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Aquisgrán: tabletas de yodo para catástrofe nuclear

1 de septiembre de 2017

Aquisgrán se encuentra a unos 70 kilómetros de la central nuclear belga de Tihange. Muchos temen un accidente atómico. Desde hoy, la ciudad distribuye tabletas de yodo como medida de precaución.

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Atomkraftwerk Tihange
Imagen: picture alliance/dpa/O. Berg

Los habitantes de Aquisgrán miran con desconfianza hacia la frontera belga. En el país vecino, a menos de 70 kilómetros en línea recta, se encuentra la controvertida central atómica de Tihange. El bloque más antiguo, que tiene más de 4 décadas, debería haber sido desconectado hace dos años. Reiterados reportes de fisuras en las torres de refrigeración inquietan a la población. Por eso, las autoridades de la región alemana de Aquisgrán han adoptado una medida precautoria. A partir de este viernes, la gente puede encargar gratuitamente tabletas de yodo a través de un portal de internet, para estar preparada en caso de un accidente nuclear.

"Semejante medida no está prevista en principio en Alemania”, señala el encargado de temas ambientales del municipio de Aquisgrán, Markus Kremer. A nivel nacional, las tabletas se almacenan en forma centralizada, para ser distribuidas en caso necesario. Sin embargo, según explica Kremer, en el caso de Aquisgrán se llegó a la conclusión de que si se produce un accidente en Tihange, el yodo no podría ser repartido con suficiente rapidez.

La ingesta preventiva de yodo permite saturar la tiroides, de manera que si se respiran o ingieren partículas de yodo radiactivo, estas ya ni puedan fijarse en dicha glándula. De ese modo se reduce el riesgo de  cáncer de tiroides. Pero solo eso. Además, las tabletas no son indicadas para personas mayores de 45 años ya que el riesgo de efectos colaterales supera al posible beneficio.

"No bagatelizar la situación”

Las autoridades están conscientes de que una medida preventiva como la adoptada puede intranquilizar aún más a la ciudadanía. "Por una parte no corresponde en absoluto sembrar el pánicos pero, por otro, tampoco podemos bagatelizar la situación”, señala Markus Kremer.

Los reactores atómicos de Bélgica movilizan de todos modos a los habitantes de Aquisgrán. En muchas ventanas y autos se ven autoadhesivos de una campaña de Los Verdes,  que exhortan a desconectar Tihange. En el verano, se protestó con una cadena humana de 90 kilómetros, desde Tihange a la ciudad fronteriza alemana.

Deutschland Protest Kettenreaktion gegen belgische Atommeiler in Aachen
"Reacción en cadena" fue el título de esta protesta, en junio de 2017.Imagen: picture-alliance/dpa/H. Kaiser

¿Sólo tabletas de yodo?

Las tabletas de yodo, por sí solas, no son suficientes si realmente se quiere estar preparado para una catástrofe nuclear. Así lo indica Hans-Josef Allelein, jefe de la cátedra de seguridad y técnica de reactores de la universidad técnica de Aquisgrán.

"Hay que tenerlo claro: es el primr paso. Si se tiene ese temor –que yo considero infundado- habría que tener en casa dos litros de agua por persona, alimentos básicos, tabletas de vitaminas, material para sellar puertas y ventanas, al igual que botas de goma”, apunta Allelein. A su juicio, el debate sobre las tabletas de yodo y sobre Tihange se ha desarrollado de forma "histérica”. Sobre todo le disgusta un estudio encomendado a la Universidad de Viena, que esboza posibles escenarios para la región en caso de que se rompiera el recipiente de presión del reactor y se produjera así el desastre. Dicho estudio señala que la región de Aquisgrán muy probablemente podrá verse afectada por la radiación. Si las condiciones meteorológicas son desfavorables, incluso esta podría alcanzar niveles como los que en 1986 llevaron a evacuar las inmediaciones de Chernóbil.

A juicio del Gobierno alemán, el estudio en cuestión no describe en forma suficiente el tipo de accidente ni las medidas de emergencia, razón por la cual no permite hacer deducciones concluyentes.