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Apagones por arcas vacías

27 de julio de 2002

La caída de la recaudación fiscal por la mala situación económica, obliga a políticos locales a improvisar para reducir gastos. Berlin y Múnich se han declarado en bancarrota. En Braunschweig apagan la luz para ahorrar.

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Tiempos de vacas flacas.Imagen: AP

Alemania se encuentra en una recesión, por lo menos eso dicen los indicadores económicos. Las previsiones de crecimiento económico de la industria caen, mientras que el número de desempleados aumenta. Los atentados del 11 de septiembre que golpearon los mercados bursátiles internacionales, acabaron por recrudecer la difícil situación económica. La prensa alemana critica al canciller alemán Gerhard Schröder por no haber hecho gran cosa ante este panorama y afirma que la meta de Schröder de reducir el número de desempleados, es cada vez menos viable.

Las arcas sin recursos

La bancarrota de la ciudad de Múnich, anunciada el jueves pasado, puso el dedo en la llaga. Alemania tiene problemas presupuestarios debido a la caída en las recaudaciones fiscales por la mala situación económica. El Ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel confirmó hace unos días que tanto la federación, como los 16 Estados federados y Municipios, tendrían que afrontar una difícil situación debido a la caída en la recaudación de impuestos durante el primer semestre del 2002.

Las arcas del estado recaudaron 198 millones de euros, un 6% menos que el mismo período anterior. Para empeorar aún las cosas, el instituto de investigación económica de Múnich IFO, reveló que la confianza empresarial cayó por segunda vez consecutiva en el mes de julio, lo que significa que las expectativas de negocio de los próximos seis meses, son pesimistas.

Empresarios inconformes

El impuesto ecológico que grava desde abril de 1999 el consumo de gasolina, afecta a la pequeña y mediana empresa, así como la reforzada protección al despido. Empresarios se quejan de que la inversión productiva no es atractiva y demandan una reducción impositiva y una mayor deregulación de la economía. Las esperanzas están cifradas en la coyuntura estadounidense que podría tener efectos positivos sobre la economía alemana.

Por lo pronto, las perspectivas de crecimiento económico se han corregido a la baja. Para el conjunto del año no se espera un crecimiento superior al 0,75 por ciento. El gobierno del canciller Gerhard Schröder insiste en que la economía del país se encuentra al borde del "despegue" y que durante la segunda mitad del año se registrará un crecimiento de un 2,5 a 3%

Adiós al glamour muniqués

La ciudad de Múnich, hasta ahora una de las más prósperas de Alemania, es sede de ocho de las treinta empresas alemanas que cotizan en el índice DAX de la bolsa de Fráncfort, entre ellas Siemens y BMW, y sus ingresos dependen en gran parte de sus contribuciones. Pero debido a los malos resultados del pasado ejercicio, este año no pagarán nada ó prácticamente nada al fisco e incluso reclaman la devolución de 500 millones de euros abonados en ejercicios anteriores.

La ciudad, capital del rico estado de Baviera, ha solicitado ayuda de emergencia al canciller Schröder y al primer ministro del estado, Edmund Stoiber, casualmente, los dos contendientes a las elecciones generales de septiembre.

En Braunschweig no siempre hay luz

Otro ejemplo de las dificultades de las administraciones regionales es la ciudad de Braunschweig, la segunda del estado de Baja Sajonia, con 260.000 habitantes, que ha recurrido a los apagones de luz para ahorrar unos 83.200 euros al año. En la espectacular sede del municipio, de arquitectura neogótica de finales del siglo XIX y antigua residencia de la noble dinastía de los Welfen, políticos han tenido que recurrir a la improvisación para ahorrar recursos.

Además de los apagones parciales en la ciudad y en la zona industrial, se prevé el cierre de centros deportivos y balnearios. Igual que en Múnich, el problema es la recaudación de impuestos de empresas, que ha caído en una tercera parte.