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Merkel obtiene el respaldo de jefes regionales

4 de junio de 2011

Alemania cerrará sus reactores nucleares de manera escalonada entre el 2015 y el 2022, según una propuesta de ley que será llevada al Parlamento en junio. El plan retoma los reclamos de socialdemócratas y verdes.

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Central atómica de Biblis, en Alemania.Imagen: picture-alliance/ dpa

Con el apoyo de los gobiernos regionales, la canciller, Angela Merkel, adoptó un abandono escalonado de la energía nuclear y no de golpe como lo preveía inicialmente.

"Si abandonáramos la energía nuclear de la noche a la mañana, no podríamos cubrir nuestra demanda de energía y sin duda tendríamos que recurrir a la energía de plantas atómicas en otros países", señaló Merkel durante su intervención en la Conferencia de la Iglesia Evangélica Alemana que tiene lugar este fin de semana en la ciudad de Dresde.

Merkel ha hecho suyo uno de los reclamos del Partido de Los Verdes, que observa con escepticismo los planes del Gobierno, y aunque los aplaude, también duda de su seriedad. “La canciller ha cedido a la presión de los Verdes y ha tenido que aceptar el cierre nuclear escalonado”, dijo el presidente del Grupo parlamentario de dicha formación, Jürgen Trittin. El político verde dijo que habrá que ver los detalles de la nueva propuesta de ley para emitir un juicio sobre el consenso político que lográ reunir. Merkel espera que su gabinete apruebe el próximo lunes una nueva ley que después será llevada para su aprobación ante el Parlamento alemán a finales de junio. Una especie de “fast track” que ha muchos recuerda el rescate bancario de 2008 o el paquete de rescate del euro en 2010.

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Manifestaciones antinucleares.Imagen: dapd

Cierre paulatino

Los líderes de la coalición gobernante integrada por democristianos (CDU) socialcristianos (CSU) y liberales (FDP) discutieron hasta la noche del viernes el borrador de dicha ley que contempla un calendario de cierre paulatino, entre el 2015 y 2022, de nueve reactores que se encuentran actualmente en funcionamiento. Los reactores de las centrales serán apagados en 2015, 2017, 2019, 2021 y 2022. Las restantes siete plantas, las más antiguas en funcionamiento, construidas antes de 1980, así como el reactor averiado de Krümmel, cerca de Hamburgo, ya están fuera de funcionamiento y no volverán a operar.

La propuesta es el resultado de una reunión con los jefes de gobierno de los 16 Estados Federados convocados por Berlín para deliberar el fin de la energía nuclear. Los jefes de gobierno regionales pidieron a la canciller importantes modificaciones a su plan energético, como el cierre gradual de las plantas nucleares tal y como lo pedía la oposición socialdemócrata- verde.

Inicialmente el gobierno de Berlín preveía dejar fuera de funcionamiento las plantas entre el 2021 y 2022. Asímismo los Länder pidieron que no deje abierta ninguna central nuclear como reserva y en su lugar aumente las reservas en plantas de gas y de carbón e invierta más en el desarrollo de energías renovables.

Merkel cedió en todos los puntos. Se acordó una fecha de cierre definitivo de cada una de las plantas actualmente en funcionamiento, cuyo tiempo de vida útil no podrá prolongarse. Sin embargo el partido liberal (FDP) insiste en mantener una nuclear como reserva hasta el 2013 para el caso de un desabastecimiento energético inesperado.

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Merkel con los jefes de gobierno de los 17 Länder alemanes.Imagen: dapd

Enmienda constitucional

De cara a esta nueva ley se ha desatado un debate sobre la inclusión del fin de la energía nuclear en la Constitución alemana. El diputado socialdemócrata Ulrich Kleber condicionó el apoyo de su partido a la nueva propuesta de ley a la existencia de garantías de que no habrá un retorno a la energía atómica. Una de esas garantías podría ser una enmienda constitucional.

Tras el accidente de Fukushima la oposición a la energía nuclear entre la población alemana es casi unánime. En una sociedad en la que el movimiento ecologista y pacifista tiene muchos adeptos, la política energética supone una prueba de fuego para cualquier partido en el gobierno. Merkel, que ha dicho que sacar adelante un programa energético que cuente con la aprobación del país lo hará más seguro y eficiente a largo plazo, todavía no tiene la batalla ganada.

Los grandes consorcios energéticos y operadores de las centrales nucleares, E.on, RWE, EnBW y Vatenfall, que conjuntamente registraron un volumen de operaciones de 176.600 millones de euros y ganancias después de impuestos de 11.000 millones el año pasado, cifran en millones sus pérdidas por el fin de la energía nuclear y ahora que serán cerradas sucesivamente amenazan con interponer demandas de indemnizacion.

Autora: Eva Usi
Editor: Pablo Kummetz