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Berlín, un lastre para la economía alemana

8 de agosto de 2016
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Berlín, la capital de la primera economía europea, engulle millones de euros y es financiada en parte por otros estados federados. Sin ella, la renta per cápita en Alemania subiría al menos un 0,2 por ciento, según cálculos del Instituto de Economía Alemán (IW) conocidos este lunes (08.08.2016).

En Berlín, el desempleo es mucho más alto que en la mayor parte del territorio germano pero no sólo eso. A diferencia de la mayoría de las grandes ciudades europeas, son pocas las grandes empresas que han seguido al Gobierno y se han instalado en la capital.

El panorama económico de la metrópoli alemana lo conforman sobre todo el turismo y las start-ups. La población de la ciudad y el número de turistas crecen a un ritmo asombroso, pero sus arcas no se llenan. Berlín es “pobre, pero sexy”: el eslogan que popularizó el anterior alcalde de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, cobra más vigencia que nunca.

El IW, que basó su estudio en datos del instituto de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, subraya la gran diferencia con otros países europeos. En Grecia o en Francia, por ejemplo, si se apartaran Atenas y París el nivel de vida del conjunto de la población bajaría considerablemente.

En la capital helena vive más de un tercio de la población del país. En Ática, a las afueras de la ciudad, se encuentra la mayoría de las empresas del país, de todos los sectores. Según los mismos datos, la renta per cápita griega se hundiría un 20 por ciento sin la capital.

En la centralista Francia se repite la situación. Las grandes compañías tienen su sede en París o en sus alrededores. La región Île-de-France es el mayor centro industrial del país y si se separara París, el producto interior bruto galo caería un 15 por ciento. Sólo en Italia se encuentra un ejemplo parecido al de Alemania, aunque en éste caso Roma sigue aportando a la economía nacional. La capital es el centro político y administrativo, pero el núcleo económico se concentra en el norte. A Roma la acusan de tragarse el dinero que se genera en otros lugares y aun así, sin ella, el PIB italiano caería un dos por ciento. (dpa)