Armas de fuego en la mira de legisladores
13 de marzo de 2009Tres días después de los sucesos de Winnenden, la localidad de Baden-Würtemberg en donde un joven de 17 años asesinó a quince personas y luego se suicidó usando las armas de fuego de su padre, un aficionado al tiro, se acalora la discusión en torno a las circunstancias que hicieron posible este trágico acontecimiento y los recursos a la mano para evitar que hechos similares se repitan.
Por un lado, el Ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, señaló que las familias deberían asegurarse de que los más jóvenes hicieran un uso más racional y responsable de las nuevas tecnologías. Por el otro, Max Stadler, miembro del partido liberal, FDP, apeló a los usuarios de Internet a asumir una actitud vigilante y no tomar a la ligera amenazas hechas en chatrooms como las que al principio de las investigaciones - aunque erróneamente - se le atribuyeron a Tim K., el joven que perpetró la matanza en Winnenden.
Joachim Herrmann, Ministro de Interiores de Baviera, se unió al coro de políticos e instituciones que exigen la prohibición absoluta de los juegos de computadora más brutales, apuntando a los juegos que fueron encontrados en el ordenador de Tim K. y que, según los investigadores policiales, podrían haber reforzado sus impulsos homicidas. Pero nadie sabe a ciencia cierta cómo controlar el acceso a los juegos de computadora que se obtienen vía Internet.
“Intensificar el control de armas”
“No creo que deberíamos convertir a las escuelas de nuestro país en fortalezas”, declaraba por su parte el Ministro de Relaciones Interiores, Wolfgang Schäuble, aludiendo a la idea de instalar detectores de metales o apostar a vigilantes privados en los centros de enseñanza. Pero, hasta ahora, sólo Renate Künast, jefa de fracción del partido ecologista Bündnis 90/Die Grünen, y voceros del partido de izquierda Die Linke se han pronunciado explícitamente a favor de intensificar el control de armas, un tema casi tan impopular en Alemania como lo es en Estados Unidos, en donde la posesión de armas es un derecho protegido por la Carta Magna.
¿Leyes más estrictas de lo ya lo son?
La ley que regula la venta, la adquisición, la reparación, la posesión, el almacenamiento y el manejo de munición y armas de fuego en Alemania (Waffengesetz) es una de las más estrictas del mundo – no son muchos los civiles a los que se les ha permitido el porte de armas exclusivamente para su defensa personal.
La ley fue modificada el 11 de octubre de 2002, poco después de la tragedia de Erfurt. El 26 de abril de 2002, el joven de 19 años Robert S. asesinó a 16 personas y luego se suicidó con su arma de fuego en la capital de Turingia. Las reformas entraron en vigencia el 1° de abril de 2003, cuando el Tribunal Constitucional Federal Alemán con sede en Karlsruhe emitió su veredicto desestimando el recurso de amparo introducido por la Unión Alemana de Tiro.
Los opositores de esta enmienda alegaban que no son los portadores legales de armas de fuego quienes han hecho uso indebido de ellas y que, por lo tanto, una intensificación del control de armas resultaría desventajosa para quienes practican el tiro por tradición o como deporte, pero no conseguiría evitar que sucesos como el de Erfurt volvieran a ocurrir. La legislación vigente ya obliga a tiradores y cazadores a guardar sus armas en cajas fuertes o armarios de acero; pero el padre de Tim K. no parece haber seguido esos lineamientos a rajatabla.
¿La excepción hace la regla?
Otros sostienen que el problema no radica en la ley misma sino en las excepciones que ella establece, sobre todo a favor de las sociedades de tiro. En su edición de este 13 de marzo, el diario alemán Süddeutsche Zeitung advierte que hay dos millones de tiradores profesionales en Alemania, 1,45 millones de los cuales está inscrito en la Federación Alemana de Tiro (Deutsche Schützenbund o DSB, en alemán). Después de un año, tras aprobar un proceso de formación que arranca con el uso de pequeñas pistolas de aire comprimido, el tirador adquiere el derecho a obtener un carné que lo identifique como portador legal de armas, proveído por las autoridades pertinentes. Este documento le permite comprar armas para practicar el tiro, pero no lo autoriza a portarlas en el espacio público.
Según cálculos de la DSB, cada tirador posee un promedio de cuatro armas de fuego, lo cual implicaría que los tiradores han puesto en circulación legal ocho millones de ellas. Por su parte, el padre del asesino múltiple de Winnenden tenía más de una docena de armas de alto calibre en casa de manera legal. Y es que el tiro es un deporte que abarca distintas subdisciplinas – a los miembros de la Federación Alemana de Tiro les está permitido poseer un arma y otra de repuesto por cada una de esas disciplinas. También Robert S., el asesino múltiple de Erfurt, pertenecía a una sociedad de tiro.
¿Qué tan segura es la actual custodia de las armas?
La DSB se niega, por principio, a obligar a sus miembros a depositar sus armas en la sede de la sociedad de tiro en lugar de llevarlas consigo a casa. Sin embargo, es en casa donde están almacenadas las armas que necesita un joven que padece un ataque de locura homicida (lo que los malayos llaman “amuk”, de ahí el término “síndrome amok”) para consumar asesinatos. Ese fue el caso en Winnenden hace unos días, en Bad Reichenhall en 1999 y en Coburg en 2003.
Hasta Konrad Freiberg, director del sindicato de policías, coincide con los representantes de la DSB al desestimar la posibilidad de prohibir el almacenamiento de armas de fuego en los hogares y obligar a sus dueños a dejarlas en las sedes de las sociedades de tiro o en depósitos bien custodiados: “Por lo general, nuestras sedes están en las afueras de las ciudades y los pueblos. En cuanto se sepa que allí se guardan docenas de armas de fuego, van a ser robadas”, asegura Birger Tiemann de la DSB en entrevista con el diario Süddeutsche Zeitung.
“Eso implicaría que tendríamos que vigilar esas instalaciones a toda hora”, agrega Freiberg, aclarando que se trata de cientos si no miles de depósitos que habrían de ser puestos bajo protección oficial. El vocero del sindicato de policías está más bien a favor de que se reduzca el número de armas que un tirador puede poseer y de que se instaure en Alemania un registro centralizado de armas: “Nosotros pesamos cada banano y sabemos cuántos entran a Europa, pero no conocemos el número total de armas (legales) que circulan en nuestro territorio”.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor responsable: José Ospina-Valencia