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Atentados con coches bomba dejan varios muertos en Irak

12 de enero de 2014

Violencia sectaria no da tregua en el país. El Gobierno intenta expulsar a grupos vinculados con Al Qaeda y espera lanzar una ofensiva militar.

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Imagen: picture-alliance/AP

Dos ataques con coches bomba en el centro y norte de Bagdad dejaron varios muertos, en una nueva jornada de violencia en Irak. El primero de ellos parecía estar dirigido nuevamente contra reclutas del Ejército, mientras que otro artefacto explosivo estalló en un estacionamiento de buses y taxis en el barrio de Hurriyah. A eso se suman los enfrentamientos en distintas áreas del país.

El ataque más mortífero ocurrió en un terminal de autobuses en Alawi, en el centro de Bagdad, donde una explosión dejó nueve muertos y 16 heridos. Aparentemente, y al igual que otro ataque ocurrido el pasado jueves 9 de enero, los blancos eran soldados reclutas. Un testigo citado por la agencia Reuters aseguró que “cuando salieron del aeropuerto y los reclutas se reunieron aquí, estalló la bomba”.

El ataque en Hurriyah, en tanto, dejó cuatro muertos, que se sumaron a otra víctima fatal al explotar una bomba instalada en un camino en la zona oeste de la capital iraquí. Dos milicianos, en tanto, fueron abatidos por las fuerzas de seguridad en la zona sur de Bagdad, mientras que en Abu Ghraib grupos insurgentes atacaron a soldados iraquíes, tras lo cual hubo un enfrentamiento que incluyó fuego aéreo desde un helicóptero.

Misión: expulsar a Al Qaeda

La violencia sectaria, básicamente encabezada por insurgentes sunitas que reclaman haber sido olvidados por el Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki, ha provocado miles de muertos. Según reportes de la ONU, 2013 fue el año más sangriento desde 2009 en el conflictivo país asiático. Hasta diciembre perdieron la vida un total de 8.868. Pero los problemas para el régimen no terminan ahí.

El 1 de enero, activistas opositores se tomaron Ambar. El Gobierno de Al Maliki prometió erradicar a Al Qaeda de Irak y para ello intervino diversos campamentos, provocando malestar entre una parte de la población sunita, que ha reaccionado con violencia. El Ejecutivo ha pedido a voluntarios que se unan a su lucha contra la insurgencia, y tribus locales así lo han hecho.

Ramadi, por ejemplo, que es la capital provincial de Ambar, fue recuperada por el Ejército con la ayuda de residentes. El Gobierno ha desplegado tanques y artillería alrededor de una de las ciudades de la provincia, Faluya, pero está dando tiempo para las negociaciones que buscan asegurar la expulsión pacífica de los integristas del Estado Islámico de Irak. Al Maliki dijo que quería dar espacio para que los civiles abandonaran la zona.

DZC (Reuters, AP, AFP, dpa)