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Barack Obama negocia promesas y demandas con la Unión Europea

5 de abril de 2009

El maratón de Barack Obama por Europa continúa. El presidente estadounidense se reunía hoy en Praga con los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE: a muchos de ellos les estrecha la mano por tercera vez en este viaje.

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Barack Obama en Praga: un baño de masas en cada escala.Imagen: AP

La canciller alemana, Angela Merkel, ha recibido esta semana un verdadero baño de “obamamanía”, y no es la única. Merkel y Barack Obama coincidieron el pasado jueves en la Cumbre del G-20 en Londres, conversaron durante una hora el viernes en Baden-Baden, cenaron esa misma noche con sus colegas de la OTAN, el sábado volvieron a verse en el evento que celebraba la Alianza y hoy domingo se encuentran de nuevo en el que reúne a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.

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Barack Obama y su esposa Michelle frente al público de Praga.Imagen: AP

Sin embargo, en la fascinación por el presidente estadounidense, la repetición parece no hacer mella. La clase política europea celebra cada declaración de Obama, y es que George W. Bush dejó por estos lares muchas carencias afectivas. Y también el pueblo llano aclama al “mesías” venido del otro lado del Atlántico, que aprovecha cada escala para dejarse ovacionar por las masas: ya sea ante estudiantes en Estrasburgo o frente al castillo de Hradschin en la capital checa.

El último eslogan con el que Obama conquista corazones: un mundo sin armas nucleares. Aunque su pacifismo queda enturbiado por un escudo antimisiles sobre territorio checo del que Obama aún no quiere prescindir, también con la paloma de la paz llamó el presidente estadounidense a las puertas de Europa. Además portaba el compromiso de colaborar con la política climática comunitaria en una mano y, en la otra, una petición de ayuda para cerrar Guantánamo y de acogida de Turquía en el seno de la UE.

“Para mí no existen la vieja y la nueva Europa, sólo una Europa unida. Creo en una Europa fuerte y en una Unión Europea fuerte. Creo que será un aliado cada vez más importante y mi Administración hará todo lo que pueda por apoyarla”, dijo Barack Obama antes de que diera comienzo el encuentro con los socios comunitarios, y con tales declaraciones no es de extrañar que el Viejo Continente se derrita cual mantequilla al sol de mayo.

Protest vor EU-USA-Gipfel in Prag
Protestas contra el escudo antimisiles que EEUU planea estacionar en la República Checa.Imagen: AP

Para suceder a Kyoto

Tschechische Republik Greenpeace
Activistas de Greenpeace piden en Praga más compromiso con el medio ambiente.Imagen: AP

Ya en su toma de posesión como presidente, Barack Obama lanzó señales positivas en cuanto a uno de los temas considerados centrales en la reunión de Praga: la protección del medio ambiente y la colaboración norteamericana con los objetivos climáticos de la UE. “Estamos aquí”, dijo Angela Merkel, “para ver qué obligaciones puede asumir Estados Unidos en relación al acuerdo que suceda al protocolo de Kyoto”, protocolo sobre cual nunca se logró ver plasmada la firma estadounidense.

Estados Unidos podría estar dispuesto a reducir las emisiones de los gases que contribuyen al efecto invernadero entre un 16 y un 17 por ciento con respecto a su nivel actual, y a empezar a apostar por las energías alternativas. Europa se ha comprometido a contaminar en 2020 un 20 por ciento menos y el apoyo estadounidense le vendría muy bien a la hora de borrar el temor a que la ecología coloque a la economía de la Unión en desventaja.

Europa espera, por lo tanto, más que palabras en la cuestión medioambiental, aunque algunos analistas advierten que el compromiso estadounidense con la sostenibilidad climática del planeta podría depender no tanto de los deseos comunitarios como de lo que al respecto decida hacer China.

Por Guantánamo y Turquía

Obama und Klaus vor EU-USA-Gipfel in Prag
Barack Obama estrecha la mano del presidente checo, Vaclav Klaus, a su llegada a Praga.Imagen: AP

Pero Obama no sólo viajaba a Praga para repartir promesas. El presidente también traía sus propias demandas. Por ejemplo, los europeos, que tantos gritos lanzaron al cielo por el cierre de Guantánamo, deben contribuir ahora al desmantelamiento del campo. “Cerrar Guantánamo sería mucho más fácil si los Estados de la UE colaborasen con nosotros y concediesen asilo a algunos de los internos. Por eso, urge que las instituciones comunitarias apoyen el derecho de sus miembros a acoger presos si así lo quieren”, enfatizó Obama.

Y, además, el mandatario norteamericano tenía otra petición con destinatario Bruselas, que fue acogida con diferentes grados de entusiasmo por socios comunitarios: la UE, opinó Obama, lanzaría una señal muy positiva al mundo musulmán si diera luz verde al ingreso de Turquía en la Unión. La prensa sospecha que una de las concesiones que Obama le hizo el sábado en Estrasburgo a la delegación turca a cambio de que ésta aceptase al danés Anders Fogh Rasmussen como secretario general de la Alianza fue la de un mayor acercamiento del país a la Comunidad.

Obama Go Home auf Türkisch
Protestas contra Barack Obama en Estambul.Imagen: AP

Por otra parte, Turquía es el siguiente destino del presidente estadounidense y éste el primer país de su actual ruta en el que no lo reciben mayormente con aplausos, sino principalmente con protestas. “¡No te queremos!” y “¡Obama vete a casa!” gritaron manifestantes en Ankara y Estambul durante todo el fin de semana. Tal vez con lo dicho en Praga tuviera como objetivo principal el apaciguar algunos ánimos.

Sea como fuere, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, celebró la propuesta de Obama, mientras que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, la rechazó de pleno y la canciller alemana, básicamente contraria a un ingreso de Turquía en la UE pero ante todo extremadamente diplomática, manifestó sus dudas.

Esperado apretón de manos entre Obama y José Luis Rodríguez Zapatero, ¡siga leyendo!

Obama und der spanische Präsident Zapatero in Prag
Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero conversan cara a cara durante 45 minutos.Imagen: AP

El deshielo hispano-estadounidense

Eran muchos los altos mandatarios que querían una foto con Obama, pero la del apretón de manos entre el estadounidense y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dejó una imagen muy especial. La guerra fría entre Madrid y Washington se inició con la llegada de los socialistas al poder y la retirada de las tropas españolas de Irak en 2004. Desde entonces y durante lo que le quedó de vida a la Administración Bush, el hielo no hizo amagos de derretirse.

Pero también a las relaciones hispano-estadounidenses les alcanza la máquina de hacer cambios made in Obama. Los presidentes mantuvieron un encuentro a puerta cerrada de unos 45 minutos, pasando del teléfono al contacto personal, en el que trataron la postura de la Unión Europea en Oriente Próximo, la crisis económica, las energías renovables, la lucha contra el terrorismo y los nuevos retos y cuestiones de importancia para América Latina, en los que Obama afirmó necesitar del conocimiento de España. Después, ambos posaron sonrientes para las cámaras.

Zapatero se gratuló de que se inicien "nuevos tiempos" en los contactos entre España y Estados Unidos. La guerra iraquí ya no es un obstáculo: al fin y al cabo, en la Casa Blanca reside ahora un político que también se opuso a ella. El presidente español destacó el compromiso de su colega en ámbitos que se escriben con mayúsculas en La Moncloa: "la creación de un orden mundial de paz y más justo" y la erradicación de la pobreza. Así las cosas, "el propósito de España”, aseguró Zapatero, es colaborar con Obama en la construcción de "un futuro mejor para las próximas generaciones".

Obama, por su parte, trató a su homólogo español de “amigo” y siguió la línea habitual de su discurso: "la relación entre España y Estados Unidos será a partir de ahora aún más fuerte”, dijo el norteamericano, que desatacó además la "credibilidad, la seriedad y la influencia" con la que España se enfrenta a los grandes retos que afectan a la comunidad internacional. "Espero que tengamos muchas oportunidades de trabajar juntos", añadió.

Autora: Luna Bolívar Manaut/ dpa/ ap/ rtrd

Editora: Claudia Herrera Pahl