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Benedicto XVI y la dimensión del domingo

CHP9 de septiembre de 2007

Finalizó la gira de tres días del Papa Benedicto XVI por Austria con una misa en la Catedral de San Esteban en Viena en la que habló de la desorientación en Europa y el mundo occidental.

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La visita del Papa a Austria estuvo marcada por malas condiciones meteorológicas.Imagen: AP

El domingo se ha convertido en la sociedad occidental en fin de semana y con ello, en tiempo libre, pero “si el tiempo libre no tiene un foco interior, un sentido global de dirección, entonces se convierte en un tiempo vacío que no fortalece ni ayuda”, dijo el Papa Benedicto XVI, quien durante su gira por Austria hizo hincapié en repetidas ocasiones en la desorientación que impera en Europa y el mundo Occidental.

“El insaciable hambre de vida que tiene muchas personas termina en el vacío de la vida perdida”, según Joseph Ratzinger ante cerca de 5.000 creyentes en una abarrotada catedral gótica que podría dar una imagen equivocada de la realidad que afronta la Iglesia católica en Austria.

Aunque un país en el que la religión imperante es la católica, la impecable fachada comienza a resquebrajarse. Tras ella vive una sociedad en cambio, una en la que los valores catalogados característicamente como cristianos, van perdiendo importancia: cada segundo matrimonio acaba en divorcio, la moral sexual impulsada por la iglesia católica es programa de minorías, se registra una drástica caída en la visita regular a la iglesia, crece el número de personas que la abandonan por completo, e igual de rápido crece el número de padres que sacan a sus hijos de las clases de religión. En Austria no existe una estricta división entre Estado e Iglesia, pero en realidad es innecesaria ante la pérdida de importancia de la religión en la política y en el día a día en este país.

Reformistas decepcionados

Durante su “peregrinaje a Austria”, como lo definió el mismo Ratzinger, condenó el aborto como contrario a los derechos humanos, criticó la falta de nacimientos en Europa, criticó la permisión de ayuda a la eutanasia en algunos países europeos, pero no se refirió a la crisis de la Iglesia católica en Austria, no habló sobre los recientes escándalos sexuales, entre ellos acusaciones de abusos a menores por parte de un cardenal, ni tampoco habló sobre la pérdida de miembros de la Iglesia, una omisión que decepcionó especialmente a los reformistas eclesiásticos.

Por el contrario su amplia alianza a favor del domingo y en contra de las tendencias al vacío, encontró adeptos inesperados. No sólo los católicos convencidos, también sindicatos y pequeños minoristas, aplaudieron, aunque por motivos distintos, la defensa del “día del Señor”. En Austria se debate actualmente sobre la apertura de los negocios los domingos a lo que se oponen sindicatos y comerciantes minoristas.

La visita de tres días a Austria es la séptima gira internacional del Papa Benedicto XVI.