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Berlín: ayuda diplomática sí, soldados (todavía) no

Gabriel González24 de julio de 2006

Alemania discute en estos días una posible presencia de sus soldados en el Líbano como parte de una fuerza multinacional. El peso del pasado vuelve a ser un factor importante en Berlín.

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Un tanque israelí en la frontera entre Israel y el Líbano.Imagen: AP

Israel ya no descarta el despliegue de una fuerza multinacional con un mandato robusto de la ONU en el sur del Líbano. Esto significa un cambio de 180 grados de la posición israelí hasta el momento. Los Cascos Azules ya se encuentran en el sur del Líbano desde 1978, pero hasta ahora los pocos soldados de la ONU sólo están para observar, y se limitan a escribir informes y sacar fotos.

En Israel se favorece ahora una fuerza multinacional en el marco de la OTAN con un mandato robusto, es decir, con la autoridad y la disposición de controlar la zona fronteriza, impidiendo que Hezbolá consiga disparar cohetes contra Israel. Aparentemente, aumentan en Israel también las voces favorables a una participación de Alemania en esta tropa.

Todo esto creó inmenso nerviosismo en Berlín. Si la ONU le pide ayuda a la OTAN, como en el caso del Congo, Alemania difícilmente podría decir que no. La mayoría de los alemanes no se puede imaginar soldados del ejército alemán en la frontera con Israel. Hace unos años, cualquier político alemán hubiese dicho 'jamás'. Sin embargo, se puede constatar un cambio lento y prudente en Berlín.

La oposición dice categóricamente "no"

El partido Verde y el partido poscomunista La Izquierda rechazan categóricamente cualquier presencia de soldados alemanes en Medio Oriente. "La experiencia del Holocausto prohíbe que alemanes se enfrenten a israelíes para controlar una tregua frágil o para forzar la paz", dijo Gregor Gysi, jefe del grupo parlamentario de La Izquierda. Gysi rechazó hasta ahora cualquier envío de tropas alemanas al extranjero. Los Verdes, sin embargo, ya rompieron en el pasado con su tradición pacifista cuando dieron su plácet al envío de tropas alemanas a Bosnia. Pero el caso del Líbano se mantienen firmes y ponen el dedo en la yaga. "No me puedo imaginar la situación en la que un soldado alemán se podría ver forzado a tener que disparar contra un soldado israelí", dice Jürgen Trittin, antiguo ministro en el gobierno rojiverde. "Es absolutamente impensable".

El gobierno alemán dice: "difícil, quizás, ya veremos"

Un mandato robusto podría crear la situación en la que soldados alemanes se podrían tener que enfrentar a soldados israelíes. En el caso de que Israel viole un alto al fuego, por ejemplo. ¿Qué pasaría si un comando especial israelí traspasa la frontera violando la soberanía del Líbano y se encuentra con una patrulla alemana obligada por mandato de la ONU a defender dicha soberanía, sea contra quien sea? Una situación absolutamente inaceptable para Alemania.

"El tema de una participación alemana en una fuerza multinacional para el Líbano, en estos momentos, no está en la agenda del día", dice la canciller Angela Merkel. En el gobierno alemán predomina el escepticismo. Nadie quiere decir no, pero nadie se atreve a decir sí.

"¿Cómo debería reaccionar Alemania si todo el mundo dice que sí? Difícilmente podríamos negarnos", reflexiona el socialdemócrata Gerd Weisskirchen, portavoz de su partido en materia de política exterior. Así lo ve también el ministro alemán del Exterior, Franz Josef Jung.

Mientras tanto, Alemania se concentra en la negociación. El objetivo es fortalecer al gobierno libanés e impedir una nueva desintegración del Estado. El próximo miércoles, las miradas se dirigirán a Roma, donde se celebrará una conferencia internacional sobre el Medio Oriente, con la participación de representantes de Estados Unidos, Naciones Unidas, Europa y la región en crisis. Hay varias propuestas sobre la mesa.