Así pueden mejorar su relación de pareja durante la pandemia
17 de diciembre de 2020Las relaciones son complicadas, y nos referimos a todas: monógamas, poliamorosas, a distancia, parejas que viven juntas, con y sin hijos, con hijos de parejas anteriores, etc., etc.… Ni siquiera observando con atención la asociación vinculante existente entre dos personas, somos capaces de desentrañar las posibles dinámicas de su relación. "No hay una relación normal", dice a DW la psicóloga y experta en sexualidad Marieke Dewitte, de la Universidad de Maastricht. Dewitte da gran importancia al hecho aparentemente banal de que cada pareja es extremadamente diferente de las demás. Esta individualidad hace que escribir sobre parejas sea complicado. Al mismo tiempo, es precisamente esta característica la que la convierte en potencial fuente de alegría, incluso en período de confinamiento.
1. Acepta que la situación es dura
La pandemia del nuevo coronavirus, pero también las medidas para combatirla, en paralelo, tal vez, con la pérdida del empleo, o con el trabajo desde su casa, el cuidado de los hijos y la pérdida de las distracciones sociales, supone una fuente extraordinaria de estrés. Sería una ingenuidad pensar que esta situación excepcional no tiene consecuencias en la relación de pareja.
Pasar menos tiempo de calidad con el otro deja menos espacio para la intimidad y, en consecuencia, para practicar el sexo, lo que hace que se produzcan fricciones. Si el lema "business as usual" ya no se puede aplicar a la vida cotidiana, la relación también debe explorar nuevos caminos. Una buena noticia llega desde Austria. La socióloga Barbara Rothmüller llevó a cabo una encuesta en la primavera boreal sobre la transformación de la intimidad y las relaciones íntimas durante la pandemia. El 74 por ciento de las parejas que vivían en la misma casa admitió divertirse el uno con el otro y disfrutar del tiempo conjunto. En la segunda encuesta de Rothmüller, llevada a cabo en noviembre de 2020, esa cifra bajó hasta el 69 por ciento.
2. Espacios para uno mismo
"Un gran problema en la relaciones de pareja, pero también en las casas donde conviven varias personas y en las que hay niños, es que faltan sitios de repliegue para uno mismo", dice Rothmüller. Eso es algo que se vuelve mucho más evidente cuando, de repente, todo el mundo está en casa todo el tiempo.
Por eso es necesario dejar conscientemente más espacio al otro en una vivienda demasiado pequeña. Según el estudio de Rothmüller, la solución de algunas personas durante el confinamiento fue marcharse de paseo un par de horas para que otros miembros de la familia estuvieran tranquilos un rato.
Las personas que son capaces de expresar sus necesidades tienen ventaja, pero, para poder articularlas, primero debemos ser capaces de percibirlas. La falta de distracción social y cultural que impone la pandemia nos confronta casi dolorosamente con nosotros mismos. Puede ser algo pesado, pero también una oportunidad.
3. Romper con la costumbre
La frustración permanente no mejora la situación actual ni hace bien a la pareja. "Es hora de desarrollar nuevos intereses", dice la psicóloga Dewitte: leer, practicar deporte, cocinar… Tal vez, al final, incluso eso nos divierta. También nuestra sexualidad está muy influida por cómo nos sentimos con nosotros mismos. Beberse la enésima copa de vino en pantalón de deporte y sin maquillaje y lamentarse por todas las cosas que no pueden hacerse debido a la pandemia, es una opción. Pero hacer deporte, cocinarse algo sabroso y saludable y arreglarse bien para la cena es todavía mejor, y aumenta la autoestima, y también las posibilidades de tener sexo.
4. Sexo contra el estrés
La encuesta de Barbara Rothmüller reveló que, durante el primer confinamiento, disminuyó el deseo sexual de una parte de las parejas. Pero otras personas se sirvieron del sexo para distraerse del estrés. Lo cierto es que el estrés puede hacer que el deseo aumente o disminuya, y eso es algo muy personal. Los conflictos en la relación, las peocupaciones del trabajo y los hijos también tienen la culpa de que la vida sexual quede anestesiada.
Por otro lado, la intimidad física puede tener una fuerte función vinculante, demasiado fuerte como para ignorarla. La psicóloga Dewitte tiene una solución para despertar el deseo sexual. Se trata de la regla de los 10 minutos, un tiempo para besarse y acariciarse, creando una atmósfera impensable antes de iniciar el contacto físico. Y, si esa regla fracasa, "al menos la pareja ha pasado 10 minutos besándose y acariciándose", dice Dewitte, para quien no es la frecuencia de los encuentros sexuales lo que importa, sino su calidad.
5. Nuevas prioridades
Cuando nuestra idea de normalidad se ve sacudida por todas partes, es un buen momento para rehacer nuestra lista de prioridades. Suele decirse que la salud es lo primero. Muy en lo alto de esa lista están también la familia y las personas con las que nos iríamos a una isla desierta, y aquellas a las que extrañamos dolorosamente cuando una pandemia nos separa de ellas. La monogamia experimentó también un inesperado regreso durante la pandemia. Rothmüller habla incluso de una monogamización de las relaciones, también porque el confinamiento dificulta las relaciones abiertas y sin compromiso. Según el estudio de la socióloga, muchas parejas aprovechan las restricciones impuestas por la pandemia para invertir en sí mismas, profundizando en la relación con más diálogo, más intimidad y más tiempo juntas.
(ms/cp)