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Aprueban en Alemania controvertida ley antiterrorista

Eva Usi (PK)19 de diciembre de 2008

A partir del 2009 la policía la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), tendrá competencias para espiar a sospechosos de terrorismo y actuar incluso fuera de las fronteras alemanas.

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"Ley de protección ante los peligros del terrorismo internacional".Imagen: picture-alliance / dpa

La cámara alta del Parlamento alemán aprobó una controvertida ley que permitirá a la policía de investigación criminal (BKA) actuar en materia antiterrorista. La ley, llamada "Gesetz zur Abwehr von Gefahren des internationalen Terrorismus" (Ley de protección ante los peligros del terrorismo internacional) fue aprobada pese a la resistencia de la oposición y las protestas de organizaciones de protección de datos.

Con una ajustada mayoría de 35 votos contra 34, los representantes de los estados federados alemanes dieron luz verde a una versión enmendada de la ley que ellos mismos habían rechazado en su primera lectura hace unas semanas. Los estados federados gobernados por liberales, Partido de Izquierda o Verdes negaron su voto.

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Cartel policial con fotografías de sospechosos de terrorismo.Imagen: picture-alliance /dpa

“Una ley que va demasiado lejos”

La ley había sido aprobada en noviembre por la cámara baja del Parlamento con el apoyo de los diputados cristianodemócratas y socialdemócratas de la gran coalición que dirige la canciller Angela Merkel. Fue aprobada después de un largo proceso y protestas de diputados socialdemócratas, liberales, verdes y Partido de Izquierda, que consideraban que iba demasiado lejos. Críticos argumentaban que la nueva ley elimina la estricta división entre el trabajo policial y el de los servicios secretos.

La ley da licencia a los 5.500 agentes de la BKA para violar el secreto profesional del que gozan médicos, abogados y periodistas, pues podrá intervenir teléfonos, instalar escuchas y dispositivos de video vigilancia en los domicilios privados de los presuntos sospechosos o espiar sus ordenadores privados a través de la instalación de programas troyanos enviados por mail o a través de internet.

Para realizar los registros los agentes necesitarán el permiso de un juez y del presidente de la BKA, pero en casos de urgencia se omitirá de este procedimiento, lo que más polémica ha provocado entre los partidos políticos alemanes.

Los partidarios de la ley argumentan que ésta permitirá detectar y evitar a tiempo posibles atentados terroristas. “Las dimensiones y características del terrorismo internacional se han convertido en una amenaza central para el Estado y para la población. Según lo que sabemos, la decisión de cometer ataques terroristas en Alemania es una de las prioridades de organizaciones como Al Qaeda y otros grupos terroristas. No podemos contar con una relajación de la situación aunque hasta ahora haya sido posible evitar los atentados”, afirma el presidente de la Policía de investigación criminal (BKA), Jörg Ziercke.

Joerg Ziercke
El presidente de la BKA, Jörg Ziercke.Imagen: AP

Larga trayectoria

La llamada Ley BKA es el punto culminante de la política de seguridad que comenzó en Alemania con las medidas con las que el Estado respondió al terrorismo de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) y posteriormente con las leyes adoptadas tras los atentados del 11 de septiembre, durante la gestión del entonces ministro del Interior, Otto Schily. “Las posibilidades de espionaje se han ido ampliando año con año y los métodos y medios se han multiplicado, así como el catálogo de delitos que justifican la intervención de teléfonos y la instalación de escuchas en consultorios médicos, farmacias, oficinas de notarios y redacciones de diarios y viviendas privadas”, afirma el periódico Sueddeutsche Zeitung.

El abogado Dieter Grimm, quien fuera de 1987 a 1999 juez del Tribunal Constitucional advierte sobre los riesgos a la libertad que supone una ampliación de las leyes de seguridad. “La preocupación sobre la seguridad está bien justificada, pero no por ello se pueden defender medidas que violan los principios de la Constitución. La seguridad es un valor elemental, pero lo mismo vale para la libertad. No se puede optar por seguridad o libertad, sino por la seguridad en una sociedad libre. Este equilibrio no siempre se mantiene con las leyes anti-terroristas”, afirma Grimm en una entrevista al diario muniqués. Quien fuera ministro del Interior, el político liberal Gerhart Baum, anunció que interpondrá una demanda ante el Tribunal Constitucional. Sin embargo el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, impulsor de la ley, se muestra ecuánime ante la demanda que quieren interponer liberales y verdes: "Estoy seguro de que la ley concuerda en todos los puntos con la Constitución y por ello está bien que sea revisada por los jueces", afirmó Schäuble.

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Manta con la imagen del ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, con la leyenda: "Big Schäuble is watching you".Imagen: AP

Protestas de periodistas

La ley ha provocado airadas protestas sobre todo de la prensa alemana que ve en riesgo la libertad de prensa. “Las nuevas regulaciones son un atentado a la libertad de prensa garantizada por la Constitución porque violan el secreto periodístico. Conducen a una intimidación de los periodistas que investigan, porque tienen que asumir que su teléfono celular será intervenido, que su computadora será inspeccionada en secreto y que será espiado en su departamento”, afirma Thomas Osterkorn, redactor en jefe de la revista Stern.

“Menos revelaciones, menos transparencia, menos democracia. El espionaje a periodistas no ayudará a capturar terroristas, pues una cosa se puede revelar: los terroristas no son nuestra fuente de información, pero si impedirá a muchos valientes ciudadanos el exponer a la luz verdades incómodas”, afirma por su parte el redactor en jefe del diario Bild, Kai Diekmann.

“La protección a los informantes es la vena vital del periodismo investigativo y la Ley BKA intenta eliminarla. Si queremos esclarecer y revelar algo, no podremos contar con nuestra divisa más importante: el derecho a la denegación de testigos”, dice por su parte Jörg Schönenborn, redactor en jefe de la televisión regional con sede en Colonia, Westdeutschen Rundfunk (WDR).