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Alemania pide garantías objetivas a Irán

16 de febrero de 2005

Cauteloso optimismo en torno al diálogo sobre el programa nuclear de Teherán mostraron los jefes diplomáticos de Alemania e Irán, reunidos en Berlín debido a la inauguración de la nueva embajada iraní.

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Kamal Kharrasi y Joshka Fischer, en Berlín.Imagen: AP

Confusas informaciones sobre el origen de una explosión que habría tenido lugar en la provincia de Busheher, donde se encuentra la única planta nuclear de Irán, marcaron el telón de fondo de la visita del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Kamal Kharrasi, a Berlín. Primero se habló de un misil lanzado por un avión desconocido, luego de un estanque desprendido de una nave iraquí y finalmente de una detonación realizada en una faena de construcción. El nebuloso asunto y, sobre todo, la atención que provocó en la prensa mundial, demuestra de todas formas lo candente del tema.

Sospechas israelíes

Si bien el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Mohamed el Baradei, dijo no tener prueba alguna de que Irán esté desarrollando en secreto armas atómicas, Estados Unidos insiste hasta la fecha en que ése es el objetivo de Teherán. También el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Silvan Shalom, opina que dentro de medio año los iraníes tendrán los conocimientos necesarios para fabricar una bomba atómica. A su juicio, "lo importante no es si la construirá dentro de 5 o 6 años, sino el hecho de que tenga la capacidad de hacerlo".

De ahí que todas las miradas se concentren actualmente en las negociaciones que sostienen tres países de la Unión Europea (Alemania, Francia y Gran Bretaña) con Irán, para disuadirlo de seguir adelante con un programa nuclear que podría tener fines militares. Del éxito de ese diálogo dependerá en buena medida que pueda disiparse el temor a una nueva embestida militar de Estados Unidos en la región.

Acuerdo de largo plazo

Tras haberse reunido con el jefe de la diplomacia iraní, el ministro alemán de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, aludió a la intención de lograr un acuerdo de largo plazo, cuyo punto medular sería la garantía objetiva de que el programa atómico de Teherán sólo podrá tener usos civiles y pacíficos. "Un acuerdo en este aspecto central abrirá la vía a una cooperación más profunda en el campo científico y tecnológico, al igual que en el político", subrayó Fischer en Berlín.

Pero ese es justamente el asunto más difícil. Teherán viene repitiendo desde hace tiempo que no tiene afanes de contar con armas nucleares, sin lograr convencer, menos que nadie a Estados Unidos. Dado que los iraníes se niegan, al mismo tiempo, a desistir definitivamente del enriquecimiento de uranio -que puede servir para proyectos civiles tanto como para planes militares- será difícil encontrar una forma de garantía como la que pide Berlín. Y, sobre todo, una con la que también Washington pueda llegar a darse por satisfecho.