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UE: Asilo e inmigración

31 de enero de 2012

¿Un sistema común de asilo y migraciones para toda la UE? Partiendo de los más diversos sistemas nacionales, un estudio de la Fundación Hans Seidel presentado en Bruselas pone de manifiesto cuán lejos está aún.

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"En España tenemos una legalización constante", afirma un analista del EPIC.Imagen: AP

“Sólo en enero han llegado a las costas de Malta, el país más pequeño de la Unión Europea, 68 personas en busca de asilo; esto equivaldría a que a Alemania llegasen unos 1040 refugiados al día”: con este ejemplo, el eurodiputado maltés Simon Bussutil abogaba por esforzarse por lograr lo antes posible un sistema unitario de asilo a nivel de toda la UE.

Éste, un largamente acariciado proyecto de la Comisión Europea, volvió a fracasar hace tres días debido a la negativa de los Estados: el tema de migraciones y asilo sigue siendo competencia nacional. Con todo, un reciente caso de un afgano que no pudo ser repatriado al país por donde entró a la UE debido a las infrahumanas condiciones de los refugiados en Grecia, vuelve a poner el tema en primer plano.

El sueño del sistema común

Al final del largo camino por recorrer se encuentra un sistema de migraciones colectivo que tenga en cuenta las necesidades de los mercados laborales de cada país y uno de asilo que opere por cuotas. Por lo pronto, en cuanto a lo primero, el sendero se detiene en ciertas regulaciones comunes sobre  visado. En cuanto a lo segundo, se ha llegado sólo a exhortaciones a la solidaridad voluntaria con países como Malta, Grecia, Italia y Chipre a donde llega la mayor parte de los refugiados. “No nos importa si la solidaridad es voluntaria u obligatoria, necesitamos la solidaridad de los socios europeos”, subraya Bussutil.

Studie Immigration und Integration in der Europäischen Union
Vit Novotny (izq), Simon Busuttil (MEP), Mauricio Rojas Mullor en la presentación del estudio "Opening the door? Immigration and Integration in the European Union".Imagen: DW

Sistemas muy diferentes

Una docena de sistemas nacionales se exponen en el estudio Opening the Door? Immigration and Integration in the European Union, elaborado por el Centre for European Studies (CES) y la Fundación Hans Seidel, cercana a la Unión Socialcristiana bávara. Y si en algunos análisis se percibe el temor por la inmigración musulmana y su presunto menoscabo de los valores judeo-cristianos, en otros se subraya el peligro de que la inmigración y las olas de refugiados socaven los respectivos sistemas de bienestar. Por otro lado, claro queda que la UE –independientemente de lo circunstancial de la Primavera Árabe o los flujos cambiantes de determinados continentes- requiere ya y va a necesitar aún más de inmigrantes.

¿Sólo de los cualificados? “No,  necesitamos manos, manos para ayudarnos”, dice a DW Mauricio Rojas Mullor, director de la Escuela de Profesionales de Inmigración y Cooperación (EPIC)  de Madrid. “Hay que cuidar a los niños, hay que cuidar a los ancianos;  necesitamos gente justamente en ese tipo de profesiones que son intensivas en trabajo”, prosigue Rojas Mullor, ex diputado del Parlamento Sueco. 

Mauricio Rojas Mullor, director de la Escuela de Profesionales de Inmigración y Cooperación.
Mauricio Rojas Mullor, director de la Escuela de Profesionales de Inmigración y Cooperación.Imagen: DW

“Lo importante es que la gente venga acá y trabaje. En algunos países, especialmente los del norte de Europa, la gente llega y se incorpora al Estado de bienestar, va a ser consumidor y no aportador”, añade el investigador del EPIC. Éste, que nació en Chile y salió exilado hacia Suecia en 1974, conoce en profundidad el tema. 

Así, si algunos de los países nórdicos europeos le abren las puertas de su Estado de bienestar a los refugiados –pero no la de su mercado laboral-, las leyes de algunos de los países mediterráneos ofrecen un acceso muy restrictivo a su sistema de asilo.

En España, hacer la legalidad más rentable

La inmigración hacia España por ejemplo se incrementó casi sin pausa hasta el 2007: un millón de extranjeros registrados había en 1995; en 2010 eran 6,5 millones. Y la puerta de entrada de la mayor inmigración no son las pateras, cuenta Rojas Mullor, son los aeropuertos.

Illegale Migranten Spanien
Rojas Mullor: "Y el mayor problema no son las pateras"Imagen: picture-alliance/dpa

“Vengo a ver un pariente con una cantidad de dinero determinada, un pasaje de ida y vuelta, con todo lo que pide la ley. Y después me quedo. Tres días después voy a la municipalidad de Madrid y me empadrono. Al empadronarme tengo derecho a la salud, a la escuela para mis hijos, tengo derechos sociales”, explica. Después de un cierto tiempo y con pruebas de integración, la persona se puede quedar.

“En España tenemos una legalización constante, pero el resto de Europa piensa que el que es ilegal se tiene que ir. España tiene todos los incentivos para que el que es ilegal no se vaya”, opina Rojas Mullor, abogando por reformar el sistema para que la necesaria inmigración se haga de manera ordenada.

“La inmigración fue una solución fácil para no hacer reformas. Llegó gente joven, aportó rápidamente al sistema de pensiones o a la seguridad social. Se flexibilizó el mercado de trabajo incorporando un montón de trabajadores, muchos de ellos ilegales. Y hoy en día tenemos un 22 % de paro. Y no es culpa de la inmigración”, puntualiza Rojas Mullor, explicando el título del capítulo de su autoría en el estudio del CES: “Spain: time of reckoning after the immigration boom”.

El flujo cambia, la necesidad continúa

No obstante, innegable es que la crisis ha dejado sus huellas en el flujo migratorio. “Se ha detenido el flujo de inmigración hacia España; este último año quizá se estanque e incluso disminuya. De América del Sur está disminuyendo la cantidad neta de inmigrantes; hay países  que se están desarrollando bien –como Argentina y Perú- y que están acogiendo gente de vuelta. Lo mismo sucede en países del Este como Rumanía”, dice el investigador. Los rumanos seguidos por peruanos y ecuatorianos conformaron en 2007 los mayores conglomerados de inmigrantes en España. Y las últimas tendencias hablan de un incremento notorio de la movilidad laboral de España hacia fuera del continente.

Como fuere, “la demografía nos dice que necesitamos muchísima gente, pero esa gente tiene que entrar al mercado de trabajo”, concluye Rojas Mullor, para quien lo óptimo sería un sistema que contemple tanto asilo como migraciones. ¿Estamos cerca de lograrlo? “No, muy muy lejos. Con todo, en políticas migratorias hay que pensar a largo plazo”, concluye.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas