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Bin Laden: ¿Eliminación legal o asesinato?

3 de mayo de 2011

Tras el día de júbilo en Estados Unidos y las parcas reacciones en Europa por la muerte de Bin Laden, hay cada vez más voces que piden un esclarecimiento de los hechos a la luz del derecho internacional.

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Vier Cover des Time Magazines mit den mit einem roten Kreuz durchgestrichenen Portraits folgender Personen: Osama Bin Laden (May, 2011) Abu Musab al-Zarqawi (June 19, 2006) Saddam Hussein (April 21, 2003) Adolf Hitler (May 7, 1945) --- DW-Grafik: Peter Steinmetz
Cubierta de la revista Time: lista de criminales buscados... y encontrados.Imagen: DW-Montage/Time Magazine

¿Tenían derecho los Estados Unidos para dispararle al jefe del grupo terrorista de Al Qaeda? Esta es la pregunta que, entre tanto, se hacen cada vez más ciudadanos en Alemania. “Depende!”, responde a la interrogante Hans-Christan Ströbele, parlamentario de Los Verdes en el Bundestag alemán.

“Si fue una acción que sólo tenía como objetivo matar a Osama Bin Laden, entonces estaríamos ante una ejecución extrajudicial”, dice el político alemán a la emisora de radio Deutschlandfunk. “Una ejecución no está amparada ni por la Constitución alemana, ni por el Derecho Internacional”, acota Ströbele.

¿Situación extraordinaria o ejecución extrajudicial?

In this image released by the White House and digitally altered by the source to diffuse the paper in front of Secretary of State Hillary Rodham Clinton, President Barack Obama and Vice President Joe Biden, along with with members of the national security team, receive an update on the mission against Osama bin Laden in the Situation Room of the White House, Sunday, May 1, 2011, in Washington. (Foto:The White House, Pete Souza/AP/dapd)
El presidente Obama sigue, en directo, la operación "Gerónimo", que terminó con la muerte de Bin Laden.Imagen: The White House, Pete Souza/AP

Bildunterschrift:

Si las autoridades de Estados Unidos empero, logran demostrar que se trató de una situación extraordinaria en la que Osama opuso resistencia a una captura y atacó, o intentó hacerlo, a quienes pretendían aprehenderlo, las cosas se pueden ver de otra manera. “Para estos casos hay una resolución de Naciones Unidas”, recuerda el político verde, elegido al parlamento por los habitantes del populoso barrio berlinés de Kreuzberg, en su mayoría inmigrantes de confesión musulmana.

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2011, Naciones Unidas aprobó una resolución que pide a todos los pueblos hacer justicia. “Esto quiere decir, en primer lugar, capturar a los responsables y llevarlos ante un juez”, dice Ströbele, quien hubiera preferido esta opción: “En un proceso jurídico contra Bin Laden se hubiera podido averiguar más sobre las razones de sus actos y el papel de Al Qaeda”.

Pérdida de credibilidad

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado que justamente eso fue lo que las autoridades intentaron hacer, pero no fue posible.

Si bien es cierto que Bin Laden tenía derechos, como cualquier otro individuo ¿tienen los Estados también derechos? La pregunta la hace Deutschlanfunk. Ströbele, el abogado, responde: “Desde luego. Así como un individuo tiene derecho a defenderse, también un Estado lo puede hacer”. Pero, según Ströbele, Bin Laden ya no ejercía ningún papel activo en el terrorismo.

En el caso de Gernot Erler, subjefe de la bancada socialdemócrata en el Parlamento alemán, la situación no es muy diferente. Aunque el político alemán comprende que los estadounidenses fueron heridos por la organización terrorista de Bin Laden, las circunstancias jurídicas de la muerte de Bin Laden le deparan “un sentimiento molesto”.

¿Liquidó Estados Unidos al terrorista número uno?

“Si así fue o no, no lo sabemos aún”, dice igualmente a Deutschlandfunk Erler, quien se puede imaginar que “ni Bin Laden hubiera querido caer en las manos de Estados Unidos como prisionero, ni Washington querría tener en una cárcel al mayor símbolo del terrorismo global”.

No tomar prisionero a una figura como Bin Laden libra a un Estado de dificultades insospechadas: una campaña de atentados terroristas con el fin de presionar una liberación; intentos violentos de rescate o, menos grave pero más efectivo, una campaña publicitaria de desprestigio en el mundo árabe que puede aumentar el número de aprendices de terrorista.

Los alemanes, en conclusión, comprenden la difícil situación de seguridad de Estados Unidos, aunque no comparten sus métodos. ¿Pero que pasaría si el ejército alemán estacionado en Afganistán tuviera que actuar en un caso similar? Erler concluye que “existe el marco jurídico internacional en el caso de que las fuerzas alemanas tuvieran que liberar a un secuestrado o evitar un atentado terrorista”.

Autor: José Ospina-Valencia
Editora: Emilia Rojas