Aumentarán catástrofes naturales
31 de diciembre de 2006Para empresas reaseguradoras, como el Grupo Münchener Rückversicherungs Gesellschaft, las catástrofes naturales ameritan precisión inflexible. De ésta dependen, finalmente, los egresos por pago de pólizas en caso de siniestros.
En el negocio de los "seguros secundarios", en el cual este consorcio alemán es uno de los líderes a nivel mundial-, los montos pueden ser estratosféricos. Imagínese, por ejemplo, cuál puede ser la póliza a cubrir si el objeto asegurado es "una plataforma petrolera, un satélite", o si la causa son castastrofes naturales como el huracán Katrina, que devastó a la ciudad de Nueva Orleans.
Aumentarán las catástrofes
No extraña, por ello, que en la nómina del consorcio figuren especialistas como el catedrático Peter Höppe, responsable del Grupo de Investigación de GeoRiesgos. De acuerdo con él, y en vista de "la persistente fase cálida cíclica en el Atlántico Norte, que se ve reforzada por el calentamiento global, en una o dos décadas el número de huracanes superará la media en comparación con el valor medio registrado entre 1950 y 2006."
El ciclón Larry, de acuerdo con el especialista, puede considerarse una "señal de aviso". Éste golpeó el 20 de marzo la costa escasamente poblada de Queensland, en el norte de Australia, con un viento que alcanzó velocidades de hasta 290 kilómetros por hora. "Fue la tormenta tropical más potente jamás registrada desde que se iniciaron las mediciones meteorológicas", agrega la empresa.
Paradójicamente, la advertencia se produce en un año particularmente bajo en su índice de catástrofes naturales. "La industria aseguradora se vio exenta en buena parte de grandes siniestros", apunta la Münchener. Hasta finales de diciembre, los daños económicos por fenómenos meteorológicos habían ascendido a 45.000 millones de dólares, una quinta parte de lo registrado en 2005: 219.000 millones de dólares. Esto se debió, según los análisis de la empresa, a que en 2006 no hubo huracanes severos en el Atlántico Norte.
Sin embargo, el negocio de la reaseguradora descansa en el cálculo de riesgos. Y, en este sentido, las visiones a futuro no son tranquilizadoras. Desde la perspectiva de Torsten Jeworek, miembro de la Junta Directiva del consorcio, "el calentamiento global, entre otros factores, es responsable de que a largo plazo aumente el número de catástrofes naturales ocasionadas por condiciones meteorológicas. Ello, junto con las crecientes concentraciones de valores en regiones expuestas, conlleva potenciales de siniestro cada vez más elevados."
Inequidad, hasta en la catástrofe
En otras palabras, el factor de riesgo no sólo se incrementa por los fenómenos meteorológicos mismos, sino porque los valores materiales se concentran cada vez más en las grandes ciudades del mundo. Así, un solo meteoro en una megalópolis puede causar más daño económico que varios como el de Queensland.
El panorama cambia de manera radical cuando se comparan los daños totales -incluyendo los humanos- con los materiales. En cuanto a los primeros, las mayores catástrofes de 2006 se produjeron por el terremoto de Indonesia, ocurrido en mayo, y las inundaciones de la India, en julio y agosto.
En cambio, la tabla de daños materiales incluye casi exclusivamente a puntos desarrollados del planeta como Estados Unidos, Japón, Austria, Alemania y Canadá, entre otros.
El panorama se hace más dramático en el desglose de muertes humanas. Éste es dominado por países en desarrollo como Indonesia, Etiopía, la India, Filipinas, Bangladesh y Paquistán. La conclusión es clara: en cuanto a las catástrofes naturales, los países ricos ponen la cuota material, y los pobres, las víctimas.