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Basura y reciclaje: como una religión

Izaskun García Ugarte1 de mayo de 2007

El afán de los alemanes por preservar el medio ambiente es tal vez una de sus características más conocidas internacionalmente, junto con las patatas, el chucrut y las vacaciones en el Mediterráneo.

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Contenedores de reciclaje en BerlínImagen: Bilderbox

Alemania está a la cabeza en lo que a energías renovables y políticas medioambientales se refiere. Además, siendo uno de los países más poblados de Europa, con más de 82 millones de habitantes, es también uno de los principales productores de basura. De acuerdo con el último informe sobre residuos y basuras publicado por el Ministerio de Medio Ambiente (BMU) alemán, de marzo de 2007, en 2004 se recogieron alrededor de 240,5 millones de toneladas. Pero, a pesar de la astronómica cifra, parece que el país va por el buen camino hacia la reducción y el reciclaje de desechos.

A partir de la introducción de la economía de ciclo cerrado, es decir, de reutilización de basuras, cuyo símbolo es el grüner punkt (punto verde), se ha conseguido, por lo menos en Alemania, reducir sobremanera la cantidad de gases de efecto invernadero.

Quema de basura: producción de energía

La quema de basuras en Alemania se ha modernizado de tal forma, que se ha conseguido reducir considerablemente la cantidad de gases contaminantes emitidos en el proceso . Mientras que en 1990, por la quema de 6 millones de toneladas de basura procedente de hogares se emitían más de 30.000 toneladas de contaminantes a la atmósfera (incluyendo dióxido de azufre, mercurio y cadmio), en 2004, la quema de 11 millones de toneladas sólo produjo 2.570. Gracias a la incineración y reciclaje de la basura procedente de los hogares, en 2004 se llegaron a ahorrar casi 140 gigajulios (GJ: equivalen a 140 GW por segundo) de energía producida por fuentes agotables, y se estima que la cifra aumente a más 200 GJ para el año 2020.

Ab in die Tonne ...
Jóvenes disfrazados de contenedor amarillo. ¡Para plásticos!Imagen: AP

Lo que es más, desde 1990 hasta el año 2004 se ha reducido en un 85% la emisión de metano, quedando en 4 millones de toneladas. El metano es un contaminante natural que surge de la descomposición de organismos y que, en cantidades ingentes, supone un problema medioambiental.

Cada vez más limpios

Tal vez la causa de este avance sea que, a pesar de que el producto interior bruto de Alemania creció entre 1990 y 2004, la cantidad de basuras se ha reducido, pasando de 42 millones de toneladas en 2002 a 39 en 2004. Esto es posible gracias al ahorro (reciclaje) en ciertos productos, como envases, papel, vidrio y chatarra. De acuerdo con los resultados de un informe del BMU de 2006, mientras que en 1990 sólo se reciclaba un 13% de la basura, en 2004 la cifra aumentó al 44%.

Müllabfuhr Abtransport von Verpackungsmüll
Servicio de recogida de basuras alemánImagen: dpa

Con todo, se estima que para el año 2020 se conseguirá en Alemania reducir la cantidad de gases contaminantes producidos por la basura proveniente de los hogares de las 26,7 millones de toneladas del año 1990 a tan sólo 0,01 millones. Y en lo que concierne al CO2 se espera que, para la misma fecha, la industria basurera reduzca en 7,8 millones de toneladas la emisión a la atmósfera (en 2004 sólo la redujo en 0,4 millones).

Cifras que hablan a gritos

Con 3,1 millones de toneladas de vidrio usado se pueden sustituir 3,3 millones de toneladas de mineral para producir vidrio.

460.000 toneladas de latas de conservas suplen a 1,07 millones de toneladas de hierro para fabricar objetos de este material. Y 7,7 millones de toneladas de papel sustituyen a 28 millones de madera par producir más papel.

Weltjugendtag - Müll auf dem Marienfeld
El ser humano produce mucha basura.Imagen: dpa - Report

Tan vez sean estas cifras la fuente de motivación de los alemanes para sacar la basura y depositarla religiosamente en el contenedor correspondiente en el jardín de casa: el amarillo para plásticos, el azul para papel, el marrón para productos biológicos y el negro para el resto. Es llamativo, que el contenedor negro es cada vez más pequeño (tal vez el trofeo por la conquista medioambiental alemana). Y no olvidemos los contenedores vecinales para el vidrio: blanco para vidrio blanco, verde para verde y marrón para marrón.

Todo en perfecta armonía.