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Alemania, India y el peligro de la energía barata rusa

Frank Hofmann
7 de noviembre de 2022

A medida que aumentaba la importancia del gas ruso, Alemania estancaba la generación de energía eólica. India, que podría ser la próxima superpotencia verde, debe evitar cometer el mismo error.

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Un hombre de pie frente a una parte de la estructura del gasoducto Nord Stream 2.
Instalaciones de Nord Stream 2 en Alemania.Imagen: Fabrizio Bensch/REUTERS

En su mensaje al comienzo de la COP27, el ministro alemán de Economía y Protección Climática, Robert Habeck, dijo que Alemania tiene una especial responsabilidad a la hora de demostrar que la protección del clima es posible. "Precisamente porque Alemania tiene todas las posibilidades, todos los ojos están puestos en Alemania”. Pero, ¿de verdad es así? A comienzos del 2000, Alemania comenzó a construir campos eólicos a gran escala, en tierra y en alta mar. Los propietarios, eufóricos por las subvenciones, instalaron sistemas fotovoltaicos en los techos de sus casas.

En los últimos años, la política alemana ha insistido en expandir las fuentes de energía renovables (solar, eólica, biomasa). Hasta la invasión de Ucrania lanzada por Rusia el 24 de febrero de este año, el gas natural ruso figuraba como una energía de transición camino a la neutralidad climática en la producción de electricidad y calefacción. Esto, aparentemente, tuvo fatales consecuencias para la expansión de las fuentes renovables.

Cae la producción de energía verde

Según un estudio de la Agencia Alemana de Medio Ambiente, la producción de electricidad a partir de fuentes renovables cayó en 2021 por primera vez desde 2010. Mientras en 2020 Alemania produjo 251,1 mil millones de kilovatios hora, principalmente de energía eólica o solar, en 2021 fue de solo 233,6 mil millones. Hasta entonces, los gráficos mostraban un aumento sostenido en la producción.

Pero hay otro gráfico cuya curva también ha sido ascendente en la última década: la importación de gas ruso, especialmente desde que, en 2011, se abrió el gasoducto Nord Stream 1. Incluso más: en 2014, el gobierno alemán autorizó la construcción de Nord Stream 2, irónicamente después de que Rusia se anexionara ilegalmente la península ucraniana de Crimea. En 2021, el gas ruso conformaba el 60 por ciento de las importaciones alemanas de ese producto.

Turbinas eólicas en el mar Báltico.
Campos de energía eólica en alta mar, entre la isla alemana de Rügen y la danesa de Bornholm.Imagen: Jens Büttner/dpa/picture alliance

El caso de India

En la actualidad hay muchos países en el mundo que dicen vivir un auge de las energías renovables. "¿Se convertirá India en una superpotencia verde?”, se preguntaba la revista británica Economist recientemente, a propósito de un informe sobre el aumento de la energía verde en el subcontinente. De hecho, India tiene "la tasa de crecimiento más alta en la generación de electricidad a partir de energías renovables”, dice el Banco Mundial. En 2020/2021, Nueva Delhi invirtió 14,4 millones de euros en esos recursos. La cifra es apenas un décimo de lo que invierte Alemania, pero el Banco Mundial destaca la tendencia.

El experto medioambiental indio, y exjefe de la oficina de Greenpeace en Nueva Delhi Nandikesh Sivalingam, considera que el país tiene que satisfacer las exigencias de su enorme población, y desde esa perspectiva las compras de Nueva Delhi no se diferencian de las de Europa. Con eso se refiere a las compras de gas y petróleo a Rusia, porque mientras la UE compra menos a Moscú, debido a la invasión de Ucrania, India aumenta sus negocios con los rusos.

Actualmente, Sivalingam es director del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, con sede en Finlandia. En dos estudios, ese instituto analizó las consecuencias de la dependencia del petróleo y gas rusos. "Los combustibles fósiles siguen llenando, debido a los altos precios, las arcas que financian la guerra del Kremlin", escriben en un informe. En un segundo estudio, el equipo de Sivalingam analiza cómo Alemania se amarró sola a la dependencia del gas ruso. En consecuencia, se estancó la expansión de la energía eólica en Alemania, y, después de 2015, se hundió y quedó por debajo del promedio europeo.

Respecto a India, el experto advierte sobre nuevos acuerdos con Rusia. La lección para Nueva Delhi debe ser diversificar sus opciones energéticas a largo plazo, y no seguir confiando en otros países para satisfacer sus necesidades energéticas, que están en constante crecimiento. Además, hay que expandir masivamente la transición a las energías renovables en los próximos cinco o seis años. Eso significa que India no debería cometer el mismo error cometido por Alemania.

(dz/cp)