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Alemania rechaza aranceles punitivos de EE.UU.

Nina Werkhäuser
9 de marzo de 2018

Con nuevos aranceles a la importación de acero y aluminio, Donald Trump asusta a Alemania. Trump empero, haría concesiones a los “países amigos”. ¿Es Alemania uno de ellos?

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Imagen: Imago/Ralph Peters

"Esto es proteccionismo que golpea a socios cercanos como la UE y Alemania y que limita el libre comercio", criticó la ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries. Los aranceles punitivos contradicen las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Mantequilla de maní por aluminio

El Gobierno Federal coordina sus próximos pasos con la Comisión Europea en Bruselas, que exige que la Unión Europea esté exenta de impuestos de aduana. De lo contrario, la UE podría imponer aranceles aduaneros a productos estadounidenses como mantequilla de maní, maíz o whisky. "Pero el diálogo es ahora la prioridad", dijo la canciller Angela Merkel.

"Sería mejor si pudiéramos estar exentos". Merkel no cree que sea aconsejable imponer aranceles recíprocos. "Nadie ganaría en una carrera así". Trump, por otro lado, había enfatizado que "las guerras comerciales son buenas” y que "Estados Unidos podría ganarlas fácilmente”. Este sábado la Comisión de la UE se reunirá con el Representante comercial de Trump.

Pocas exportaciones de acero a Estados Unidos

Solo el 4.4 por ciento de las exportaciones alemanas de acero van a Estados Unidos. Las grandes fábricas de acero en Renania del Norte-Westfalia aún no han sido afectadas directamente, según su primer ministro, Armin Laschet. Pero los daños se van a sentir a mediano plazo. "Esa política pone en peligro la economía mundial en su conjunto", advierte Laschet.

En presencia de trabajadores del acero, Trump firmó dos decretos en Washington, según los cuales Estados Unidos en el futuro elevaría un arancel del 25 por ciento sobre el acero y un diez por ciento sobre el aluminio. Posibles excepciones fueron anunciadas por Trump para países que "nos tratan justamente tanto en el comercio como en el  campo militar". Para Trump, Alemania es uno de esos países que ha "explotado enormemente a Estados Unidos a lo largo de los años" por lo que considera que Alemania  gasta muy poco en armas y personal militar.

Crítica de Alemania

El gasto alemán en defensa es de cerca del 1.2 por ciento del PIB, mientras Estados Unidos gasta más del cuatro por ciento. El objetivo de la OTAN para 2024 es del dos por ciento. El comercio y los militares van "en cierta medida de la mano", dijo Trump. Su crítica al presupuesto de defensa alemán no es nueva, pero declara los aranceles de protección como una especie de medida punitiva.

Esa relación es rechazada por la Comisión Europea. "Los asuntos militares de la OTAN y el comercio son cosas completamente diferentes", dijo Jyrki Katainen, vicepresidente ejecutivo de desarrollo de la Comisión Europea en Bruselas. Los gastos de defensa tendrían que ser decididos por los Estados miembro. Para la UE, se trata de un "asunto comercial".

Contactos en Congreso de Estados Unidos

"Los aranceles punitivos son y siguen siendo una aberración, también para Estados Unidos", dijo, por su parte, el vicepresidente del grupo parlamentario cristiano-demócrata, Christian Hirte. Al otro lado del Atlántico, más de 100 miembros republicanos del Congreso intentaron, en último momento, disuadir a Trump de su plan. "Puede que los diputados estadounidenses no quieran que el presidente los ignore por completo en este asunto político clave, poniendo en peligro puestos de trabajo en sus circunscripciones", agregó Hirte.

Advertencia de una "espiral de proteccionismo"

La economía alemana orientada a la exportación también está alarmada por las decisiones de Trump. Grandes empresas y asociaciones industriales temen una espiral de proteccionismo.

Berlín debería llevar la disputa a las instancias de la OMC. Si esto no tiene éxito, los países afectados podrían imponer aranceles a los productos estadounidenses. Según Dieter Kempf, jefe de la Asociación Federal de la Industria Alemana, tales contramedidas probablemente solo pueden ser el último recurso”.

Nina Werkhäuser (jov/vt)

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