Antiguos enemigos, hoy amigos
29 de julio de 2014La exposición muestra un capítulo de la historia hoy poco conocido en Alemania. Joachim Gauck, el presidente alemán, y Bronisław Komoroski, el presidente de Polonia, inauguraron la muestra en las ruinas de la antigua sede de la Gestapo en Berlín.
El Armia Krajowa o AK (Ejército Nacional) polaco comenzó el 1 de agosto de 1944 un levantamiento contra los ocupantes alemanes. El objetivo: liberar a Varsovia, el símbolo de la independencia de Polonia, de las garras del nazismo. Nueve semanas después, el AK capituló. El Ejército Rojo, que ya se encontraba en la otro orilla del Vístula, a tiro de piedra de la escena de los combates, no intervino.
Un ejemplo de lucha por la libertad
Durante el levantamiento murieron 15.000 combatientes del AK y 150.000 civiles. Luego de la victoria alemana, Adolf Hitler dio la orden de “arrasar con Varsovia” y así lo hicieron las tropas alemanas en la ciudad, de cuyo centro poco quedó en pie.
En Polonia se expresan desde hace algunos años críticas en el sentido de que el levantamiento fue una irresponsabilidad y poco inteligente, en otras palabras, un suicidio colectivo. Para muchos polacos, sin embargo, la victoria sobre la impotencia cuenta más que la derrota militar, dijo Gauck.
El Levantamiento de Varsovia fue durante la “era de la opresión”, después de 1945, un “importante punto de referencia para la oposición en Polonia y el movimiento Solidaridad”, dijo Gauck, agregando que “es una virtud luchar también cuando las posibilidades de éxito sean inciertas”. “La libertad es un bien tan precioso, que vale la pena defenderla incluso con la propia vida”, subrayó.
Como Fénix de las cenizas
“Ese es el mensaje de Polonia para sus vecinos en Europa”, agregó Gauck, y recordó sus propias experiencias. A los opositores en la RDA, el ejemplo polaco de 1989 los ayudó “a correr riesgos, a pesar de que era inseguro que nuestras protestas no fueran a desatar la represión violenta del régimen”.
Komorowski dijo, por su parte, que la exposición es “un homenaje a los combatientes del AK”. Agregó que fue un levantamiento de seres humanos libres y no una rebelión espontánea. A pesar del terror cotidiano ejercido por los nazis, existió un ejército en la clandestinidad, que tenía la “legitimación del pueblo”.
El presidente polaco destacó además que Alemania y Polonia escriben hoy juntas un nuevo capítulo de un destino histórico común. Resaltó las “muy especiales relaciones” entre ambos países y también entre ambas capitales, “ambas resurgidas como Fénix de las cenizas”.