Berlín - Vivir en la ciudad
14 de diciembre de 2010
Berlín siempre está despierta. En cualquier esquina de la ciudad se está trabajando continuamente, de fiesta o bailando. Es también por eso que la capital se ha convertido en un imán para los jóvenes estudiantes de todo el mundo. En las tabernas de Prenzlauer Berg, Friedrichshain, Kreuzberg y otros barrios de moda se puede oír a gente hablando no solamente alemán, sino también en inglés, español y muchos otros idiomas.
Berlín – “Pobre, pero sexy”
El alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, describió a la capital como “pobre, pero sexy”. De hecho, la ciudad atrae a muchos estudiantes, jóvenes artistas y músicos de todo el mundo porque allí la vida es económica en comparación con otras metrópolis. En el primer semestre del período 2008/2009 las plazas en las residencias estudiantiles tienen un costo promedio de 200 euros; también las habitaciones en pisos compartidos y los apartamentos son relativamente baratos y fáciles de encontrar.
Una novedad cada día: cultura, educación, deporte
La ciudad ofrece cada día nuevas exposiciones, producciones de teatro, danza y ópera en escenarios de renombre y espectáculos en sitios alternativos. La oferta cultural no sólo es cuantiosa, sino también asequible: los estudiantes reciben descuentos al comprar sus entradas y muchos museos pueden ser visitados gratuitamente en horarios especiales.
En Berlín todo es posible, también en materia de deporte. Jugar fútbol, practicar la vela, casi todas las disciplinas están a la disposición de los interesados en el marco del deporte universitario a cambio de módicos aportes. La capital está rodeada de numerosos lagos y lugares de esparcimiento que los estudiantes pueden visitar a toda hora tras recibir el billete semestral que les permite usar el sistema de transporte público en toda la Berlín.
Tutores para el “Berliner Schnauze”
Para que los recién llegados no se pierdan ante tantas ofertas, las universidades berlinesas organizan tutorías y seminarios introductorios que orientan a los estudiantes, no solamente en relación con cuestiones académicas, sino también para que conozcan los rincones más bonitos de la ciudad y se tomen con humor el llamado “Berliner Schnauze”, el rudo carácter berlinés que tan mala fama tiene.
Autor: Karin Kails
Editor: Rosa Macías Reyes