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¿Aplica Irán nuevas estrategias contra el descontento?

23 de septiembre de 2024

Declaraciones del nuevo presidente de Irán sobre la Policía de la Moral desatan un enconado debate en el país.

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Mujeres caminando por la calle.
Resistencia de las mujeres en Irán: muchas caminan sin velo por la calle. (Imagen de marzo de 2024)Imagen: Vahid Salemi/AP Photo/picture alliance

Irán debate acaloradamente unas declaraciones del presidente acerca de la Policía de la Moral. En su primera rueda de prensa, seis semanas después de su toma de posesión, Masoud Pezeshkian aseguró que iba a trabajar para que este cuerpo dejara de acosar a las mujeres. "¿Le siguen acosando?", preguntó a una periodista que llevaba puesto algo flojo el pañuelo que cubría su cabeza y había denunciado que había tenido que dar rodeos y maniobrar para evitar que esta brigada la detuviera.

La declaración de Pezeshkian no solo suscitó un polémico debate en Internet, sino también en los círculos políticos de Irán. Mohammad Javad Motazeri, presidente del Tribunal Supremo, criticó las palabras del mandatario: "Señor presidente, ¿pregunta usted si la Policía de la Moral sigue existiendo y molestando? La verdadera cuestión debería ser el uso inapropiado del hiyab que hace la periodista y los valores que no deben violarse".

En el Parlamento, el diputado conservador Abas Goodarzi advirtió a Pezeshkiam contra tales declaraciones y dijo: "Cuesta creer que el presidente quiera amonestar a la Policía de la Moral".

Enfado y profundo descontento entre la población

Además de comentarios indignados de políticos conservadores y sus seguidores, en Internet hay también numerosas voces airadas de mujeres iraníes, algunas de las cuales son activas con sus nombres reales en redes sociales.

Desde la trágica muerte de Jina Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial hace dos años, muchas se niegan a llevar pañuelo en público. "¿No sabe el presidente a lo que nos enfrentamos cada día?", inquieren. "Después de todas las muertes, ¿se pregunta si la Policía de la Moral sigue acosándonos?", escribe la periodista Elahe Khosravi en la plataforma X.

Como muchas otras mujeres en Irán, antes del segundo aniversario de la muerte de Jina Mahsa Amini, Khosravi publicó en Internet una foto suya tomada en público sin pañuelo, junto con este mensaje: "Somos incontables".

"El presidente Pezeshkian y parte del aparato político de Irán han reconocido que la respuesta a la ira y el profundo descontento de la población no pasa por más violencia. La evolución de los dos últimos años no puede ni revertirse ni detenerse", explica el sociólogo Mehrdad Darvishpour, profesor de la Universidad de Mälardal, en Suecia.

Masoud Pezeshkian quitándose las gafas ante un micrófono.
Unas palabras de Masoud Pezeshkian, flamante presidente de Irán, han desatado el debate.Imagen: Iranian Presidency/Zuma Press/dpa/picture alliance

Darvishpour lleva años investigando los cambios políticos en Irán. "Hay un fuerte movimiento de mujeres en Irán que ya no puede retroceder. Desde la muerte de Jina Mahsa Amini, muchas mujeres han decidido oponerse al velo obligatorio. A pesar de la represión masiva de los dos últimos años, resisten a diario y su valentía se extiende por toda la sociedad. Aunque las protestas a escala nacional fueron brutalmente reprimidas tras la muerte de Amini, podrían estallar de nuevo en cualquier momento", dice.

El presidente y el Consejo de la Revolución Cultural

No depende solo de Pezeshkian impedir que la llamada Policía de la Moral siga acosando a las mujeres. Oficialmente, la brigada antivicio es una subdivisión de la policía iraní, subordinada al Ministerio del Interior.

Las decisiones sobre las tareas de la Policía de la Moral las toma el Consejo Supremo de la Revolución Cultural, una institución central de la República Islámica de Irán. Su principal tarea es supervisar y dar forma a la política cultural y educativa del país. Tiene una influencia significativa en la dirección cultural y científica del país, y controla áreas importantes como la educación, las universidades y las actividades culturales.

El Consejo está formado por representantes del Gobierno, entre ellos, el presidente y algunos ministros, como el de Cultura y Educación, así como por miembros nombrados directamente por el líder religioso, el ayatolá Jamenei. Entre ellos, hay también representantes del clero, que insisten en la preservación de lo que consideran valores islámicos, como el velo y el código de vestimenta de las mujeres. A pesar de estas restricciones, el presidente, que está a la cabeza del aparato administrativo, dispone de cierto margen de maniobra para introducir cambios.

Retorno de profesores y estudiantes despedidos

Este hecho es evidente en el caso de los profesores y estudiantes despedidos en el transcurso de las protestas. Durante y después de las manifestaciones nacionales que siguieron a la muerte de Jina Mahsa Amini, numerosos profesores fueron despedidos y hubo estudiantes obligadas a darse de baja. Ahora se les va a permitir volver a las universidades, según ha anunciado el nuevo ministro de Educación. El rector de la Universidad de Teherán, responsable de muchas de estas suspensiones, fue destituido el 18 de septiembre.

La estudiante Motahare Goonei anunció el 17 de septiembre en su cuenta de X que, gracias a los esfuerzos del doctor Zafarghanidi, ministro de Sanidad y Educación Médica, continuará sus estudios en la Universidad de Teherán el próximo semestre. Goonei fue detenida durante las protestas nacionales de 2022. Cursaba su último semestre, a punto de culminar su doctorado en Odontología, cuando le prohibieron estudiar durante cinco años por "sedición" e "incitación al caos" en la facultad. Tras su liberación, hizo campaña en favor de los presos políticos y fue detenida de nuevo. Está en libertad bajo fianza desde mayo de 2024. Ahora, lucha por el regreso de todos los estudiantes exmatriculados.

"Yo también quiero volver a la universidad", dice Kasra Nouri, en una entrevista con DW. Nouri es activista político y miembro de la minoría religiosa oprimida de los derviches gonabadíes. No ha podido terminar su máster en derechos humanos en la Universidad de Teherán: debido a su compromiso con la libertad de expresión y las reuniones pacíficas, ha sido detenido cinco veces en los últimos 15 años y ha pasado casi diez años en prisión. "Lucho por el derecho a la educación de todas las personas de Irán, independientemente de su religión o convicciones políticas. Desde mi liberación, busco vías legales para allanar mi camino y el de todos los demás estudiantes que han sido suspendidos por sus protestas pacíficas".

(ms/rml)