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Nueva “ley de reestructuración”

25 de agosto de 2010

El Gobierno alemán ha propuesto reglas de insolvencia especiales para los institutos financieros que contemplan el pago de una cuota de responsabilidad para tiempos de crisis cercana a los 1.000 millones de euros al año.

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El dinero iría a un fondo de reestructuración para garantizar que bancos al borde de la quiebra puedan reorganizarse.Imagen: picture-alliance/dpa

De ahora en adelante, los bancos alemanes deberán llevar sobre sus hombros toda la responsabilidad por lo que salga mal en sus negocios financieros… si y sólo si se aprueba el proyecto de ley presentado este miércoles (25.8.2010) ante el Consejo Federal de Ministros. La moción en cuestión propone la entrada en vigencia de reglas de insolvencia especiales para los institutos financieros que, entre otras cosas, contemplan el pago de una cuota de responsabilidad financiera para tiempos de crisis cercana a los 1.000 millones de euros al año. Legislaciones similares están siendo concebidas también en otros países europeos.

El dinero iría a parar directamente a un fondo de reestructuración que serviría como amortiguador financiero para garantizar que los bancos amenazados con la quiebra puedan reorganizarse. La propuesta en cuestión busca evitar que el Estado alemán vuelva a verse entre la espada y la pared como lo estuvo durante el comienzo de la crisis económica global y deslastrar a los contribuyentes de la obligación de socorrer a las entidades bancarias cuando éstas estén en aprietos.

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La propuesta del Gobierno no ha caído bien en Fráncfort del Meno, corazón financiero de Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

Las críticas abundan

Cuando un banco importante para el sistema financiero alemán esté al borde de la bancarrota, no será el Estado, sino los otros bancos quienes deberán meter el hombro para que el sistema no se desestabilice; ese es el objetivo de la nueva reglamentación para las insolvencias bancarias, que hará posible un liquidación ordenada de los bancos. Se prevé que las autoridades de supervisión bancaria tengan la potestad de fragmentar los institutos tambaleantes y vender las partes vitales para el funcionamiento del sistema financiero o transferirlas a bancos estatales.

En el ámbito financiero se ha criticado la instauración de la cuota de responsabilidad para tiempos de crisis, que debe ser pagada tanto por los institutos privados como por las cajas de ahorro y las cooperativas de ahorro y préstamo dependiendo del tamaño y el grado de riesgo de sus respectivos modelos de negocio. Los primeros advierten que la medida afectará inevitablemente a sus clientes, quienes terminarán ayudando a pagar esa cuota de responsabilidad y verán reducido su poder adquisitivo; las últimas argumentan que sería injusto obligarlas a pagar otro tributo cuando ellas tienen su propio sistema asegurador.

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En esta foto todavía sonríen, pero el proyecto de ley sobre el que le ha tocado discutir al Consejo Federal de Ministros este miércoles es cosa seria.Imagen: picture alliance / dpa

Es ahora cuando empieza el debate

Las sociedades aseguradoras y los fondos de cobertura o de inversión libre (conocidos como hedge funds en inglés) quedan exentos de pagar esta cuota de responsabilidad porque para ellos no aplica ley de reestructuración alguna y, en consecuencia, no obtienen contraprestaciones por su contribución. Por su parte, la oposición prefiere que se establezca un impuesto a las transacciones en el mercado financiero, alegando que, con lo cara que le ha salido la crisis al Estado, exigirle 1.000 millones de euros anuales a los bancos sería muy poco.

Está por verse si el rechazo que despertó de antemano este componente de la ley de reestructuración convence a suficientes representantes políticos de revisar y enmendar el proyecto legislativo antes de aprobarlo; en los debates del Parlamento y del Consejo Federal –que representa a los Estados federados de Alemania– se decidirá si el documento de cien páginas entrará en vigor o no a principios de 2011. De esta propuesta se había hablado hace meses, pero llega casi dos años después de que la estrepitosa bancarrota del gigante estadounidense Lehman Brothers desatara la crisis económica global que todavía tiene a muchos países en vilo.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / apn
Editor: Claudia Herrera Pahl