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Attac: del lamento a la acción

30 de septiembre de 2003

Mientras los partidos políticos y los sindicatos de Alemania sufren una persistente sangría de afiliados, crecen las huestes de Attac, una organización que reúne a un grupo variopinto de opositores a la globalización.

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Cada vez es mayor la capacidad de movilización de Attac.Imagen: AP

Sus protestas vienen llamando la atención de la opinión pública desde hace años. Tras el fracaso de las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio, celebradas en Cancún, la organización Attac se siente más fuerte en su lucha contra la globalización. En Alemania disfruta de una afluencia de miembros con la que no puede competir ninguna otra organización no gubernamental (ONG).

El atractivo de Attac

En un comienzo, no habían lazos firmes entre los activistas que se oponen a las consecuencias negativas del fenómeno que está convirtiendo al mundo en una aldea global, sobre todo desde el punto de vista económico. En el año 2000, un grupo de 266 activistas fundaron Attac, organización que a estas alturas cuenta con casi 13.000 integrantes.

Uno de ellos, Christof, tiene el número 12.364 en el registro. Cuando ve las noticias por televisión, suele darle ira. Desde ya, rechaza los planes de reforma que intenta llevar adelante el gobierno alemán. "Todo esto afecta siempre a los más débiles, siempre se recorta el dinero", indica. La frustración ante lo que sucede la esfera política y social es lo que lo indujo a sumarse a las filas de Attac, para luchar allí por sus ideales.

Iras compartidas

"Pensé que de nada sirve limitarse a indignarse por todo el asunto, que hay que intentar hacer algo", señala, y explica por qué escogió esta vía: "dado que ya no encuentro ningún partido que valga la pena o con el que uno pueda identificarse, entré en Attac".

Christof no es el único que piensa así. Cada semana se añaden 80 miembros a los registros de esta ONG en Alemania. Todos comparten las mismas críticas, según hace notar Sven Giegold, uno de los fundadores del grupo en este país. "Creo que el motivo principal es el profundo descontento con la política del gobierno germano federal. En particular con el hecho de que, pese a que hemos alcanzado un bienestar mayor que nunca, aumentan la inseguridad social y la injusticia, no sólo a nivel nacional, sino también internacional", puntualiza.

Rebeldía y realismo

En el caso de Attac, que está organizada en 256 grupos regionales, se manifiesta una tendencia opuesta a la de las organizaciones tradicionales. Cierto es que otras cuentan con más integrantes, como la ecologista Greenpeace, que llega a cerca del medio millón. La sección alemana de Amnesty International, por su parte, tiene aproximadamente 50 mil afiliados. Pero ninguna puede exhibir las tasas de crecimiento de Attac. Sus cifras más bien se encuentran estancadas o presentan tendencia a la baja.

Attac no sólo atrae a los jóvenes. Ralf, por ejemplo, tiene 43 años y sigue considerándose un rebelde. Por eso simpatiza con el grupo. Pero no todos son utopistas. Christof piensa que hay que ir paso por paso y que sólo así su organización podrá llegar a convertirse en un movimiento masivo. "No se puede cambiar ahora al mundo entero, pero cada uno puede tratar de hacer su pequeño aporte", dice, con la esperanza de que cada vez más gente se adhiera a su causa.