Atacante de Aurora podría afrontar pena de muerte
3 de agosto de 2015Con su decisión, el jurado encargado de juzgarlo en la ciudad de Centennial, cerca de Denver, Colorado, aleja a Holmes de la cadena perpetua, pena que pedía la defensa, y lo aproxima al corredor de la muerte, aunque la decisión final no se conocerá hasta después de una última fase de deliberación del juicio, en la que las víctimas de la masacre ofrecerán de nuevo su angustioso testimonio.
El jurado, compuesto por nueve mujeres y tres hombres, determinó que la esquizofrenia paranoide de Holmes no le impidió ser consciente de la "atroz" matanza que perpetró en 2012, cuando irrumpió en un cine con una máscara de gas y guantes negros y comenzó a disparar indiscriminadamente sus cuatro armas.
Holmes, que ahora tiene 27 años, llenó el cine de gas lacrimógeno, se dedicó a disparar al azar contra el público presente y fue detenido a las afueras del lugar por la Policía, ante la que se identificó como el "Joker" (Guasón), uno de los enemigos de Batman, película que se presentaba en el momento.
Enfermo, pero haciendo uso de la razón
El 16 de julio, Holmes fue declarado culpable de 165 cargos, 24 de ellos por asesinato en primer grado, después de 11 semanas de juicio, los argumentos de 250 testigos, la muestra de 1.500 fotografías y la proyección de 24 horas de video.
El equipo defensor del atacante argumentó que no era culpable a causa de insania. Tuvo numerosos antecedentes de enfermedades mentales y había intentado recibir tratamiento incluso poco antes del tiroteo, afirmaron sus abogados. El joven, que todavía tiene la oportunidad de ofrecer su testimonio para defenderse, reconoció haber perpetrado el tiroteo pero prefirió declararse no culpable por su enfermedad mental.
La fiscalía busca la pena de muerte y presentó ante el jurado el testimonio de 221 testigos, víctimas y servicios de emergencia, así como también les mostró una notebook en la cual Holmes tramó meticulosamente los asesinatos como prueba de que operó haciendo uso de la razón.
El tiroteo abrió el debate sobre el control y venta de armas en el país e impulsó cambios legislativos en el estado de Colorado, que tras la matanza aprobó una de las legislaciones más restrictivas para supervisar los antecedentes de los compradores y restringir el número de balas de los cargadores.
RML (efe, dpa)