"Alemania no lanza bombas sobre Irak, prepara periodistas"
29 de noviembre de 2005
"Haremos todo por salvaguardar la vida de la mujer alemana secuestrada en Irak y su conductor iraquí", expresaron unísono, la canciller alemana, Angela Merkel en Berlín y el ministro alemán de Relaciones Exteriores Frank-Walter Steinmeier en Washington. Steinmeier apeló, en compañía de la secretaria de Estado Condolezza Rice, a los secuestradores a respetar la vida de las víctimas. Para la solución del caso, el político alemán pidió cooperación a los Estados Unidos.
Entre tanto, en Berlín, una Comisión de Emergencia diseña un plan logístico para rescatar a la arqueóloga y a su chofer, raptados el sábado anterior en Irak. ¿Pero cómo proceder? Los casos de liberaciones de franceses e italianos secuestrados en Irak, no son los más ejemplares.
Febriles esfuerzos por salvar vida de secuestrados
Dicha Comisión está dirigida por el experto en manejo de crisis, Klaus Scharioth. Su misión: salvar la vida de la raptada alemana Susanne Osthoff y su conductor. La primera tarea: establecer contacto con los secuestradores lo más pronto posible. Su identidad, sin embargo, es hasta ahora, un absoluto, enigma.
Los secuestros de extranjeros e iraquíes son comunes en Irak. Documentados hay 200 casos, pero la cifra de no reportados es mayor. La segunda tarea debe ser la de establecer los objetivos del doble rapto. Mientras la red Al-Qaida y otros grupos terroristas han decapitado o baleado a sus víctimas, otras organizaciones practican secuestro extorsivo con fines económicos.
Alemania ayuda a construir democracia
Lo único claro hasta ahora es el ultimátum proferido por los terroristas: "Alemania debe cancelar la cooperación con el gobierno iraquí, de lo contrario, los rehenes serán asesinados". Un motivo político dificulta aún más las probables negociaciones pues Alemania no pretende ceder en ninguna de las exigencias políticas. La cooperación alemana consiste en la preparación de la policía civil, el respaldo de la prensa libre a través de la educación de periodistas y el diseño de programas para la construcción de estructuras democráticas en Irak.
Trágicos casos de secuestro, liberación y ejecución
En los últimos 2 años hay casos de negociaciones exitosas como de desenlaces fatales. En abril de 2004, por ejemplo, una fotógrafa japonesa sobrevivió a pesar de que su liberación estuvo condicionada a la salida de las tropas niponas en un lapso de 3 días.
En septiembre de 2004 las trabajadoras italianas de UNICEF Simona Pari y Simona Torretta secuestradas en una emboscada pero liberadas después de un tiempo.
El caso de la reportera francesa del diario Liberation, Florence Aubenas, y su conductor, mantuvo 5 meses a Francia y Europa en vilo, hasta la recuperación de su libertad el pasado junio.
El secuestro, sin embargo, de la periodista italiana, Giuliana Sgrena, terminó en una tragedia. El agente italiano que dirigió su rescate fue asesinado y ella misma baleada por soldados estadounidenses, en hechos aún no esclarecidos a satisfacción de la parte italiana.
No pago de rescate: regla de oro de un Estado de Derecho
Todos los Gobiernos europeos envueltos en sendas liberaciones en Irak niegan el pago de cualquier rescate. Lo propio hace Alemania refiriéndose, en especial, al caso de la familia Wallert, secuestrada por rebeldes filipinos en 2000. Terroristas que, por lo demás, fueron eliminados poco a poco hasta hoy.
La mayoría de casos exitosos de liberación no pueden tomarse como ejemplo, pues los rescates tuvieron un desarrollo caótico, propio de dicho delito.
¿Quién es Susanne Osthoff?
La víctima Susanne Osthoff, es una antropóloga bávara que vive y trabaja por la conservación y recuperación del legado cultural árabe desde hace más de 20 años en el norte de Irak. La científica habla fluidamente árabe y se convirtió al islamismo para poderse casar con su esposo de origen jordano. Actualmente trabajaba con diferentes programas de asistencia humanitaria del gobierno de Bagdad.
Una esperanza hay de que Osthoff salga con vida de este drama. En varias ocasiones los terroristas han desistido de matar a los de su propia religión. Una presunta ventaja que, sin embargo no le sirvió a la británica Margaret Hasan quien fue asesinada por sus verdugos, a pesar de estar casada con un iraquí y realizar laborares humanitarias.
Siempre hay una esperanza
Como motivo de consolación podría servir el hecho de que en los últimos meses las ejecuciones extrajudiciales en Irak han disminuido. Tal vez porque los terroristas, a lo mejor, han entendido que los actos de extrema crueldad les ha restado simpatías en la población que en su mayoría repudia y condena los asesinatos en nombre del islamismo y en nombre de Alá.