Arrecia la crisis bancaria en Portugal
28 de julio de 2016Para saber que algo no va bien en los bancos portugueses no hacía falta un informe del Fondo Monetario Internacional: en los últimos diez años, el país ha utilizado unos 14 mil millones de euros del dinero procedente de los impuestos para rescatar a diversas instituciones financieras. Organismos de larga tradición han llegado a colapsar. Ahora hay que sanear el banco más grande del país, la estatal Caixa Geral de Depósitos, con al menos cinco mil millones más. João César das Neves, profesor de Economía en la Universidad Católica de Lisboa, cree que se trata de un “pozo sin fondo”: “Ahí se han acumulado muchos problemas y este tema todavía nos va a ocupar largo tiempo”, asegura a Deutsche Welle.
El precio de los errores pasados
“Ha habido relaciones escandalosas y negocios especulativos que han contribuido a la crítica situación actual de los bancos”, admite a DW Francisco Louçã, de la Escuela de Economía ISEG. Aun así, Louçã defiende a las instituciones financieras. “La situación se puso muy fea con la crisis económica y la política de austeridad”, dice. "Ahí estallaron los créditos privados, porque las familias no podían pagar sus hipotecas. Muchas empresas tampoco podían pagar sus créditos."
“Por supuesto que también los bancos portugueses, como muchos otros, especularon irresponsablemente“, admite Louçã, pero cree que las advertencias sobre que se avecina una nueva crisis bancaria son “exageradas”. Tras ellas “se esconden el intento de consorcios financieros internacionales, concretamente españoles, de absorber el sector bancario portugués”, afirma. En ese sentido, Louçã considera que “es mucho mejor para nuestra economía tener muchos bancos pequeños que unos pocos grandes controlados desde el extranjero”.
Teorías de la conspiración
De hecho, bancos españoles han comprado de forma masiva en Portugal y ya han absorbido varias instituciones. Sin embargo, hay otros bancos internacionales que se han retirado del país, aparentemente porque no obtenían las suficientes ganancias. “Nuestro problema no es que haya muchos españoles, sino que la competencia sea poca”, dice al respecto João Duque, un colega de Loucãs, al respecto.
Duque desea que los consorcios de otros países europeos entren en los bancos portugueses para poner remedio a la falta crónica de dinero. “Pero, naturalmente, no los podemos obligar a invertir en Portugal”. En este sentido, también hay lugar para las teorías de la conspiración que circulan entre los socialistas gobernantes, los partidos de izquierda que los apoyan, los comunistas y el bloque de izquierdas, que consideran que la Unión Europea y el Banco Central Europeo quieren traspasar el sector financiero portugués a manos españolas. El saneamiento del gran banco estatal Caixa Geral de Depósitos sería la última y más importante pieza de ese rompecabezas conspirativo: “La UE no quiere permitir que el Estado, como accionista único, asuma la necesaria ampliación de capital”, dice Francisco Louçã. “Con ello, quiere forzar la privatización de este importante banco." João Duque, por su parte, comprende los reparos de la Unión Europea hacia su saneamiento estatal: “El Banco Central Europeo desea transparencia y trato igualitario en el sector financiero. En ese sentido, sería difícil de explicar que el Estado portugués sea exclusivamente quien lleve a cabo el saneamiento”, argumenta.