el nivel que alcanzaran en la inundación de 1999; el recuerdo de las del Elba del año 2002 sigue fresco. Las del río Oder en Brandeburgo, en 1997, tampoco quedan muy lejos.

Responsable: el cambio climático

Estas lluvias torrenciales se originan en las nubes provocadas por las altas temperaturas reinantes en el Mediterráneo y que se concentran sobre los Alpes, formando así un área de bajas presiones, como explicaba el servicio meteorológico de la televisora alemana ARD.

Die Luftaufnahme vom Dienstag (23.05.2005) zeigt einen Bauernhof bei Krugzell (Kreis Oberallgäu), der vom Hochwasser der Iller umgeben ist
Krugzell en BavieraImagen: dpa

Sin embargo, la recurrencia del fenómeno se explica por el cambio climático del planeta. El efecto invernadero -originado por la industrialización y por la mano del hombre- ha logrado un clima de extremos: tornados en Estados Unidos, incendios forestales en Portugal, sequía en España, inundaciones en los Alpes. "Éstas son las consecuencias del nefasto comportamiento hacia la naturaleza", opina el periódico Landeszeitung de Lüneburgo. Esto lo confirma también el Instituto Federal de Protección Medioambiental: la destrucción de las riberas de los ríos y los bosques explica el fenómeno.

Dejà-vu

Hochwasser Jahrestag - Semper-Oper in Dresden
La Ópera en Dresde, agosto 2002Imagen: AP

Para Alemania, las inundaciones son como un dejà-vu; también para el ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, quien ya en ese cargo hizo frente las inundaciones en el Este en el año 2002, que anegaron y destruyeron buena parte del centro de la histórica ciudad de Dresde. Una mayor reforestación en las vegas de los ríos y en las altas montañas propone Trittin como paliativo y medida preventiva concreta a lo que amenaza con convertirse en una pesadilla recursiva.

Todo esfuerzo es poco

Symbolbild Klimawandel
El calentamiento de la tierra, ¿imparable?Imagen: dpa - Bildfunk

Y no es que desde que se tomó conciencia del riesgo latente no se haya hecho nada para combatirlo: más de 100 millones de euros se invierte anualmente en ello. Y si bien está claro que todo esfuerzo para contrarrestar los efectos del cambio climático es poco, debido a las medidas preventivas tomadas, "los perjuicios no serán tan altos como en 1999", anunció el ministro de Medio Ambiente bávaro, Werner Schappauf. A mil millones de euros ascendió aquella vez el monto de los daños.

Por lo pronto, Garmisch-Patenkirchen, población alpina en las faldas del monte Zugspitze y cercana a la frontera con Austria se encuentra todavía incomunicada debido a los derrumbes. Eschenslohe y Bad-Tölz comparten suerte semejante. Aunque las lluvias han mermado, la crecida de los ríos es ahora -y mucho parece indicar que de ahora en adelante- la amenaza a enfrentar.