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Arabia Saudí: ¿patrocinadora del terrorismo?

Kersten Knipp9 de agosto de 2016

Arabia Saudí ha sido acusada una y otra vez de apoyar a grupos yihadistas. No obstante, la casa real saudí colabora con las autoridades de seguridad berlinesas en la lucha contra el terrorismo. ¿Una contradicción?

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Embajada saudí en Berlín.
Embajada saudí en Berlín.Imagen: PixelHELPER

De acuerdo con el portal de noticias Spiegel Online, que cita documentos en manos de las autoridades alemanas, los autores de dos ataques terroristas en Baviera habrían recibido indicaciones vía chat por parte de miembros del Estado Islámico (EI) radicados en Arabia Saudí. Tras los ataques en las ciudades Bávaras de Ansbach y Wurzburgo, las autoridades saudíes anunciaron una estrecha cooperación con Alemania.

Desde hace años, se acusa al país árabe, por un lado, de propagar un islam sunita extremadamente conservador, el llamado wahabismo, que es la religión oficial. Por otro, para muchos Estados occidentales Arabia Saudí es un importante socio en la lucha contra el terrorismo yihadista.

Dudosa voluntad

En entrevista con DW, el experto en Cercano Oriente Sebastian Sons, de la Sociedad Alemana de Política Exterior, dice que desde los atentados de septiembre de 2001 en Nueva York el gobierno saudí apoya activamente la lucha contra el terrorismo. Con ello, el país habría reaccionado tanto a la presión de Estados Unidos como al hecho de que sus propias instituciones se han convertido cada vez más en objeto de atentados yihadistas, primero por parte de Al Qaeda, más tarde también del EI.

Para muchos Estados occidentales Arabia Saudí es un importante socio en la lucha contra el terrorismo yihadista.
Para muchos Estados occidentales Arabia Saudí es un importante socio en la lucha contra el terrorismo yihadista.Imagen: Reuters/K. Lamarque

Sons explica que, al mismo tiempo, muchas fundaciones religiosas, así como individuos ricos en Arabia Saudí financian al EI porque simpatizan con este grupo terrorista. Si bien hoy día las transferencias de dinero son controladas estrechamente, aún no existe un control total, señala el experto. Y es que, por un lado, el país carece del personal necesario para ello y, por otro, se puede dudar, por lo menos en parte, de la voluntad política.

Alianza entre religión y política

La familia real saudí depende de los wahabitas conservadores, que le otorgan la legitimidad ideológica que necesita para gobernar.

En el siglo 18, el erudito religioso Muhammad Ibn Abd Al Wahhab fundó el wahabismo, una corriente del islam que se convirtió en la religión oficial del reino naciente en la Península Arábiga. Según Al Wahab, los líderes políticos tienen que actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. De lo contrario, perderían su legitimidad. La pregunta que surge en este caso es: ¿quién determina cuál es la voluntad divina?

En lugar de ofrecer una respuesta clara a esta pregunta, el erudito mezcló el poder religioso con el político. Al Wahab se alió con Abdul Aziz Ibn Abdurrahman Al Saud, primer rey de Arabia Saudita, quien le aseguró el poder religioso a través de medios militares. En contrapartida, Al Wahab otorgó la legitimidad religiosa al líder político. La alianza de ambas familias, de los gobernantes Al Saud y de los líderes religiosos Al Wahab, perdura hasta nuestros días.

“Desde el punto de vista de la política de seguridad, la casa real ve el terrorismo como un peligro extremo. No obstante, aún tiene que arreglárselas ideológicamente con los eruditos wahabitas”, dice Sebastian Sons. Y muchas veces no le queda de otra que respetar la ideología wahabita, que en parte es radical. “El Estado saudí está basado en la alianza entre el wahabismo y la casa real. Este es un dilema que la casa real no ha podido resolver”.

Como consecuencia, hasta que el extremismo no haya sido superado ideológicamente, seguirá habiendo atentados dirigidos desde Arabia Saudí.