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Alemania y China con la red en la mira

15 de julio de 2012

68 activistas de la red han sido arrestados en la República Popular China. De ahí la importancia de que en la próxima ronda del Diálogo Sino-Germano sobre Derecho se debata sobre las libertades civiles en la era digital.

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Servicio chino de noticias online Weibo.
Servicio chino de noticias online Weibo.Imagen: Reuters

A nadie le extraña que, con más de 500 millones de personas navegando por la red desde su territorio, la República Popular China sea el país con el mayor número de internautas en el mundo. Lo que a muchos les cuesta creer todavía es que el Gobierno de Pekín tenga capacidad para bloquear el acceso de tantos ciudadanos al servicio de microblogging Twitter, a la plataforma de videos YouTube y a la red social Facebook. ¿Es la actual barrera virtual del oficialismo tan impenetrable como la Gran Muralla que erigió el imperio chino hace más de dos milenios?

La gigantesca maquinaria informática del estamento chino ha obligado a por lo menos 250 millones de personas a usar herramientas de comunicación similares a las de Twitter, YouTube o Facebook, pero más fáciles de controlar y censurar. También las ofertas informativas de Deutsche Welle están bloqueadas en China. Y, según la organización Reporteros sin Fronteras, 68 defensores de la libertad de expresión e información a través de la red han sido encarcelados en China; sus publicaciones online han molestado a las autoridades locales.

Flagen von Deutschkand und der Volksrepublik China
Algunos acusan a los organizadores del foro de querer secuestrar el debate en torno a los derechos humanos en China.Imagen: dapd

Pese a todo, China y Alemania han acordado dedicar el duodécimo Diálogo Sino-Germano sobre Derecho al tema de las libertades civiles y la reglamentación estatal en la era digital. El encuentro comenzará este lunes (16.7.2012) en Múnich y servirá de marco para la celebración de simposios a los que asistirán alrededor de cien personas, incluyendo políticos de alto rango y especialistas en materia jurídica. Pero, ¿qué efectividad tiene este foro? El evento no ha dejado de ser criticado por su aparente superfluidad desde su creación.

¿Un diálogo sin consecuencias?

El primer Diálogo Sino-Germano sobre Derecho se realizó en el año 2000, bajo la dirección de Herta Däubler-Gmelin, entonces ministra alemana de Justicia. En aquel momento, Däubler-Gmelin le dijo a Deutsche Welle: “Hay que tener paciencia. En materia legislativa ha habido muchas reformas; con frecuencia son las prácticas las que tardan en cambiar”. Varios activistas, tanto en Alemania como en China, acusaron a sus organizadores de querer secuestrar el debate en torno a los derechos humanos en China, sacándolo de la arena pública.

“Este diálogo ya ha durado demasiado. ¿Ha surtido algún efecto? ¿Cómo esperan que la gente en la calle conozca el contenido de este diálogo, cuando los propios juristas apenas saben algo de él?”, dijo a Deutsche Welle uno de los abogados más prominentes de China, Zhang Sizhi. La sinóloga alemana Katja Levy publicó en 2010 un estudio muy extenso centrado en el Diálogo Sino-Germano sobre Derecho. A su juicio, existen progresos, pero sobre todo en el ámbito del derecho comercial.

Café Internet en China.
Café Internet en China.Imagen: Reuters

En lo que respecta a los derechos fundamentales y los derechos humanos en el país asiático, la experta de Bochum sigue viendo necesidad de actualización. Según la Constitución, China es un “Estado de derecho socialista”; pero entre el texto de la Carta Magna y la realidad que se vive en la calle hay un abismo. Esta incongruencia es debatida en China; de eso da fe un informe publicado por la Fundación Heinrich Böll –vinculada al partido alemán Los Verdes– como preludio del Diálogo Sino-Germano sobre Derecho.

En el texto de la Fundación Heinrich Böll se cita un artículo de Hu Yong, un especialista en medios chino, sobre la regulación de Internet en China. “A la Constitución se le respeta menos que al derecho nacional, el derecho nacional es menos respetado que las ordenanzas burocráticas, las ordenanzas de los ministerios tienen menos peso que las de los departamentos inferiores y, finalmente, es el funcionario del partido el que tiene la última palabra”, reza un segmento del artículo en cuestión.

Autores: Matthias von Hein / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina-Valencia