Berlín, a los pies de Madonna

Muchas cosas sucedieron hoy en el festival de cine de Berlín. Por ejemplo, se entregó el primer Oso de Oro de la competencia, en la categoría de cortometrajes, al film rumano “O zi Buna de plaja” (traducido como “Un buen día para nadar”) del realizador Bogdan Mustata. También hubo otros motivos para festejar, como el 75. cumpleaños del presidente del jurado de la Berlinale, Costa Gavras. Pero quien se robó la película, o mejor dicho los reflectores, fue Madonna, quien incursiona en Berlín como directora cinematográfica, con la película “Filth and Wisdom” (“Basura y sabiduría”).

Fuera de competencia

Miles de admiradores se agolparon en el Potsdamer Platz con la esperanza de verla pasar y también los periodistas concurrieron en masa a la conferencia de prensa que ofreció la diva. Madonna es una atracción en sí misma, independientemente de lo que haga, que en este caso fue presentar su película. De partida, se puede asegurar que su cinta no ganará. Así lo destacaron los reporteros, ofreciendo con un guiño de ironía la explicación: no participa en la competencia, sino en la sección Panorama del festival.

“Filth and Wisdom” cuenta la historia de tres jóvenes que comparten un departamento y luchan por salir adelante con ocupaciones que no están a la altura de sus sueños: un músico que se gana la vida asumiendo papeles en juegos de roles de gente adinerada; una chica que trabaja en una droguería, en lugar de dedicarse a la ayuda al desarrollo, y una bailarina con estudios de danza que termina haciendo strip-tease en un club. El protagonista, encarnado por el músico y actor ucraniano Eugene Hütz, es el encargado de entregar, de frente a la cámara, algunos comentarios supuestamente sabios, mientras en el resto de los casos, el film se dedica a mostrar la vida de los personajes.

Madonna, algo más de cerca

Lógicamente, Madona tuvo que relatar a la prensa lo mucho que le gustó filmar la cinta, que originalmente iba a ser un corto pero se fue extendiendo a la par que crecía el entusiasmo de la reina del pop. También habló de los paralelos entre los personajes y su propia vida, en la que sigue debatiéndose en contradicciones personales, pese a su éxito en el negocio del espectáculo. Igualmente aprovechó de contar que acaba de filmar un documental en Malawi, país de donde proviene su hijo adoptivo. Para ver esta cinta habrá que esperar al festival de Cannes.

Por ahora, sin embargo, Madonna brilló en esta jornada con luces propias en un Berlín ávido de estrellas y glamour. Y el cine siguió deleitando a los amantes del Séptimo Arte con obras como el cortometraje rumano premiado, que relata la historia de tres delincuentes juveniles que se fugan de la prisión. Todo eso es la Berlinale.