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“América Latina enfrenta aislada el debate climático”

Judit Alonso
19 de noviembre de 2016

El expresidente de la COP20, representante de la sociedad civil en la COP21 y desde octubre líder del Clima y Energía de WWF Internacional analizó para DW el resultado de la cumbre climática de Marrakech.

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Südafrika Kohlekraftwerk
Imagen: Getty Images/AFP/M. Safodien

La clausura de la denominada "COP de la acción”, finalizó anoche en Marrakech con un listado de tareas pendientes que deben continuarse en las negociaciones climáticas que se llevarán a cabo el año que viene en Bonn. La ciudad alemana, bajo la presidencia de Fiji, albergará la COP23 antes de dar el relevo a Polonia en 2018, otra de las fechas clave de la agenda climática ya que "tienen que estar terminadas las reglas y el diálogo facilitativo que lleve a la revisión de 2020”, explicó Manuel Pulgar-Vidal, expresidente de la COP20 de Lima.

Para el quien también fuera representante de la sociedad civil en la COP21 de París, la cumbre climática marroquí habría "establecido con claridad esa meta de 2018 y dejaría el diálogo para que la interseccional de mayo siga trabajando como debería ser la COP de 2017”. En este sentido, recordó que "el rol de esta COP era mantener el proceso para saber que en 2018 vamos a volver a analizar el esfuerzo colectivo para incrementar la ambición. Esta COP define procedimientos para el futuro”.

El inicio de la cumbre climática fue ensombrecido por la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, ya que durante su campaña electoral anunció anular el Acuerdo de París en el caso que fuera elegido. Este hecho enrareció la cumbre que no puede compararse con su predecesora. "Es la primera COP después del gran éxito que significó París, por lo cual establecer un éxito equivalente era muy difícil por no decir imposible”, consideró el peruano que este año participó en la cumbre como Líder del Clima y Energía de WWF (World Wildlife Fund, por su siglas en inglés) Internacional.

Más ambición y financiamiento, próximos objetivos

Pulgar-Vidal mencionó el "incremento de la ambición y de la financiación” como elementos fundamentales en las próximas negociaciones. "Tenemos que avanzar en el tema de las finanzas, no ha habido una discusión suficiente en el tema del "road map” de financiamiento que todos hemos aceptado como una buena señal política pero con metodologías poco claras. Eso tiene que ser definitivamente corregido, nos queda avanzar mucho más pero tenemos que entrar en una claridad de cómo vamos a cumplir la meta de los 100 mil millones de dólares”, apuntó.

Marrakesch COP 22
Manuel Pulgar-Vidal, a la derecha, junto a Hakima El Haite y Laurence Tubiana. Imagen: WWF International

Igualmente consideró que tampoco se ha discutido lo suficiente sobre la adaptación y sobre las reglas para el fondo. "Los países en desarrollo demandan y necesitan fondos no solo para poder cumplir con sus NDCs (contribuciones nacionales determinadas, por sus siglas en inglés) sino mejorarlas”, y aunque agradeció los esfuerzos de Alemania y Suiza para dotar de recursos al fondo, "obviamente no son suficientes para lidiar el tamaño de esa agenda”.

Además del avance de las negociaciones, Pulgar-Vidal apostó por que la agenda de acción climática vaya más allá de las cumbres climáticas COP de una manera más permanente a lo largo del año. "Hay que llevarla a otros foros, hay que empezar a darle más relevancia porque en este momento de incertidumbre política, la acción climática cumple un rol clave”, opinó.

África unida, América Latina aislada

Aunque África protagonizó gran parte de la presentación de iniciativas para la lucha contra el cambio climático, "en esta COP no se esperaba necesariamente un avance por regiones”, consideró el experto peruano. No obstante, Pulgar-Vidal alabó la cohesión del continente africano: "África tiene un grupo unido y sólido que ha definido esfuerzos colectivos para el tema de energías renovables y tiene una coalición para el tema de palma aceitera”.

Por otro lado, lamentó que en el caso de América Latina no se tomen decisiones de ese tipo. "Soy crítico sobre cómo América Latina está enfrentando el debate climático como región: lo está haciendo de manera dispersa y aislada. No está lo suficientemente unida para definir su propia agenda”, consideró.

A pesar de que puso el ejemplo de Brasil en la reducción de tasas de deforestación, "no es lo mismo en otros países de América Latina como por ejemplo, Perú, Ecuador y otros lugares. Tenemos que ver cómo podemos a través de la cooperación "Sur-Sur” movernos hacia lo que Brasil ya viene avanzando”, aseguró Pulgar-Vidal. "La cooperación "Sur-Sur” y el diálogo en América Latina es una tarea pendiente que tenemos que fortalecer y que desafortunadamente no se está dando”, concluyó.